EMPRESARIOS
El esperanzador video del dueño de la ensambladora Busscar en medio de la crisis
En 2013 la empresa fue consumida por las llamas y en 2016 estaba en quiebra. Ahora es un ejemplo en Pereira al ensamblar los buses eléctricos.
La historia empresarial de Roberto Gálvez Montealegre, presidente de la ensambladora de buses Busscar, es una de las más fascinantes en el Eje Cafetero y del país.
Este hábil ejecutivo empezó como voceador y vendedor informal y, en la actualidad, es uno de los empresarios más reconocidos y exitosos del país.
Afirma sin filtro alguno que la ‘universidad’ la tuvo en las calles y su posgrado en las crisis por las que ha pasado la compañía. “Fui obrero, vendedor ambulante, voceador de periódicos y mecánico de La Rosa; me le medía a todo”, contó a Dinero hace un par de años.
Comenzó su recorrido empresarial en 1993, cuando abrió con un socio un taller para reparar buses estrellados. Trabajaba tanto que le sangraban las manos. Para 1995 decidió formalizar aún más las cosas al crear la firma Carrocerías de Occidente. Para esa época tenían 9 empleados y podían carrozar una buseta en 45 días.
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Un par de años después, Roberto Gálvez aceptó un alto cargo en la Universidad Libre de Pereira, por lo que tuvo que apoyarse en su esposa, Luz Mary Valencia, para mantener a flote la empresa de buses.
Al final de la década de los noventa la pareja ya había implementado en su compañía la línea de producción, lo que les permitía armar 7 vehículos al mes.
Con la llegada de los primeros buses de TransMilenio, en 2001, Gálvez vio una oportunidad para crecer. Sin embargo, le faltaba mucho capital y experiencia en este tipo de vehículos, inusuales en el medio. “Necesitábamos una alianza; recuerdo que le dije a mi esposa: o crecemos o desaparecemos”, relata.
En aquel entonces entra en la escena local Busscar Omnibus de Brasil, una compañía consolidada con reconocimiento internacional por la fabricación de buses articulados, biarticulados e intermunicipales de doble piso.
La alianza de Gálvez con estos empresarios brasileños dio lugar, en 2003, al nacimiento de Busscar de Colombia.
Sin embargo, los socios brasileños enfrentaron una dura crisis en 2012, la cual los obligó a vender el 40 por ciento que tenían en esa sociedad.
Además, la parálisis total en la construcción de nuevas troncales de TransMilenio, sumada a una profunda crisis financiera del Sistema Integrado de Transporte Público (Sitp) y a la alta concentración de los negocios en el mercado colombiano, llevó a Busscar Colombia a una crisis sin precedentes.
En 2013 enfrentó un grave incendio que afectó buena parte de su empresa de ensamble de buses, luego, en 2016 enfrentó la insolvencia debido a la falta de negocios y la parálisis en renovación de flotas de buses en el país.
En plena pandemia, cuando cientos de empresas están al borde del abismo financiero, Busscar se adapta a la actual coyuntura y encuentra nuevas oportunidades comerciales. Prepara por estos días su línea de producción para ensamblar buses que se exportarán a Cuba y ya tiene otros contratos para proveer sistemas masivos en México.
El camino empresarial ha sido sinuoso. En 2019 y 2020 se tuvo que adecuar a la nueva realidad del mercado y necesidades de la población que se refleja en menos buses contaminantes y más vehículos eléctricos.
El año pasado lograron modernizar y adecuar sus líneas de ensamblaje y ahora tienen todo listo para el montaje de casi 600 buses padrones en su fábrica de Pereira. Este equipo era hasta hace unos meses importado desde enormes factorías de China.
En un emotivo y esperanzador video realizado por esta firma, este empresario recorre -junto con su esposa, protagonista del video, cada uno de estos sucesos-. “Busscar resurgió de las cenizas gracias a una de sus premisas: ante la adversidad, no te detengas”, es parte del mensaje que circula en redes sociales.