Impuestos
El proyecto que busca poner coto a aumento del impuesto predial se enredó en el Congreso; ¿parlamentarios frenando lo bueno?
La propuesta legislativa tiene 9 artículos y se empantanó en el segundo, que es la almendra de la iniciativa.
Con solo 9 artículos, el proyecto de ley para ponerle coto al cobro del impuesto predial en los municipios, de cara a la actualización catastral que adelanta el país, la iniciativa se empantanó en solo uno, el número 2, pero es justamente la almendra de la propuesta.
El artículo 2 del proyecto de ley presentado por el Gobierno, esencialmente a través del Ministerio de Agricultura –la ministra de Agricultura Jhenifer Mojica ha estado ausente del recinto legislativo– se refiere a los límites del impuesto predial unificado y es lo que ha causado polémica. Que se afecta a los más pobres, porque si se hace la actualización catastral y se les aplica un cobro progresivo del avalúo se les dispara el impuesto predial; que la tabla no es justa, han sido algunos de los argumentos expuestos en el debate de un proyecto de ley que, al parecer, ha sido malentendido.
Por ello, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, quien es el que ha estado poniendo el hombro al estudio y debate de la iniciativa, salió a aclarar lo que más ha generado confusión. En primer lugar, enfatizó en que el proyecto no es para subir el impuesto predial. Por el contrario, en vista de que la actualización catastral es un hecho y su curso ya ha generado inconvenientes en algunos municipios, donde se incrementó el costo del impuesto en al menos 1.000 %. En consecuencia, el proyecto de ley es para evitar que esos incrementos desmedidos sucedan y afecten el bolsillo de los hogares.
Desactualización que nunca dejan hacer
En el debate, si bien se ha puesto de presente que el impuesto predial unificado es una de las principales fuentes de ingresos municipales y un eje fundamental en la estructura tributaria municipal, también se ha enfatizado en que el problema es de justicia tributaria, pues existen zonas en las que las actualizaciones catastrales no se hacen desde hace décadas; por lo tanto, ahora los predios pueden estar dedicados a otras actividades económicas y siguen pagando como terrenos improductivos.
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Por consiguiente, el recaudo total del impuesto predial unificado, como porcentaje del PIB, es paupérrimo en el total del país. Solo representa el 0,8 % del producto interno bruto, lo que es inferior al promedio de países de la Ocde (1,1 %).
Es bien sabido que en Colombia ha existido una verdadera batalla para no dejar actualizar el catastro, lo que, inevitablemente, salpica el costo del impuesto predial, pero en términos de que paguen todos lo que deben pagar al fisco, se generan hondas inequidades.
Última oportunidad
Por ello, a muchos intervinientes en el debate tributario, como Óscar Darío Pérez, de la Comisión Tercera de Cámara, les parece inaceptable que, luego de 7 meses desde que se iniciara el trámite del proyecto de ley, se sigan poniendo trabas a algo que es bueno para el ciudadano, pues se trata de evitar que en un municipio, por poner a tono el impuesto predial con la actualización catastral que revisa el valor de los predios, rompa el bolsillo de los hogares.
“La actualización catastral va porque va. Eso está establecido en dos planes de Desarrollo del país. De tal manera que lo importante es poner techo a esos aumentos vertiginosos para el cobro del predial”, dijo el parlamentario, y agregó que, de no dejar pasar el proyecto de ley, lo que se estaría haciendo es permitir que a los colombianos les aumente el predial en 1.000 y a veces hasta en 10.000 %, advirtió.
Al proyecto de ley, para que pase su primer debate, solo le faltan dos artículos de 9, el último (9) que es la vigencia, y el 2, que es el más controversial y, por lo tanto, tiene cerca de una veintena de proposiciones.
El presidente de la Comisión Tercera, donde hace curso el proyecto de ley, ante la finalización de la jornada sin la luz verde para la aprobación de la iniciativa legislativa, citó para el lunes 17 de junio, con la expectativa de que se desempantane la votación y los parlamentarios, más allá de posiciones políticas, decidan avalar lo bueno.