petroleo
Cuenta regresiva
Si las cosas siguen como van a la vuelta de pocos años Colombia tendría que importar crudo y el efecto para la economía sería devastador.
La necesidad de un nuevo descubrimiento petrolero en el país es cada vez mayor. La situación es tan dramática que el propio presidente de Ecopetrol, Isaac Yanovich, reconoció hace dos semanas que de no encontrarse nuevos yacimientos en los próximos 18 meses el país podría perder su autosuficiencia petrolera.
El tema ha cobrado tal trascendencia que la semana pasada el presidente Alvaro Uribe convocó una reunión de emergencia para analizarlo y diseñar soluciones de corto plazo.
Las declaraciones de Yanovich revivieron el debate en torno a la fecha en la cual Colombia tendrá que empezar a importar crudo. Algunos expertos aseguran que hacia 2004 el país comenzaría a comprar petróleo de las multinacionales asociadas para cargar las refinerías de Ecopetrol y producir combustibles para el mercado interno y que, a partir de diciembre de 2005, tendría que importar.
Otros, por el contrario, dicen que las reservas petroleras, aunque en descenso, alcanzarían hasta 2007. La diferencia entre pesimistas y optimistas reside en las proyecciones que hacen unos y otros sobre la demanda de combustibles en el país. Si ésta crece mucho el crudo duraría menos, como es obvio. Y como no hay certeza sobre la trayectoria futura de la demanda, el de la autosuficiencia petrolera siempre será un debate de nunca acabar.
El problema, sin embargo, no es apuntarle a una fecha. Aun si el país corriera con la suerte de descubrir nuevos pozos en los próximos días éstos no producirían divisas hasta por lo menos el año 2008. Esto se debe al largo rezago que existe entre la perforación de pozos y la producción del crudo. La construcción de la infraestructura de extracción y transporte de petróleo puede tardar unos seis años, durante los cuales los ingenieros trabajan sobre el terreno en donde se encontró petróleo.
Lo anterior indica que Colombia pasaría de exportador a importador neto de petróleo a la vuelta de pocos años. La posibilidad de perder la condición de exportadores está latente debido a la falta de nuevas reservas y al agotamiento natural de los pozos existentes. Esto significaría una pérdida para las finanzas de la Nación de 1.500 millones de dólares anuales.
Contra reloj
Desde hacía tiempo se veía venir esta situación. La autosuficiencia no es algo que ocurra en una fecha específica. De hecho, el país empezó a perder autosuficiencia a mediados de la década de los 90, cuando comenzó a producir más petróleo del que descubría, lo cual se tradujo en menores reservas exportables.
En los últimos 10 años Ecopetrol sacó 650 millones de barriles de petróleo y aumentó sus reservas nuevas en apenas 45 millones de barriles. Esto terminó por afectar la producción de crudo. Mientras que en 1999 la producción diaria era de 827.000 barriles, en 2002 no superará los 560.000 barriles diarios.
Las exportaciones de hidrocarburos pasaron de representar el 35 por ciento de las divisas en el año 2000 a 25 por ciento en 2001 y se pronostica que para este año lleguen al 20 por ciento. Las reservas del país, que en 1994 eran de 3.138 millones de barriles, en 2002 serán inferiores a 1.170 millones de barriles.
No es de extrañar que a nivel mundial Colombia se destaque por ser el país petrolero que en 2001 redujo en mayor porcentaje su producción con relación al año inmediatamente anterior (12,5 por ciento). Y por ser el último en incorporación de reservas nuevas, teniendo en cuenta la producción acumulada de los últimos 10 años, según la publicación Oil and Gas Journal 2002 del Banco Mundial. Además del declive natural de los más grandes campos de producción, Cusiana y Cupiagua, esta caída se debió en buena parte a la arremetida de la guerrilla contra el oleoducto Caño Limón-Coveñas, que le ha costado al país más de 450 millones de dólares.
Salvo por los ataques de la guerrilla, la situación petrolera no llamó mucho la atención del país en los últimos tres años. Tal vez fue por la lotería de los altos precios internacionales del petróleo (gracias a la Opep, y al conflicto en el Medio Oriente), que le permitió a Ecopetrol tener unos ingresos mayores a los esperados. Solamente este año la compañía estatal le transferirá a la Nación un total de 1,5 billones de pesos. Pero lo cierto es que mientras el precio volaba, caía el número de barriles exportados por el país.
Anticipándose a esta situación el plan de desarrollo de la administración Pastrana introdujo cambios en las reglas de juego, del sector, con el objeto de incentivar la exploración de nuevos yacimientos petroleros. Cuanto más se busque crudo más probable es encontrarlo y así incrementar las reservas del país.
Estas nuevas reglas de juego, que pasaban por modificar las regalías que pagan las compañías, produjeron resultados: en los dos últimos años se han firmado 62 contratos de asociación entre Ecopetrol y las multinacionales para buscar crudo. El problema es que la firma de los contratos es sólo el primer paso. Después hay que perforar los pozos exploratorios. Y en este frente las noticias más recientes no son buenas.
Pese al gran número de contratos de exploración este año sólo se han perforado cinco pozos, sin hallazgos de crudo hasta el momento. Lamentablemente la posibilidad de encontrar petróleo está condicionada al número de perforaciones que se hagan y las metas en este frente no se han cumplido. Al finalizar 2002, si se mantiene la tendencia actual, se habrán perforado cerca de 15 pozos nuevos, mientras que lo que se necesita son unos 50 por año, según dicen los conocedores de la industria petrolera.
Lo anterior se debe, en parte, a la actual situación de inseguridad por la que atraviesa el país. Muchas multinacionales prefieren no explorar a correr los riesgos relacionados con esta actividad (secuestro, extorsiones, voladura de tubos, saboteos en las carreteras, etc.).
El gobierno de Uribe tiene muy claro el diagnóstico de la situación que recibe, tanto en materia petrolera como de seguridad. Por eso se ha fijado como una de sus prioridades de corto plazo acelerar al máximo la exploración para descubrir nuevos yacimientos cuanto antes. A fines de esta semana el gobierno hará importantes anuncios en esta materia. En todo caso, aun si se encuentra crudo ahora, sólo lo podrá explotar en forma a fines de la presente década, por lo mucho que tarda la construcción de los tubos y demás. Mientras llega esa fecha, la producción de petróleo, así como las divisas y los ingresos fiscales que de él se derivan, estarán en declive.