La reforma pensional debería acabar con el enfrentamiento entre los fondos público y privados. | Foto: Archivo SEMANA

PENSIONES

Lo bueno y lo malo del sistema pensional: Colpensiones o Fondos Privados

Hay un consenso en que la próxima reforma pensional debería acabar la absurda competencia entre el régimen público y privado. ¿Cuál prevalecerá?

16 de abril de 2019

En su balance de resultados del año anterior, Colpensiones generó utilidades por un valor de 126 mil millones de pesos en 2018 y recibió un total de 196.249 historias laborales de ciudadanos trasladados del Régimen de Ahorro Individual, como resultado de su gestión. Además, el presidente de la entidad, Juan Manuel Villa, afirmó en una entrevista con el diario El Tiempo que en Colombia “no hay una bomba pensional” y que había muchos mitos en torno a las megapensiones que otorga el sector público.

Los resultados muestran sin duda una cara positiva de la gestión de la entidad pública encargada del manejo de las pensines. Sin embargo, esta no tiene en cuenta algunos problemas que existen en el sistema pensional colombiano y al quedarse con esta única versión, el balance queda incompleto.

Otros dos temas muestran los problemas del sistema. Uno de ellos es el costo de los billonarios traslados de recursos que hay que hacerle anualmente a Colpensiones, con cargo al presupuesto de la Nación, por más de 9,2 billones de pesos, así como el alto costo que significa cada traslado hacia el régimen público, dados los enormes subsidios que otorga a quienes más tienen (ver gráfico). 

Tampoco se incluye el que, si bien no hay una bomba pensional ahora es por la baja cobertura del sistema pensional y lo que tenemos es una bomba social y fiscal en gestación. El hecho de que el grueso de la población adulta esté desprotegida, mientras sigue la paradoja de que el sistema público gaste billonarios recursos en las pensiones de unos pocos deja mucho que desear.

Precisamente ante la baja cobertura, alta inequidad e insostenibilidad del sistema pensional colombiano es que hay un amplio consenso de la necesidad de una reforma pensional, o como ha afirmado el Ministerio de Hacienda, una reforma de protección integral a la vejez donde las pensiones son una parte.

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Sin embargo, como afirma Villa, también es claro que el régimen de ahorro individual con solidaridad (RAIS) también tiene enormes desafíos y que si no se reforma, no se resolverá nada. Además, es claro que el sector público está llamado a cumplir un importante rol en el esquema de protección a la vejez.

Se requiere mayor competencia entre las administradoras privadas, flexibilizando su régimen de inversiones y posibilitando el mercado de las rentas vitalicias, así como hacer más transparente el sistema de comisiones que devengan.

Por esto, hay un consenso que, más que una discusión sobre si lo que se requiere es uno u otro sistema, -público o privado-, lo que se requiere es acabar con ese sistema “dual” en que los dos modelos compiten en condiciones distintas y pasar a un esquema donde se complementen y cada uno juegue su mejor rol. Cada esquema tiene sus bondades y sus males. Esto es lo bueno y lo malo de cada sistema.

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Colpensiones: el costo del éxito

Frente a lo que representaba el antiguo Instituto de Seguros Sociales (ISS), Colpensiones es considerado un caso de éxito en la administración pública. En la actualidad, la entidad resuelve las solicitudes de pensiones en un promedio de un mes y 10 días. Desde su creación ha resuelto más de 2 millones de solicitudes y el número de nuevos pensionados alcanza los 456 mil.

Para Juan Miguel Villa, actual presidente de Colpensiones, la principal fortaleza de la entidad es la solidez y la certeza que tiene la gente sobre el monto de su pensión. Hay un beneficio definido, pues la pensión depende del promedio del salario devengado en los últimos 10 años o el de toda la vida si este es mayor, y del cumplimiento de un número de semanas cotizadas, sin considerar el monto del ahorro alcanzado, riesgo de longevidad, de inflación ni de beneficiarios.

Sin embargo, para los expertos una cosa es la entidad y otra es precisamente el volumen de los beneficios del régimen que ésta administra. El régimen público de pensiones en Colombia es un sistema de reparto en el que las cotizaciones de los trabajadores más jóvenes financian la pensión de los más viejos. Es decir, es un esquema piramidal. De hecho, sus reservas se agotaron en el año 2004, por lo tanto cada año tiene que destinarse una  parte importante del Presupuesto General de la Nación para financiar las pensiones que hoy devengan unos pocos. Más de 40 billones de pesos en 2019.

Para Villa, el déficit de Colpensiones solo explica una porción del déficit pensional colombiano, pues el grueso corresponde a regímenes especiales que todavía están vigentes y que se irán marchitando. El 89,19 por ciento de las personas cotizan sobre montos menores o iguales a 2 salarios mínimos, el 5,69 por ciento con montos entre 2 y 4 salarios mínimos y el 5,12 por ciento con montos superiores a 4 salarios mínimos.

