Energía
En medio de la tormenta perfecta del sector eléctrico, aumenta la posibilidad de un racionamiento de energía en Colombia
En medio de una tormenta perfecta desencadenada en el sector, la posibilidad de racionamientos en el servicio de energía aumenta. ¿Serán suficientes las medidas propuestas o ya es muy tarde?
El embalse de la central hidroeléctrica de El Guavio llegó esta semana al 4 por ciento apenas. Llevar energía de esa planta a Bogotá es imposible hoy. La dramática situación la describe Juan Ricardo Ortega, presidente del Grupo Energía Bogotá (GEB), para quien la vulnerabilidad del sistema eléctrico es la más crítica en muchos años.
Este caso ejemplifica la situación del sector revelada por XM, que administra el mercado de energía. En carta al Gobierno advirtió sobre la dramática caída en los embalses, cuyo nivel se ubica en 31,86 por ciento y ha dejado apenas un 4 por ciento de margen de maniobra, sumada al incremento en la demanda de energía, que ha crecido 8,3 por ciento.
“Se observa con preocupación la disminución en la disponibilidad de las plantas hidráulicas asociada a los niveles de sus embalses o por otras restricciones, lo cual puede llevar a situaciones de riesgo para la atención de la demanda en algunas horas del día por no contar con la potencia necesaria para mantener una operación confiable y segura del Sistema Integrado Nacional (SIN), en especial en los periodos de máxima demanda”, aseguró XM.
Andrés Camacho, ministro de Minas y Energía, ha desestimado los anuncios. Señaló que ya el fenómeno de El Niño está en su última fase y que atrás quedaron los meses más duros de sequía. Sin embargo, algunas mediciones, como la de la NOAA, plantean en uno de sus escenarios una probabilidad superior al 70 por ciento de que El Niño vaya hasta mayo.
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Para Tomás González, exministro de Minas y Energía y director del Centro Regional de Estudios de Energía (Cree), “los fenómenos de El Niño son retrecheros, porque nunca se sabe exactamente cuándo llegan, cuánto van a durar ni qué tan intensos van a ser”.
La situación del sector no es un tema nuevo. Hace más de un año, gremios, senadores y expertos vienen alertando sobre el complejo panorama eléctrico y se ha convertido en una tormenta perfecta. A los efectos del fenómeno de El Niño, se suman los problemas en las líneas de transmisión, donde el caso más preocupante es el suministro de energía para el centro del país.
Tres proyectos tienen retrasos de más de seis años por licencias ambientales y tensiones sociales con algunos habitantes de la región, poniendo en riesgo la confiabilidad del sistema en Bogotá y el centro del país. Ortega, del GEB, confirmó que 14.000 viviendas nuevas, proyectos empresariales y hasta un centro de acopio de Falabella no tienen garantizado el suministro de energía.
“Estamos dependiendo de los sistemas de transmisión y de las líneas que nos permiten abastecernos del resto del sistema interconectado. Ahí cualquier falla de una línea pondría ya a la zona centro en una falta de suministro que llevaría a lo que llaman un deslastre y obligaría a unos recortes de algún segmento de la demanda”, agregó Ortega.
La alerta para Bogotá se intensifica para los próximos años cuando la capital y la región proyectan poner en operación la primera línea del metro y el Regiotram de Occidente, que funcionarán con energía eléctrica.
“Debemos tener esta infraestructura construida a más tardar en 2026″, dijo Ortega. En todo caso, si hoy el metro de Bogotá y el Regiotram de Occidente estuvieran listos, no habría energía para su operación. A eso se suma el panorama de las energías renovables no convencionales. Si bien algunos proyectos han venido entrando, otros todavía tienen limitaciones, en especial en La Guajira.
Veintidós proyectos solares de empresas afiliadas a SER Colombia están cerca de entrar en operación comercial: 13 de ellos, que suman 1.147 megavatios (MW), se encuentran en pruebas, y 9 más están en construcción (92 MW). 83 por ciento se ubican en la costa Caribe, fuera de La Guajira, explicó la presidenta del gremio, Alexandra Hernández.
El caso de La Guajira es distinto. Son 2.360 MW en 19 proyectos. La dirigente señaló que el 53 por ciento, diez proyectos, avanzan, es decir, dos están en etapa de pruebas, cuatro ya tienen licencia ambiental y los otros esperan la licencia para iniciar sus procesos constructivos. Otros seis proyectos están en revisión para analizar su viabilidad y los otros tres fueron cancelados.
La expectativa también está en Colectora, la línea que construye el GEB y que conectará la energía de los renovables de La Guajira con el resto del país. “Estamos esperando que salga la licencia ambiental. Hasta que no salga eso está parado”, manifestó Ortega, del GEB.
Por otro lado, según Alejandro Castañeda, director ejecutivo de Andeg, que agrupa a los generadores térmicos, es evidente un faltante en energía firme del orden de los 4.000 a 5.000 GWh al año, que equivalen aproximadamente a 2.000 MW de capacidad adicional.
Las complicaciones recientes afectaron el precio en bolsa de la energía, llevándolo a superar los 1.000 pesos por kilovatio. “La situación actual está ejerciendo presión sobre los precios en la bolsa de energía, lo que empeora la liquidez de las empresas comercializadoras, que todavía enfrentan grandes dificultades debido a las deudas pendientes por concepto de la llamada opción tarifaria, subsidios y el impago por parte de los usuarios oficiales y legalmente protegidos, entre otros factores; estas deudas oscilan actualmente entre 6,5 y 7 billones de pesos. Es importante destacar que aproximadamente el 40 por ciento de esta deuda corresponde al Estado (Gobiernos nacional y locales)”, señaló José Camilo Manzur, director ejecutivo de Asocodis.
Además, una preocupación en esta tormenta perfecta es que uno de los principales capitanes del barco, la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg), cuenta con solo un director en propiedad nombrado. Ante este complejo panorama, XM propuso campañas de uso racional de energía, revisar las exportaciones a Ecuador y que los industriales que autogeneran vendan sus excedentes al sistema.
Pero, como advierte González, se está llegando tarde a las decisiones y puso el ejemplo de las campañas de ahorro de energía que dan incentivos. En 2015-2016 se creó el programa Apagar Paga, que por cada kilovatio que se consumía de menos le pagaban al usuario 450 pesos; pero por cada kilovatio que se consumía de más se le cobraba ese mismo valor en adición al precio del kilovatio.
Por su parte, Acolgén señaló que, frente a las exportaciones con Ecuador, ese nivel supera el 3 por ciento de la demanda en el país y el 30 de abril vence la normatividad expedida por el Ministerio que permitía vender cantidades con el combustible más eficiente que no se necesitara para atender la demanda nacional. “Invitamos al Gobierno, dentro de la resolución expedida para consulta, a revisar los mecanismos de habilitación de exportaciones, de manera que se asegure el suministro de energía en Colombia”, aseguró el gremio.
Para Castañeda, de Andeg, hay que suspender las exportaciones a Ecuador por lo menos por los próximos 20 días. La situación es desafiante y el Gobierno debe ponerle el pecho, dar mayor confianza y espantar definitivamente el fantasma del apagón.