ECONOMÍA

Uno de ellos será el nuevo gerente general del Banco de la República

Este lunes, la junta directiva del Emisor escogerá, entre ocho aspirantes, al sucesor de José Darío Uribe. ¿Cómo está el pulso para esta crucial votación?

12 de diciembre de 2016
Juan José Echavarría, Leonardo Villar, Ana Fernanda Maiguashca y Hernando Vargas. | Foto: Fotomontaje SEMANA

A diferencia de hace doce años, cuando se realizó la última elección de gerente general del Banco de la República y hubo más de una decena de candidatos, esta vez la baraja de aspirantes es reducida.

Los actuales miembros de la junta directiva del Emisor deberán decidir, entre ocho nombres, al sucesor de José Darío Uribe, quien se retira por haber cumplido el período legal para este cargo. El grupo de aspirantes lo integra los ex codirectores, Juan José Echavarría y Leonardo Villar; el gerente técnico del banco, Hernando Vargas; la actual miembro de junta, Ana Fernanda Maiguashca; los ex ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo y Alberto Carrasquilla; el economista Roberto Steiner y el Superintendente Financiero, Gerardo Hernández.

Según el reglamento (Resolución interna 1 de 2000) que define el proceso de elección del gerente, los codirectores inicialmente hacen una ronda de votación secreta en la cual tienen en cuenta el perfil y las cualidades de los aspirantes al cargo. Van descartando de la lista, en primer lugar, los que más polarizan, es decir aquellos nombres sobre los que, definitivamente, se sabe no habrá consenso. Luego, a través de votaciones siguientes, la lista se sigue depurando hasta llegar a una terna final de candidatos. A estos tres se les consulta si les interesa ocupar esta posición, y es a partir de allí que se cumple la elección definitivamente.

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Fuentes consultadas por SEMANA.COM señalaron que, realmente, de los ocho candidatos, solo la mitad tiene chance de pasar a la fase final, es decir a la terna. Se dan como fijos para este grupo reducido, a Juan José Echavarría quien fue codirector entre los años 2003 y 2013 y a Hernando Vargas, quien desde el año 2005 ocupa la gerencia técnica del Emisor. El primero fue candidato a la gerencia, cuando se eligió a José Darío Uribe, es un prestigioso economista que en el pasado ha trabajado con el presidente Juan Manuel Santos. De hecho, en la campaña presidencial, fue el jefe programático. Vargas, por su parte, si bien no es muy conocido en la opinión pública, si lo es entre los economistas y ha hecho una importante carrera en el banco. Cabe recordar que José Darió Uribe ocupaba esta misma posición, hace doce años, cuando fue designado gerente general del Emisor.

El tercer lugar de la terna definitiva se lo disputarían el actual director de Fedesarrollo, Leonardo Villar, quien fue codirector del banco entre los años 1997 y 2009 y fue vice ministro de Hacienda y Ana Fernanda Maiguashca, codirectora desde el año 2013, tras ocupar el viceministerio técnico de Hacienda, y la dirección de Regulación Financiera. Es la más joven de los miembros del actual cuerpo directivo del Emisor.

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Los dos ex ministros de Hacienda que aspiran al cargo, José Antonio Ocampo y Alberto Carrasquilla, si bien tienen todas las cualidades para desempeñar la gerencia, serían los nombres que más polarizan la opinión de los miembros de junta que tienen que elegir, por lo tanto, fuentes consultadas les dan pocas probabilidades de llegar a la terna definitivamente. Los otros dos candidatos, Gerardo Hernández y Roberto Steiner, de acuerdo con las consultas hechas entre expertos, no tendrían opciones de avanzar en la escogencia.

El perfil del banquero

Más allá de la especulación sobre los nombres que podrían suceder a José Darío Uribe, es importante analizar el perfil que debe tener el nuevo jefe de la banca central colombiana.

Según analistas y académicos, en el futuro gerente del Emisor debe sobresalir una característica: la ortodoxia. El Banco de la República se ha distinguido por tener al timón a economistas apegados a la prudencia en el manejo fiscal, a la disciplina monetaria y a enviar señales económicas coherentes.