De acuerdo con David Cuervo, director de la Unidad de Negocio Bienestar Patrimonial de la consultora Mercer, el problema del sistema de reparto es que todas las pensiones son subsidiadas y que existe un comportamiento miope, “en el sentido que para el RPM es atractivo traer cotizantes (cerca al retiro) del RAIS, toda vez que el traslado inmediato de sus recursos de RAIS a RPM, reduce la brecha de corto plazo. No obstante, eso que en el corto plazo es buena noticia, en el largo plazo se convierte un dolor de cabeza para las finanzas públicas, pues el pasivo que se adquiere por estas pensiones (por demás desfinanciadas) es cada vez mayor”. Con un agravante: los subsidios de los más privilegiados son financiados con las cotizaciones de los trabajadores más vulnerables, que probablemente no se pensionarán.

El año pasado Colpensiones recaudó aportes por un valor de 9,5 billones y los traslados desde los fondos de pensiones le significaron recursos por otros 9,16 billones de pesos. Sin estos recursos, las transferencias de la nación habrían sido mayores. En su informe de gestión dice que “Como consecuencia del aumento en los ingresos durante la vigencia 2018, Colpensiones solicitó un valor de 9,2 billones de pesos que representa un ahorro de 5,2 billones de pesos con relación con el valor presupuestado de 14,4 billones, lo que constituyendo un ahorro del 36 por ciento para la Nación”.

Sin embargo, la pregunta es ¿cuánto le valen al país estos traslados a largo plazo?. Sobre todo considerando que quienes se están trasladando son las personas mayores ingresos y estabilidad laboral.

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Fondos Privados: A mejorar las pensiones

Los fondos privados de pensiones y el régimen de ahorro individual con solidaridad (RAIS) que administran fueron creados mediante la Ley 100 de 1993. Tras 25 años, el ahorro pensional que hoy acumulan supera los 234,6 billones de pesos (un 23,6 por ciento del PIB), perteneciente a sus más de 15,4 millones de afiliados.

Al ser un sistema basado en el ahorro que hacen los trabajadores durante toda su vida laboral, el RAIS es un régimen sostenible y mucho más equitativo, afirma Santiago Montenegro, presidente de Asofondos, gremio de representa a las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).

En este momdelo la pensión de cada persona depende de lo que ha ahorrado y de los rendimientos en su cuenta de ahorro individual, no requiere recursos públicos y no hay subsidios para las pensiones altas. Los subsidios van solo para las pensiones del salario mínimo a través del Fondo de Garantía de Pensión Mínima (FGPM), el componente de solidaridad del sistema. Si una persona no logra el capital suficiente, pero tiene la edad de jubilación y 1.150 semanas cotizadas, puede acceder a este fondo, que hoy vale alrededor de 20 billones de pesos. Y cuando una persona no logra cumplir los requisitos de pensión, situación que vive una alta proporción de adultos mayores en el país, el RAIS devuelve los saldos con rendimientos (en Colpensiones solo devuelven los aportes actualizados a la inflación). Según Asofondos, esto hace que la devolución de saldos en los fondos privados sea hasta ocho veces mayor a la indemnización sustitutiva que recibirían los afiliados en el régimen público.

Sin embargo, los fondos privados de pensiones también reciben bastantes críticas por parte de algunos sectores de la opinión que consideran que es un sistema muy concentrado en unos pocos jugadores pertenecientes a grandes grupos financieros, los cuales reciben altas comisiones por invertir en un portafolio que está bastante regulado. Por tanto, todos terminan invirtiendo en lo mismo en una especie de “efecto manada”.

Para muchos expertos, los fondos privados son un sistema que ha funcionado en la etapa de acumulación, pero no en el retiro. Esto es que “se quedan con la plata, pero no pensionan”. Además, consideran que ante las condiciones de los mercados de capitales será cada vez más difícil obtener buenos rendimientos, lo cual redundará en menores pensiones a futuro, como ha sucedido en otros países con este sistema.

Para Asofondos, este es un sistema muy joven y competido. Unas comisiones de alrededor del 1 por ciento son bajas, pues se cobran por una única vez sobre los aportes, y al recalcularse sobre el saldo del portafolio serían menores que cualquier otro administrador de portafolio.

El gremio reconoce que persisten retos para hacer que el RAIS sea un mejor régimen pensional y será necesario seguir flexibilizando el régimen de inversiones. Por ejemplo, este año se va a poner en práctica el decreto para que las personas más jóvenes estén afiliadas por defecto al portafolio de mayor riesgo, el cual es más volátil, pero ofrece mejores rentabilidades en el largo plazo.

Consideran que las compañías de seguros no ofrecen rentas vitalicias ante la inseguridad jurídica y la imposibilidad de ofrecer pensiones inferiores al mínimo. Sin embargo, según Asofondos, una rentabilidad histórica del 8 por ciento real es un gran logro, ya que esto ha representado rendimientos de 144 billones de pesos, dos terceras partes del valor del ahorro pensional.

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