REFORMAS
Duque comienza la defensa de su reforma tributaria
Ante las primeras críticas a la Ley de Financiamiento, el presidente aseguró que no es una iniciativa para favorecer al gran capital ni que las personas de mayores ingresos sean las que más se beneficien de los productos exentos del IVA. Arrancó el debate tributario.
A pesar de que la Ley de Financiamiento se radicará mañana en el Congreso de la República, el debate sobre los cambios tributarios propuestos y la defensa del gobierno ya empezó.
El mismo presidente de la república, Iván Duque, reconfirmó hoy algunos de los lineamientos centrales que tendrá el proyecto de ley, y los defendió, afirmando que lo que buscan es aumentar la formalización y la equidad.
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Según el mandatario, el objetivo es tener un sistema tributario más simple, más efectivo, que beneficie el desarrollo empresarial, que no castigue la clase media, que permita corregir las inequidades y la falta de progresividad en algunos tributos. “No podemos seguir propiciando impuestos que generen inequidad”, explicó Duque durante el XX Congreso Internacional de la Federación Colombiana de Agentes Logísticos en Comercio Exterior (FITAC).
Con esto, el mandatario comenzó la defensa de su Ley de Financiamiento y de las primeras críticas que han comenzado a surgir ante los cambios en materia tributaria que se han conocido.
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La ley propondrá una reducción gradual del impuesto a la renta para las empresas –se buscará una reducción gradual de la tasa general para llevarla al 30 por ciento en 2020– al tiempo que buscará un aumento para las personas naturales con ingresos mayores a 50 millones. Y como novedad, traerá un régimen simplificado para las pymes que facturen hasta 2.652 millones de pesos al año. Temas que había venido prometiendo Duque desde la campaña electoral.
Para algunos analistas, esto significa que será una reforma para beneficiar a las empresas y castigar a las personas naturales y la clase media. El presidente Iván Duque descartó que “se trate de una iniciativa para favorecer al gran capital”, algo en la que sin duda el gobierno tendrá que esforzarse a fondo para explicar.
Sin embargo, la mayor controversia que traerá la reforma vendrá por los cambios propuestos en materia de IVA pues el gobierno insistirá en universalización de la base del IVA a todos los productos de la canasta familiar, con unas pocas excepciones como servicios públicos y salud. Esta ampliación de la base será compensada con una reducción gradual de la tarifa general del impuesto -18 por ciento el próximo año y 17 por ciento en 2020- y un mecanismo de compensación para los más pobres.
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La defensa de Duque
Respecto a la reducción del impuesto a la renta para las empresas, el jefe del Estado explicó que la propuesta busca, entre otros objetivos, bajar la tasa efectiva de tributación a las micro, pequeñas, medianas y grandes empresas para que tengan mejores condiciones para generar empleos estables y a largo plazo. Además, recordó que se proponen incentivos tributarios tanto para las empresas que inviertan en zonas rurales y generen empleos, así como para las denominadas empresas creativas. Las inversiones en bienes de capital también podrán descontar el IVA del impuesto de renta.
A pesar de que las grandes ganadoras de la reforma serán las empresas, Duque rechaza la idea de que sea una reforma que afecte a las personas y a la clase media. A este respecto, el gobierno abandonó la idea inicial del Ministerio de Hacienda de bajar los umbrales a partir de los cuales la gente declarara renta y se centró, según Duque, en la gente de mayores ingresos. “Quienes hoy declaran renta y no pagan, no van a pagar. Quienes hoy pagan renta hasta 35, 40 millones de pesos, no van a pagar más de lo que ya pagan. Pero hemos detectado que por encima de esos ingresos –sin espíritu populista ni persecutorio– se puede propiciar un mayor pago y ese mayor pago, que puede ser superior a los 3 billones de pesos, nos permite articular muchas de las reducciones”. Además, recordó que vendrá un nuevo impuesto a la riqueza.
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Por último, respecto a las críticas por el tema del IVA afirmó que “no podemos seguir propiciando impuestos que generan inequidad, porque las personas de mayores ingresos son las que más se benefician” de los productos exentos del IVA.
Una tesis que ha venido tratando de explicar el gobierno desde hace un tiempo. Esto es, que la exención del IVA sobre algunos productos beneficia no solo a las personas de menores ingresos sino también a los ricos. Por esto, “tiene toda la lógica gravar toda la canasta familiar y devolverles algo a los más vulnerables”, ha afirmado el Ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla.
Quienes apoyan esta tesis consideran que la multiplicidad de tarifas que hoy existen facilitan la evasión del impuesto y que por esta vía se pierde un gran recaudo. Según el Marco Fiscal de Mediano Plazo, el impacto fiscal que se deriva de la existencia de exclusiones, exenciones y tratamientos diferenciales en IVA supera los 65,6 billones de pesos.
Los que no están de acuerdo con la medida afirman que podría traer un efecto sobre el consumo, la confianza de los hogares y el crecimiento pues sería inflacionaria. Por esto, el gobierno acompaña la medida con una reducción gradual de la tarifa general al 17 por ciento.
Algo que no le gustó a muchos macroeconomistas que no entienden como en un momento de dificultades fiscales el gobierno se la juega por reducciones en tantos frentes. Además, consideran que no es claro el mecanismo de devolución.
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Sin duda, será un debate intenso. Buena parte de la canasta familiar como vestuario, diversión, combustibles, telefonía y hasta artículos para el aseo y el cuidado personal ya tienen IVA del 19 por ciento. Sin embargo, la gran pregunta es si con la propuesta, alimentos esenciales que hoy están excluidos como arroz, pan, papa; hortalizas, legumbres y frutas frescas; panela; así como arrendamientos, servicios públicos, servicios de salud, matrículas y pensiones y transporte público pasarían a tener IVA. Algo que hace muy difícil el camino de esta propuesta.