El gerente saliente, José Darío Uribe, ha hecho gala de estas cualidades, con lo que se ha ganado el respeto de la comunidad local e internacional y de sus colegas. Se espera entonces que su sucesor mantenga el firme compromiso de preservar el poder adquisitivo de la moneda. Aunque el gerente tiene un solo voto dentro de una junta de siete miembros, hay quienes señalan que su autoridad puede ser influyente en este cuerpo colegiado.

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El exministro de Hacienda Rodrigo Botero afirma que el Banco de la República tiene una enorme reputación internacional por su manejo serio, disciplinado y ortodoxo de la economía, y esto debe continuar.

Pero no basta con la ortodoxia. Según Botero, el aspirante a la gerencia, más allá de ser un técnico puro, debe tener capacidad para relacionarse con el Congreso, con la comunidad financiera internacional y con el alto gobierno. Además, debe poder interactuar con facilidad con la junta directiva del propio Emisor. Sentirse cómodo en esta relación y que los codirectores también se sientan así. La falta de armonía genera rompimientos que afectan la institución y las decisiones.

También tendrá que ser un excelente comunicador. Cada vez es más importante la tarea de saber transmitir, no solo a los mercados e inversionistas, sino al ciudadano de a pie las decisiones que afectan su cotidianidad. Esta fue una obsesión del actual gerente José Darío Uribe que deberá mantenerse.

En su relación con el alto gobierno, el gerente del Emisor tiene que guardar una distancia prudencial, pues la autonomía del banco es un patrimonio invaluable. No debe mantenerse ni muy lejos ni muy cerca, ni hostil, ni en extremo amigable para evitar que se piense que es una ficha del gobierno. La Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) señala que no hay que olvidar que si el ministro de Hacienda representa los intereses del gobierno de turno en la junta, el gerente representa (en principio) los intereses del cuerpo colegiado que lo nombró.

Un nuevo ciclo

La importancia del nombramiento radica también en el hecho de que, en enero de 2017, entrarán dos nuevos codirectores a la junta, con lo que arrancará un nuevo ciclo para el Emisor.

La norma constitucional dispone que cada gobierno nombra a dos de los cinco codirectores durante sus periodos de cuatro años. La excepción se dio en los gobiernos Uribe II (2006-2010) y Santos II (2014-2018), quienes nombraron a cuatro de cinco. En esta ocasión, por cumplir su periodo legal debe retirarse el codirector Carlos Gustavo Cano, nombrado en la administración de Álvaro Uribe. Y para cumplir la norma, el gobierno podría cambiar cualquiera de los demás codirectores. Varios analistas creen que el otro candidato para abandonar la junta sería uno de los que llegaron en el anterior gobierno, es decir, César Vallejo o Juan Pablo Zárate. Los codirectores Ana Fernanda Maiguashca y Adolfo Meisel se unieron al equipo por designación del presidente Santos.

Esta recomposición es relevante por el compromiso que tendrá la nueva junta de bajar la inflación a un rango entre 2 y 4 por ciento. En 2016 el Emisor no alcanzará la meta de inflación. Los expertos en banca central afirman que tradicionalmente cuando llegan nuevos miembros a la junta, en un comienzo, suelen tener posiciones suaves en cuanto a aumentar tasas para detener la inflación y que con el tiempo van ajustando sus posturas hacia una mayor ortodoxia. Es decir, en este nuevo periodo (2016-2020) habrá un rebalanceo entre heterodoxia y ortodoxia monetaria-cambiaria.

En todo caso, el Banco de la República en este nuevo ciclo tendrá grandes retos. Los analistas dicen que no recuerdan en la historia reciente un periodo tan complejo y con tantos desafíos económicos, por la caída del precio del petróleo, la financiación del posconflicto y el entorno internacional. Por eso el nuevo timonel del banco será un protagonista tan importante. En estas coyunturas, los banqueros centrales suelen ser las cabezas pensantes que deben inspirar calma. El caso más reciente se vio en el Banco de Inglaterra. Tras el brexit, el gobernador (gerente), Mike Carney, tomó las riendas en medio del caos y anunció las decisiones que bajaron la marea. Quien suceda a José Darío Uribe tiene el gran compromiso de seguir su legado y llevar con calma el barco así las aguas se tornen turbulentas.