Economía
La desinformación es una amenaza a corto plazo para la humanidad, según expertos consultados por el Foro Económico Internacional
La información errónea y la desinformación hacen parte los mayores riesgos a corto plazo, mientras que el cambio climático es la mayor preocupación a largo plazo, según el Informe de Riesgos Globales 2024.
Basándose en casi veinte años de datos originales sobre los riesgos latentes a nivel mundial, el Foro Económico Mundial advierte que las prioridades comienzan a cambiar este 2024. En efecto, la sociedad se encuentra en un punto vulnerable, de cara a los nuevos riesgos.
La variación en el sistema de las dinámicas globales, el clima, la demografía y la tecnología son los pioneros esta vez, pues encabezan las listas de dificultades a las que se podría enfrentar el mundo en el corto, mediano o largo plazo.
Zurich Insurance Group y Marsh McLennan, empresas que laboran en el área de riesgos y seguros, lideran este informe en el que se reúnen las opiniones de 1400 expertos en riesgos globales, políticos y líderes en la industria. En su mayoría, hay resultados negativos frente al tema de catástrofes.
Según los encuestados, hay dos conclusiones. Unos señalan que el pico de las catástrofes podría estar entre los próximos 2 años, mientras que otros, negándose rotundamente a esta idea, señalan que el pico de estos eventos podría verse en los próximos 10 años.
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“Un orden global inestable, caracterizado por la polarización de las narrativas y la inseguridad, el empeoramiento de los impactos del clima extremo y la incertidumbre económica están acelerando la propagación de los riesgos, incluidas la información errónea y la desinformación”, afirmó Saadia Zahidi, directora del Foro Económico Mundial.
“Los líderes mundiales deben colaborar para abordar las crisis a corto plazo, así como para establecer las bases para un futuro más resiliente, sustentable e inclusivo”, agregó
La circulación de información errónea y los conflictos
La tecnología ha sido un gran logro para el avance de la humanidad, pero su mal uso daña el real sentido de esta, tal como podría pasar con la inteligencia artificial (IA). En este caso, las preocupaciones se centran en los riesgos que conlleva la desinformación, la cual puede acarrear distensiones geopolíticas, entre otros problemas de gran envergadura.
El mundo y la incertidumbre económica
El Covid-19 y las tensiones entre varios países han hecho que la economía global se haya sumido en un vaivén en el que muchas naciones se han visto caminando sobre un panorama incierto. Así, la falta de oportunidades económicas ha ocupado un puesto clave en estos últimos años.
Uno de los factores de riesgo vistos a largo plazo es la ausencia de medios para la subsistencia de una gran parte de las sociedades, tema que se desarrolla en conjunto con los riesgos climático y tecnológico.
El planeta en peligro
La conversación sobre los riesgos que implica el calentamiento global y el cambio climático se ha intensificado dada la coyuntura actual. Cada vez, son más comunes eventos como huracanes, inundaciones, sequías y desprendimiento de glaciares. Dos tercios de los expertos globales temen que se produzcan eventos meteorológicos extremos en 2024.
La escasez de recursos naturales, la pérdida de biodiversidad, el colapso ecológico y la contaminación son algunos de los factores que más preocupan. De hecho, está previsto que se intensifiquen en un plazo de 10 años, pero parte de los encuestados del sector privado creen que los riesgos ambientales se materializarán con más intensidad de lo que cree la sociedad civil y algunos gobiernos. Esto apunta al riesgo creciente de alcanzar un punto de no retorno.
Cómo se debe responder a estos riesgos
Fortalecer la resiliencia individual y estatal mediante campañas de alfabetización digital sobre la información errónea, fomentar la investigación y reducir la huella de carbono hacen parte de las soluciones.
Carolina Klint, de Marsh McLennan, señaló: “Los avances de la inteligencia artificial afectarán radicalmente las perspectivas de riesgos de las organizaciones, por lo que muchos tendrán problemas para reaccionar ante amenazas derivadas de la información errónea, la desintermediación y el cálculo estratégico erróneo. Al mismo tiempo, las empresas tendrán que negociar cadenas de suministro cada vez más complejas, debido a la geopolítica y el cambio climático, así como por las amenazas cibernéticas crecientes. Se necesitará un enfoque tenaz para desarrollar resiliencia a nivel organizacional, nacional e internacional, y una mayor cooperación entre los sectores público y privado, para hacer frente a este panorama de riesgos en rápida evolución”.