Economía
El ministro de Hacienda explica el frustrado negocio de Ecopetrol en EE.UU.: “El petróleo sigue adelante, pero no con fracking”
“El asunto es de coherencia”, dijo Ricardo Bonilla, titular de la cartera, sobre la negativa al Proyecto Oslo en la cuenca del Permian en Estados Unidos, el cual le garantizaba a la petrolera nacional beneficios financieros, de producción y reservas, y hasta ambientales.
Todavía en algunos sectores se lamenta la decisión que tomó la junta directiva de Ecopetrol de rechazar un atractivo negocio en Estados Unidos, donde ya tiene operación, y que se hubiera convertido en una de las movidas más importantes de la petrolera colombiana.
Se trataba del Proyecto Oslo: la compra del 30 % de CrownRock, una empresa de la Oxy, que opera en una de las cuencas más importantes del mundo, el Permian, en ese país, bajo la técnica del fracking. De hecho, desde 2019, la petrolera colombiana ya tiene presencia en esa región, también en un joint venture con la Oxy, y, precisamente, esa operación es la que le ha permitido crecer en su producción, mientras los pozos en Colombia están declinando.
Para Ecopetrol hubiera sido el negocio más grande de su historia, con una inversión cercana a los 3.700 millones de dólares, solo comparable con la compra de más del 50 % que hizo de ISA. De acuerdo con un informe interno de Ecopetrol, esta iniciativa, conocida como Proyecto Oslo, le representaría grandes ventajas a la petrolera: la producción se incrementaría 9 %, las reservas también aumentarían 9 %, la utilidad neta crecería entre 1,3 y 1,6 billones de pesos adicionales –un incremento de 14 %–, el ebitda subiría 6 % y el impacto ambiental sería mucho menor en casi 8 veces, al que registran las operaciones de los pozos en Colombia.
A pesar de ello, y del proceso que siguió el proyecto para su aprobación, al final un escueto comunicado Ecopetrol anunció la decisión de no adquirir esa participación, apenas un día antes de que se venciera el plazo para cerrar el negocio con la Oxy.
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Allí empezaron a surgir los rumores de un veto del presidente Gustavo Petro a la operación. Distintos expertos no solo lamentaron que la empresa desistiera de esa oportunidad para renovar su portafolio e incorporar un activo muy valioso, sino también por la fractura en el gobierno corporativo y la injerencia directa del Ejecutivo en la administración de la compañía. Además, hoy todavía muchos se preguntan dónde quedan los derechos de los accionistas minoritarios y si habría alguna medida jurídica que pudieran tomar en Colombia o en Estados Unidos, donde la acción de la petrolera está listada.
Incluso, la misma presidenta de la Oxy, Vicki Hollub, en una conferencia con inversionistas, dijo que se había trabajado en este acuerdo desde marzo, “pero el presidente Petro, de Colombia, no lo aprobó”. “Ha dejado muy claro al mundo que está en contra del petróleo y el gas, del fracking y de Estados Unidos. Y con esos tres ataques prácticamente sacó a Ecopetrol del acuerdo”, agregó al referirse al jefe de Estado colombiano.
En su momento, Felipe Bayón, expresidente de Ecopetrol, advirtió que “esta es posiblemente la mejor oportunidad que tiene la compañía en su portafolio y que se generó gracias al negocio que hicimos hace 5 años”. Además, destacó que es un portafolio que tiene una huella de carbono mucho menor que la nacional: casi el 90 % más baja que el promedio del portafolio de Ecopetrol. Se preguntó dónde quedó el gobierno corporativo y se mostró preocupado por las implicaciones que pueda tener esta decisión en la credibilidad de Ecopetrol.
Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol, explicó que, a pesar de las bondades del proyecto, la junta decidió no avanzar porque requería un alto nivel de endeudamiento que podría poner en riesgo el grado de inversión de la empresa.
Además, era necesario pasar por el Ministerio de Hacienda para que fuera autorizada la deuda. Y agregó que, si seguía adelante con esta iniciativa y luego la empresa desistía, tendría que pagar una multa cercana a los 300 millones de dólares.
De acuerdo con Roa, en entrevista a SEMANA, al consultar este tema, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, le dijo: “Yo no encuentro ambiente para que el presidente nos vaya a aprobar un endeudamiento de este nivel y para comprar fracking”.
¿Qué dijo Ricardo Bonilla?
En diálogo con SEMANA, en su más reciente edición, el ministro de Hacienda explicó los alcances de la reforma tributaria que piensa presentar el Gobierno. Dijo que no se tocará el IVA, tampoco se subirá el 4 x 1.000, pero el Gobierno no respaldará el proyecto que busca reducir este impuesto; aseguró que el petróleo y el carbón siguen en la mira y no ve espacio para cobrar más tributos a los asalariados.
En la conversación también tuvo espacio para aclarar los alcances de la decisión del ministerio de no entregar a Ecopetrol el aval al crédito para el negocio con la Oxy, en el Permian, en la compra de CrownRock.
“La discusión que tuvo Roa (Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol) con el presidente (Petro) fue de coherencia en términos del proceso. El petróleo sigue adelante, lo único que se dice es que no lo haga con fracking. Y lo que se estaba proponiendo era invertir en esa técnica de extracción de combustibles”, dijo Bonilla.
Es claro que la compañía requiere esos recursos y es en esa zona donde tiene la producción que más le está rindiendo a la petrolera colombiana. Y el ministro de Hacienda reconoció que es así, pero reiteró: “El asunto es de coherencia. Lo que está pidiendo el presidente a Ecopetrol es que busque otras inversiones que no sean fracking”.
Al insistírsele en que, dada esa situación, si fue el presidente Petro quien echó atrás el negocio, Bonilla aseguró: “La decisión es el resultado de una serie de discusiones. Insisto, el tema es por un planteamiento de coherencia”, concluyó.