Economía
En agosto, la acción de Ecopetrol en EE. UU. registró sus mínimos en lo que va del año. ¿Cuenta de cobro por los resultados y las decisiones?
Al parecer, los malos resultados financieros del segundo trimestre, la decisión de no llevar a cabo el proyecto en Estados Unidos que sería muy beneficioso para la compañía y la renuncia de dos miembros de la junta, explicarían la caída de la acción de la petrolera en ese país.
El ADR de Ecopetrol, la acción de la petrolera que se transa en el mercado de Estados Unidos, tuvo un ‘agosto negro’, al tocar sus niveles más bajos en lo que va del año. El pasado 4 de agosto, llegó a su mínimo en 2024, con un valor de 9,72 dólares y el pasado 30 de agosto alcanzó los 9,84 dólares. A lo largo de este año la acción ha caído 17,45 por ciento. Su punto más alto fue el 3 de abril, cuando llegó a 12,89 dólares.
Los precios de la acción reflejan la compleja situación que vive hoy por hoy la petrolera enmarcada en tres hechos fundamentales: los malos resultados financieros del segundo trimestre de este año, la negativa a realizar la compra del 30 por ciento de CrownRock –empresa de OXY, con quien Ecopetrol tiene una operación de fracking en la cuenca del Permian en Estados Unidos-, y el golpe al gobierno corporativo, precisamente por esta decisión que tenía un impacto muy favorable en la operación y que derivó en la renuncia de dos miembros de la junta directiva: Juan José Echavarría –representante de los minoritarios- y Luis Zuleta.
Para el segundo trimestre de este año, los ingresos y las utilidades de Ecopetrol siguieron de capa caída: los primeros, fueron de 32,6 billones de pesos, disminuyendo 4,9 por ciento, frente al mismo periodo del año anterior, mientras que las utilidades cayeron 17,4 por ciento y el acumulado en el semestre superó una disminución del 24 por ciento.
El presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, explicó que las cifras fueron impactadas por efectos como el comportamiento del dólar y de los precios internacionales del petróleo, la inflación, la reforma tributaria de 2022 y el fenómeno de El Niño.
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“La tasa de cambio tuvo una variación de 600 pesos en el primer semestre, esto impacta 3,3 billones de pesos los resultados”, dijo, y agregó: “Qué hay que hacer para tener los números de 2022, la respuesta es simple: que tengamos barriles de petróleo a 100 dólares y que el dólar vuelva a 4.000 pesos”.
En su momento, el exministro y rector de la Universidad EIA, José Manuel Restrepo, calificó de “malos” los resultados. “La utilidad cae en el primer semestre del 24 por ciento, pero cuando se sube esa caída de utilidad con lo que sucedió en 2023, la caída es de más del 70 por ciento de utilidades en año y medio. Operativamente, está cayendo en el primer semestre el 9 por ciento, en generación de caja también está cayendo casi al 4 por ciento, y las ventas caen al 5 por ciento”, aseguró.
La buena noticia para Ecopetrol fue el incremento en su producción de 4,1 por ciento, superando los 758.000 barriles diarios, convirtiéndose en una producción que no se veía desde 2015. Sin embargo, este resultado tiene un matiz: que el crecimiento en la producción no viene de Colombia, sino de la operación que tiene Ecopetrol en el Permian, Estados Unidos, en alianza con la Occidental (Oxy), desde 2019, pues los campos en nuestro país están declinando.
Y, precisamente, este resultado y el impulso de esa operación contrasta con la negativa de Ecopetrol de avanzar en el Proyecto Oslo: una inversión de 3.700 millones de dólares en la compra del 30 por ciento de CrownRock, una firma que pertenece a la Oxy, en Estados Unidos, en la cuenca del Permian, una de las más importantes a nivel de hidrocarburos en el mundo y que produce bajo la técnica de no convencionales (fracking).
El negocio, de acuerdo con un documento interno de Ecopetrol, ofrecía grandes ventajas a la empresa: la producción se incrementaría 9 por ciento, las reservas también aumentarían 9 por ciento, la utilidad neta crecería 14 por ciento, el Ebitda subiría 6 por ciento, pero una de las principales variables era la ambiental: y el impacto sería mucho menor en casi 8 veces, en emisiones de carbono frente a las que registran las operaciones de los pozos en Colombia, mientras que en temas de agua, Oslo –respecto al Grupo Ecopetrol- representaría 2,5 por ciento del total del agua requerida para operar y 1,5 por ciento del total de gestión de efluentes.
Sin embargo, como explicó Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol, a pesar de los indicadores favorables, la junta decidió no avanzar porque requería un alto nivel de endeudamiento que podría poner en riesgo el grado de inversión de la empresa.
Además, si seguía adelante con el proyecto y luego desistía, tendría que pagar una multa cercana a los 300 millones de dólares. Y, por último, tenía que pasar por el Ministerio de Hacienda para autorizar la deuda. De acuerdo con Roa, en entrevista a SEMANA, al consultar este tema, el ministro Ricardo Bonilla le dijo: “Yo no encuentro ambiente para que el presidente nos vaya a aprobar un endeudamiento de este nivel y para comprar fracking”.
“La discusión que tuvo Roa (Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol) con el presidente (Petro) fue de coherencia en términos del proceso. El petróleo sigue adelante, lo único que se dice es que no lo haga con fracking. Y lo que se estaba proponiendo era invertir en esa técnica de extracción de combustibles”, dijo Bonilla.
Aunque es claro que la compañía requiere esos recursos y es en esa zona donde tiene la producción que más le está rindiendo a la petrolera colombiana, el ministro de Hacienda reconoció que es así, pero reiteró: “El asunto es de coherencia. Lo que está pidiendo el presidente a Ecopetrol es busque otras inversiones que no sean fracking”.
Y, para terminar, la semana anterior se conoció la carta de renuncia de Juan José Echavarría y Luis Zuleta a la junta directiva de Ecopetrol, por la negativa de la empresa a avanzar en el Proyecto Oslo. “Creemos que el proyecto era fundamental para proteger el futuro de Ecopetrol y el de más de sus 250.000 accionistas (…) Su no aprobación motiva nuestra renuncia a la Junta Directiva de Ecopetrol. Sin los recursos futuros que aportaría el proyecto, las finanzas de Ecopetrol se deteriorarán y se reducirán las transferencias de la empresa al Gobierno Nacional”, argumentaron en su carta.