PROYECCIONES 2020

Banco Mundial: América Latina enfrenta la peor recesión desde 1901

Las nuevas proyecciones del Banco Mundial sobre el crecimiento de América Latina para 2020 indican que la región se contraerá 7,2%, en una recesión más profunda que la de la crisis financiera de 2008 y la crisis de la deuda de los años ochenta.

3 de julio de 2020
Foto: Getty Images. | Foto: Foto: Getty Images - Adam Gault

Según las más recientes proyecciones del Banco Mundial, la recesión en América Latina y el Caribe este año será el peor revés desde 1901, año en el que comenzaron a recopilarse los datos. Esto será un fuerte golpe contra los esfuerzos que ha hecho la región para combatir la inequidad y la pobreza.

Los expertos del Banco Mundial esperan que la actividad económica de la región se contraiga un 7,2% en 2020, una caída mayor a la de cualquier crisis del siglo pasado, incluyendo la Gran Depresión, la crisis de deuda de 1980 y la financiera del 2008, dijo David Malpass, presidente del ente multilateral.

Según el Banco Mundial, la fuerte caída de los precios mundiales de los commodities ha sido un viento en contra para gran parte de la región, en particular para los productores de petróleo y gas natural. Las condiciones financieras se han deteriorado, con grandes economías que experimentan fuertes salidas de capital y las primas de riesgo en los mercados de bonos soberanos son mayores en toda la región que a principios de 2020. 

La abrupta desaceleración económica de los Estados Unidos y China ha interrumpido las cadenas de suministro de México y Brasil y causó una fuerte caída de las exportaciones de las economías productoras de productos básicos, como Chile y Perú. 

La grave contracción de la economía de los Estados Unidos está afectando negativamente a América Central, a través del comercio y los canales de remesas. La caída del turismo, del que dependen en gran medida los países del Caribe y México, también ha tenido un efecto negativo.

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Se prevé que la economía de Brasil se contraiga en un 8% este año debido a los cierres, la caída de las inversiones y los precios bajos de los productos básicos a nivel mundial. La economía de México, afectada por las condiciones financieras más estrictas, la caída de los precios del petróleo, la detención del turismo, y las restricciones de movilidad, está en camino de contraerse en un 7,5%. 

Por otra parte, se espera que la actividad económica en la Argentina disminuirá en un 7,3% en 2020, lo que refleja las estrictas medidas de mitigación de la pandemia, la menor demanda externa y los efectos de la incertidumbre relacionada con las negociaciones en curso sobre la deuda. Colombia se contraerá un 4,9%, Chile un 4,3% y Perú caería hasta un 12% en 2020.

La economía de América Central se contraerá un 3,6% este año, frenada por las restricciones a la movilidad, una sequedad de las remesas y el turismo, y la reducción de los precios agrícolas. Además, el Caribe se contraerá un 1,8% en 2020, y en un 3,1% si se excluye a Guyana, que será el único país de la región que crezca, pues la industria petrolera offshore se está desarrollando rápidamente allí. La subregión se verá perjudicada por la caída del turismo y las entradas de remesas.

El Banco Mundial también resaltó en su informe que los riesgos de la región están firmemente ponderados a la baja. La intensificación del brote estresaría los sistemas de salud y sería devastador para los países con una modesta capacidad de atención. Los brotes del virus en las grandes economías de la región podrían tener efectos indirectos, y la segunda ola de la pandemia en las economías avanzadas repercutirían negativamente en la región.

“La informalidad generalizada limitará el alcance de los esfuerzos de asistencia social para suavizar el impacto económico de la pandemia y los recientes progresos de la región en el alivio de la pobreza y la desigualdad podrían estar en peligro”, agrega el documento.

El crecimiento de los niveles de deuda pública en 2020 aumentará vulnerabilidad a las tensiones del sector financiero y podría dar lugar a problemas de servicio de la deuda a medida que los tipos de interés aumenten en una recuperación, mientras que el debilitamiento de los flujos de efectivo puede ejercer una presión importante sobre los balances de las empresas.

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