ECONOMÍA

El nuevo capítulo en la guerra mundial de divisas: ¿Colombia cómo va ahí?

Mientras que Estados Unidos y Europa mantienen encendida la máquina de imprimir billetes, los países emergentes tratan de adaptarse y prepararse para evitar que un choque externo empeore el panorama económico.

25 de agosto de 2020

Para aquellos países como Colombia, que tienen que buscar las divisas con las cuales adquirir productos y servicios que no producen u ofrecen sus economías, como tecnología o bienes de capital, la situación puede resultar en problemas de liquidez frente a los cuales hay que estar preparados.

Así lo advierte el analista Guillermo Valencia, director de la firma Macrowise, quien explica que Estados Unidos ha marcado la pauta en materia de política monetaria, lo que afecta la capacidad de generar y ahorrar divisas de los países que no cuentan con una moneda fuerte como las de los emergentes.

“El mandato para la Reserva Federal es mantener la estabilidad financiera, el empleo, el crecimiento y controlar la inflación en Estados Unidos. El mandato de la FED no es restaurar la liquidez mundial o mantener la estabilidad financiera mundial”, dijo el experto al advertir que los demás países no deben confundirse sobre las prioridades de la potencia norteamericana.

“El problema es que cuando imprimen -dijo el Valencia- tienen ya una ventaja competitiva, porque no les cuesta nada. Pero países como Brasil o Colombia tienen dos caminos para obtener más divisas: primero, más exportaciones, y, segundo, traer a la cuenta de capital más dólares por la vía de deuda o inversión extranjera”.

Cuando Estados Unidos imprime dólares, afecta de paso las reservas de otros países con activos en esa moneda, lo cual significa un ajuste en su capacidad de compra en los mercados internacionales.

“Con los problemas en los mercados del petróleo, no tenemos cómo conseguir esos dólares por exportaciones y, en la pospandemia, sin crecimiento, la inversión extranjera no va a ser una gran salida”, explicó.

Así las cosas, la salida final es la de la deuda, que es lo que se ha venido evidenciando durante la pandemia.

“Eso está bien mientras las tasas estén bajitas y que estemos sin fenómenos que representen una disrupción para la liquidez”, señaló. Eso significa que si en algún momento alguno de los Bancos Centrales poderosos del mundos como la FED y el Europeo suben sus tasas de interés, las economías emergentes enfrentarán duros choques externos, con devaluaciones importantes.

Otros actores como China no se están quedando quietos. Según Valencia, actualmente la nación asiática es la mayor tenedora de bonos del tesoro americano y con el proceso de emisión que ha adelantado la autoridad monetaria de Estados Unidos, se ha estado licuando ese activo.

“Los activos de China pesaban 30% de todos los dólares en circulación antes de la pandemia y hoy solo son 24%. Los chinos no están contentos con eso”, explicó.

Ahora las autoridades chinas están diversificando su portafolio y se han ido a reservas como oro y han querido dar crédito en yuanes.

“Europa tampoco está feliz, aunque ellos puede imprimir, quieren más deudores en euros. Esa competencia sobre quienes tienen deuda, empieza a generar bloques”, explicó.

Para Valencia en un escenario como este se generan “interfaces”, es decir activos a los que acuden la gente en busca de refugio, como el oro.

“El problema es que hay muchos puntos donde esos dos sistemas internacionales se están empezando a tocar”, explicó y advirtió sobre lo que está pasando en jurisdicciones como Hong Kong.

Valencia dijo que un factor de análisis clave es que al momento de choques de liquidez, los grandes poseedores de divisas fuertes van a tener la sartén por el mango.

“La más importante es la politización de la línea swap: al que esté con Estados Unidos le dan swap y al que no, no tiene esa liquidez”, comentó. Esto lo que significa es que probablemente la guerra de divisas va a significar mayores o menores problemas de acceso a liquidez en función de las relaciones diplomáticas de cada país.

La incertidumbre será la regla del juego en materia monetaria en los próximos años. Es necesario que las autoridades tengan en foco estas circunstancias para impedir que cualquier choque externo se lleve por delante la estantería económica.