REPORTAJE

De Colombia a Venezuela: así es el jugoso negocio del contrabando de gasolina

Con la escasez de gasolina en el vecino país petrolero, el negocio ilícito se invirtió. Las pimpinas las pagan con dólares y en Colombia la gasolina subsidiada empieza a escasear, mientras el contrabando campea.

SEMANA
25 de septiembre de 2020
Contrabando gasolina
Contrabando gasolina | Foto: Policía Nacional

En la frontera los papeles se invirtieron. En los estados venezolanos Táchira y Zulia consumen gasolina colombiana de contrabando, cuando históricamente era al revés. El negocio ilegal ha cambiado, pero sigue siendo muy lucrativo: en Cúcuta un galón de gasolina cuesta 6.526 pesos –es una de las más económicas del país– y una vez logra pasar la frontera con Venezuela la cobran a 35.000 pesos o 9 dólares. En Riohacha cobran 45 dólares la pimpina, que contiene 5 galones. Una verdadera fortuna, si se tiene en cuenta que el salario mínimo en Venezuela es de 1,95 dólares mensuales.

Desde que se cerró la frontera con Venezuela –hace cinco años– los pasos ilegales, conocidos como trochas, se convirtieron en una especie de mercado persa, donde todo se contrabandea: hay desde estupefacientes hasta bolsas de harina y medicinas. Sin embargo, el contrabando de gasolina de Colombia hacia Venezuela se agravó por la pandemia y las sanciones del presidente Donald Trump hacia el régimen de Nicolás Maduro, que lograron ahogar la importación de combustible.

En Zulia, el principal estado productor de petróleo en ese país, las refinerías están cerradas y la mayoría de las bombas de gasolina también. “Hoy en Maracaibo ( la capital) en el mercado informal se compra el punto de gasolina (20 litros) entre USD45 y 50, es decir, USD2,5 el litro. En la zona de Perijá, un productor agropecuario compra una mulera (70 litros) con gasolina de Colombia en USD130, es decir, USD1,85 el litro”, aseguró César David Parra, presidente de la Cámara Petrolera Capítulo Zulia, en un informe de abril pasado.

El verdadero negocio no está en pasar unos cuantos galones, sino miles de estos, no solo por la ganancia que implica para quienes la llevan, sino por la ‘vacuna’ que le deben pagar a los grupos ilegales que controlan la trocha. “Hay una mafia operando con carrotanques, con una carga de 11.000 litros, equivalente a 4.000 galones. Las llamamos trochas, pero son carreteras destapadas; hasta donde pueden llegar, llegan”, explicó a SEMANA un líder social conocedor del negocio ilegal en Norte de Santander.

Según la Policía Fiscal y Aduanera, durante 2019 y 2020 se han desarticulado 14 bandas dedicadas al contrabando de hidrocarburos, entre ellas Los Duros, que operaban en Norte de Santander, de los cuales fueron capturados 17 de sus integrantes; Los del 11, que delinquían en Santa Marta, y La Trinchera, con operación en Ipiales, Nariño.

Lo que se rumora extraoficialmente en La Guajira es que el control de esas rutas de contrabando está bajo el mando de disidencias de las Farc y otras estructuras criminales como El Clan del Golfo. El negocio es muy rentable porque “en Maracaibo la pimpina de 5 galones de gasolina colombiana puede alcanzar un precio de hasta 42 dólares”, según un contrabandista colombiano.

La gasolina subsidiada no da abasto

En los municipios colombianos de frontera, el problema es inocultable, una buena parte de la gasolina subsidiada se la están llevando para contrabando en Venezuela. En Cúcuta se calcula, de manera extraoficial, que al menos es un 30 por ciento. El secretario de Gobierno, Francisco Cuadros, dijo que la preocupación inició hace un mes porque los 800.000 galones de gasolina subsidiada disponibles para Cúcuta y su área metropolitana empezaron a quedar cortos.

“Los ciudadanos cucuteños empiezan a sentir la ausencia de la gasolina subsidiada, entonces no llegamos con el cupo al 30 del mes; vemos las estaciones de servicio cerradas porque no hay gasolina. Se genera preocupación cuando se nos presenta que podrían estar involucrados algunos GAO en el negocio, proceso que está en investigación por parte de las autoridades”, explicó el funcionario a SEMANA.

En La Guajira también está ocurriendo. Juan José*, quien por más de 15 años se ha dedicado al contrabando de combustible en la frontera guajira, dice que lo único que cambió fue el sentido en que transita la mercancía por las trochas ilegales entre ambos países.

Buena parte del combustible con el que se comercia de manera ilegal llega desde las plantas ubicadas en los departamentos del Cesar y Atlántico con precio subsidiado hasta las estaciones de servicio de La Guajira, como las de la asociación indígena Ayatawacoop. Ahí son compradas al precio preferencial para ser reenvasadas en pipas o pimpinas.

Desde los patios de Maicao, Albania y Fonseca, la pasan por las zonas de Majayura, Porciosa y Conejo, sitios que antes eran conocidos como ‘centros de acopio’ del combustible venezolano. De aquel lado usan otras trochas y las aguas del río Limón, en el estado Zulia, para poder distribuirla en los centros urbanos cercanos.

