Empleo Juvenil

¿Por qué a los jóvenes sin experiencia se les dificulta tanto encontrar trabajo?

El Ministerio de Educación Nacional afirma que menos de un tercio de los recién egresados encuentra trabajo en los primeros seis meses. La falta de habilidades empresariales entre las causas principales.

18 de noviembre de 2015
Quizás la habilidad que más necesaria se hace y al mismo tiempo la menos común entre los recién egresados es la capacidad de resolver problemas eficientemente.

El mercado laboral para los jóvenes es particularmente hostil. Los datos más recientes para este segmento de la población (julio – septiembre 2015) afirman que la tasa de desempleo es de 15,7%, casi 7 puntos por encima de la tasa total nacional (9%).

Por sexo, el desempleo en las mujeres jóvenes asciende a la escandalosa cifra del 20,9% mientras que para los hombres disminuye hasta el 11,8%. Al observar los datos históricos, desde 2009 este indicador ha disminuido sin interrupción, pero en los últimos dos años se estancó alrededor de la cifra actual.

Es conocido que las condiciones laborales se han complicado en los últimos meses gracias a los efectos de la desaceleración económica hasta el punto que el empleo solo creció 0,1% en el último trimestre medido. La industria y el agro son los sectores más reacios a contratar jóvenes.

Pero, ¿Por qué estos indicadores son tan altos?


Una palabra: experiencia. El rector de Uniempresarial, Álvaro Carrizosa explicó a Dinero que la alta demanda laboral juvenil se mantiene y entre los factores que reducen las oportunidades es la falta de experiencia.

Y surge otra interrogante. ¿Por qué las empresas son tan renuentes a contratar recién graduados sin experiencia? El rector de Uniempresarial afirma que es por un lado es una cuestión de costos.

“Las empresas no están dispuestas a asumir el costo de una persona a la que deben capacitar y que al mismo tiempo carece de ciertas habilidades que no se suelen aprender en la academia”.

Entre las habilidades que las empresas buscan en los egresados y no suelen encontrar destacan la falta de comunicación asertiva y el hecho de que los jóvenes no saben priorizar sus responsabilidades.

Adicional, según Carrisoza, quizás la habilidad que más necesaria se hace y al mismo tiempo la menos común entre los recién egresados es la capacidad de resolver problemas eficientemente.

Lejos de ser un problema personal, es la academia en general la que debe replantearse la forma en la que está enseñando la resolución de problemas y no únicamente la educación superior. Desde la infancia el problema se encuentra latente.

El problema de resolver problemas


Carrizosa explica que generalmente la academia tradicional enseña a resolver problemas que solo tienen una posible solución, cosa que es particularmente difícil de encontrar en las situaciones cotidianas.

“Esto solo demuestra que el país está muy atrasado en las tendencias mundiales de la educación” continúa Carrizosa.

Por esta razón las empresas son más selectivas cuando buscan nuevo personal o suelen prescindir de los practicantes una vez finalizado su periodo de contratación.

Este fenómeno a su vez se ve reflejado en los salarios. Una persona con 1 ó más años de experiencia puede devengar un salario hasta 35% mayor que alguien sin experiencia ejerciendo el mismo cargo.

El modelo alemán: una solución


Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en América Latina aproximadamente 1 de cada 4 jóvenes no estudia ni trabaja. La hostilidad del mercado laboral promueve la informalidad en este segmento de la población.

El panorama es desalentador. Según el Ministerio de Educación, en promedio solo el 27% de los jóvenes logra obtener su primer empleo durante los primeros 6 meses luego de graduarse. Luego de 7 meses este porcentaje se reduce a 10%.

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Sin embargo, hay soluciones para este fenómeno. Una de ellas como explica Carrizosa es la implementación del modelo alemán o “modelo dual” cuyo objetivo es cerrar la brecha entre la academia y el sector empresarial.

¿Cómo funciona? Permitiendo a los estudiantes conocer el entorno empresarial desde los primeros semestres, algo así como tener una práctica durante toda la carrera. Esto permite a los jóvenes comprender mejor los retos de un ambiente laboral y desarrollar las habilidades anteriormente mencionadas.

Los resultados son evidentes, si bien hay pocas universidades en Colombia que utilizan este modelo (incluida Uniempresarial), casi el 94% de los egresados con estas prácticas encuentran trabajo en los primeros 6 meses y demuestran una gran estabilidad.

“La productividad es altísima con estos modelos educativos elevando el valor agregado de estos futuros trabajadores” afirma Álvaro Carrizosa quien confía que mediante estos nuevos proyectos para optimizar la educación, siguiendo los pasos de los países pioneros, “en el futuro los jóvenes puedan movilizarse sin fronteras. Así tendremos un continente competitivo y sólido”.