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¿Subirá más la factura de la energía eléctrica? Estas son las amenazas en el sumistro y los temores de un apagón
A las dificultades financieras de las distribuidoras de energía de la costa Caribe se suman ahora los retrasos en la entrada de proyectos de generación y transmisión, la poca disponibilidad de gas y un régimen de lluvias menor al que por esta época se da en el país. Revive el fantasma del apagón.
No habían terminado de pasar los coletazos de la intervención de Air-e (la distribuidora de energía que atiende tres departamentos de la costa Caribe) por parte de la Superintendencia de Servicios Públicos, y el anuncio de Afinia de la posibilidad de seguir el mismo camino si el Gobierno no le compra la participación a EPM, cuando otros hechos empezaron a producir preocupación en el sector y a revivir los fantasmas del apagón de hace 30 años.
Por una parte, el alcalde mayor de Bogotá, Carlos Fernando Galán, ratificó los riesgos que tienen la capital y la región de la sabana porque aún no han entrado en operación dos líneas de transmisión que atenderán la demanda creciente de esta zona del país. Explicó que se trata de los proyectos Chivor Norte y Sogamoso, que tienen un avance cercano a 52 y 70 por ciento, respectivamente, “pero que se han encontrado con dificultades para poder avanzar en términos de las decisiones que debe tomar el Ministerio de Ambiente y la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla)”.
Galán señaló que hoy 22 proyectos empresariales, de vivienda y comerciales en la ciudad y la región tienen acceso a energía condicionada a que estas líneas avancen. El alcalde afirmó que la región tiene una capacidad instalada cercana a los 3.500 megavatios, cuando la demanda es de 3.100 megavatios, que, dijo, es un margen muy limitado, “y nos deja muy vulnerables, nos deja en cierta forma viajando por una carretera sin llanta de repuesto. Cualquier cosa que suceda, tendremos graves dificultades para abastecer de energía a la región”, afirmó el alcalde.
Por su parte, Natalia Gutiérrez, presidenta de Acolgen, hizo una radiografía de la situación de la energía esperada, con información de XM, el administrador del mercado. En 2021 entró solo el 7 por ciento de la nueva energía prevista; en 2022, el 28 por ciento, y en 2023 ingresó apenas el 17 por ciento de lo esperado. “Para lo que queda del año 2024, se espera la entrada de 103 nuevos proyectos, pero de esos, tan solo 47 (918 MW) tienen una garantía con el sistema, es decir, menos de la mitad son proyectos que realmente tienen un compromiso de entregar energía. Sumando esa cantidad a los que ya entraron en el primer semestre, adicionaríamos en total menos de 2 GW a nuestra capacidad instalada”, manifestó.
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El Grupo Energía Bogotá (GEB) es el responsable de la línea Colectora en La Guajira que conectará la energía de las renovables de esa región con el resto del país, pero Juan Ricardo Ortega, su presidente, hizo una advertencia: “Nosotros vamos a terminar la línea de Cuestecitas en julio del próximo año y vamos a terminar la otra en agosto del siguiente. Pero no hay ningún proyecto eólico construyéndose, ninguno”.
Gutiérrez, de Acolgen, advirtió que los balances entre oferta y demanda de energía eléctrica están cada vez más estrechos. “Incluso con la entrada esperada de los proyectos que hoy se encuentran en desarrollo (incluidos los solares de la subasta de confiabilidad de febrero 2024) podríamos no tener suficiente energía firme desde 2026”.
Por su parte, Ortega dijo que el consumo de la energía en Colombia es casi 70 por ciento hídrico, “y estamos con el agosto más seco de los últimos 55 años, con todas las hidroeléctricas del centro del país en condiciones de enorme vulnerabilidad”.
De hecho, como comentaron a SEMANA expertos del sector, para noviembre los embalses deben estar en un nivel superior al 60 por ciento para enfrentar la temporada seca de fin de año. Hoy están en cerca del 50 por ciento, pero hay preocupación por el bajo régimen de lluvias. Una de las posibilidades sería generar con térmicas para cuidar el agua que se tiene, pero algunas por la programación están en mantenimientos.
A esta compleja situación se suman los problemas críticos en gas, que llevarán a un déficit desde finales de este año. Y como dijo Ortega, gas y energía van de la mano. Por ejemplo, Ecopetrol anunció la suspensión temporal de suministro de gas vehicular a 13 empresas distribuidoras por las menores lluvias que están exigiendo más recursos de gas para las térmicas disponibles.
El panorama es crítico, tanto que Colombia ya anunció que limitará las exportaciones de energía a Ecuador, país que hoy ya padece racionamientos diarios. Parece que, para el corto plazo, más que pensar en transición, el objetivo debe ser la seguridad energética.