Los videos de las extensas balsas que usan para llevar los tanques de gasolina por el río son impresionantes y todo pasa frente a los ojos de las comunidades y las autoridades. “Todo lo que va por ahí está con la ‘autorización’ de la guardia venezolana y custodiada por hombres armados. Todo el mundo lo ve, pero nadie puede decir nada”, cuenta Juan José.

Captura de imagen de un video grabado por habitantes de Zulia (Venezuela) que muestra un camión cargado con gasolina colombiana.
Captura de imagen de un video grabado por habitantes de Zulia (Venezuela) que muestra un camión cargado con gasolina colombiana. | Foto: Archivo Particular

En el lado colombiano, también se denuncia que la Policía “cobra” por dejar pasar la gasolina. “La policía de vigilancia en el sector cobra por pasar la gasolina. Pasa en Agua Clara, en Puerto Santander, en San Faustino. Hay policías de la Polfa que también se dejan arreglar de los contrabandistas, aunque son menos”, asegura un líder de Norte de Santander.

Misteriosa explosión

El contrabando de gasolina también es peligroso, hay lugares donde se almacenan grandes cantidades y eventualmente se pueden presentar accidentes. El pasado 12 de septiembre un hombre falleció y cuatro más resultaron heridos cuando dos camiones cisterna explotaron en una bodega del sector de Villa Naty, en Maicao. La emergencia se produjo mientras pasaban el combustible de un vehículo a otro.

Las primeras versiones de testigos de los hechos señalaron que la gasolina de la explosión tenía como destino Venezuela, aunque horas después autoridades de La Guajira indicaron que el combustible iba a ser comercializado en zonas rurales del departamento. El hecho, sin embargo, dejó sobre la mesa la alerta sobre la nueva modalidad de contrabando que se ha venido incrementando en esta zona fronteriza.

Mohamed Dasuki, alcalde de Maicao, le dijo a SEMANA que ahora es imposible encontrar combustible venezolano en el municipio fronterizo como ocurría anteriormente por la crisis que vive el vecino país –que afectó notablemente sus refinerías– y por los operativos de control que realiza la Policía Nacional.

Para tratar de solventar la oferta y la demanda, el Gobierno nacional empezó a subsidiar el precio de buena parte del combustible que llega a territorio guajiro. El año pasado el cupo fue de 2.526.770 galones distribuidos en los 15 municipios del departamento, de estos Riohacha y Maicao concentran cerca de 1.200.000 galones.

“Esta cantidad no es suficiente ni siquiera para cubrir las necesidades de La Guajira. Entonces, mucha gente se extraña por el incremento del consumo. La explicación es que ya los propietarios de vehículos no encuentran expendios de gasolina venezolana en cualquier esquina y, como ya no existen, a todo el mundo le toca tanquear en las estaciones legales; eso incluye a los carros venezolanos”, señaló el alcalde.

Dasuki, sin embargo, indicó que negar la posibilidad de que una parte menor de ese combustible subsidiado esté saliendo por las trochas hacia Venezuela sería no ver la realidad. “Puede ser algo mínimo de contrabando en pimpinas y tanques. Lo que puede estar pasando es que muchos de los carros de transporte ilegal que entran a Colombia regresan llenos de nuestro combustible y que, además, algunos miembros de la comunidad wayúu aprovechan su libre circulación para cargar gasolina hacia poblaciones alejadas”.

En 2020, la Polfa ha decomisado 11.716 galones de gasolina y ha capturado a 36 personas por delitos relacionados con el contrabando de hidrocarburos en la frontera, lo cual incluye gasolina o ACPM. En comparación al año anterior, han disminuido las aprehensiones e incautaciones notablemente, porque fueron 89.300 galones de gasolina. Aun así, la cantidad de gasolina que estaría pasando supera con creces la incautada, el problema no es menor. Según el diario El Nacional de Venezuela, cada día estarían cruzando ilegalmente entre 795.000 litros y 2.385.000 litros de gasolina de Colombia.

Lo que llama la atención es que si bien el contrabando de gasolina se invirtió entre los dos países, el ACPM sigue pasando a borbotones de Venezuela a Colombia. Este año se han incautado más de 132.0000 galones de ACPM. La razón es sencilla: en Venezuela un galón de ACPM vale 30 o 50 pesos, mientras que en Colombia lo venden en promedio a 7.000 pesos.

“Hay unas rutas e infraestructura ilegal que conocía el negocio, lo que pasa es que ahora se trabaja en otra dirección. En el caso venezolano los costos van a ser muchísimo más altos, porque en esto no solo participan autoridades colombianas y venezolanas, sino que hay una red de corrupción muy importante que en algunos momentos se ha logrado enfrentar. Pero existiendo el estímulo ilegal que genera réditos, siempre se va a dar”, explicó a SEMANA Ronal Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, quien además señala que el problema de fondo “es la estructura económica de Venezuela”.

El negocio del contrabando de hidrocarburos sigue siendo rentable, es binacional, aunque es tratado por cada país individualmente, ante la ausencia de relaciones diplomáticas centralizadas.