Escasez de plata, reforma tributaria y otros ‘chicharrones’ que le esperan a Diego Guevara, sucesor de Ricardo Bonilla en MinHacienda

Una tributaria sin arrancar y el tiempo se acaba

A solo una semana de que el Congreso termine sesiones, el Ministerio de Hacienda no ha enviado un proyecto de ley clave para la financiación del Estado en 2025.

Se le llama Ley de financiamiento, pero muchos coinciden en que en realidad es una reforma tributaria, que plantea cambios profundos en el Estatuto Tributario, y tiene la misión de recaudar 12 billones de pesos que le faltan al presupuesto general de la nación para el año entrante.

Aunque desde el lunes de esta semana hay amagues de que se va a radicar la ponencia, hasta ahora, el Ministerio de Hacienda no ha llevado el documento a la secretaría de la Comisión Tercera de Cámara, que será la que tendrá que anunciar el debate.

Por parte de muchos analistas, pero, principalmente desde los gremios, la reforma tributaria se ha sido visto como inconveniente en estos momentos, pese a que incluye la medida de bajar el impuesto de renta a las empresas. No obstante, también incluye cambios en el impuesto al patrimonio, un nivel más en la tabla con la cual se aporta el impuesto de renta (grava más a los ricos), los cuales, sumados, le impactarán el bolsillo a los ciudadanos.

El primer presupuesto por decreto

Hasta el sol de hoy no se ha expedido el decreto del Presupuesto General 2025, el cual, por primera vez en Colombia, no fue resultado de un trámite parlamentario, en el que Gobierno y congresistas se ponían de acuerdo sobre la forma en que se deberán gastar los recursos de la Nación,.

El presupuesto que presentó el Gobierno plantea la necesidad de contar con 523 billones de pesos, pero está desfinanciado en 12 billones de pesos, que son los que se busca conseguir con la ley de financiamiento.

En caso de que se apruebe la ley de financiamiento, ya no recaudaría la misma cantidad de dinero, a lo que se sumaría el antecedente de que en 2024 fue necesario recortar el presupuesto, al no contar con los recursos suficientes para ejecutarlo, debido a la caída en el recaudo tributario por varias razones, pero una de las cuales es el bajo crecimiento de la economía.

De ahí la expectativa de expertos, como Munir Jalil, jefe de investigaciones de BTG Pactual para la región andina, sobre el nuevo ministro. “Tendrá que darles tranquilidad a los mercados, reafirmando el compromiso de esta administración con la consolidación fiscal. Por otro lado, dado que el Gobierno debe emitir este año 9.000 millones de dólares en deuda externa para poder pagar los 9.900 millones que se vencen, deberá convencer a los mercados de que buscará una reducción del déficit fiscal y cumplir con la regla fiscal”, dice Jalil.

Subida del diésel

Una de las líneas rojas que tendrá que cruzar Guevara es la del diésel, combustible que debe subir -en total- unos 6.000 pesos, para lograr la paridad con el precio intrernacional y lograr así que se acabe el subsidio que se otorgaba a los combustibles, a todo el que tanqueaba un carro a gasolina, a costillas del Fepc (Fondo de estabilización de los combustibles). Ese camino condujo a Colombia a crear un tremendo hueco en las finanzas públicas, que se empezó a cerrar con los aumentos a la gasolina. No obstante, falta el diésel, producto que utiliza el transporte de carga, y que entra en protesta cada vez que se toca el tema de los incrementos en el sector.

Más plata para las regiones

Con una contundente votación de 124 votos a favor y solo 3 en contra, el 2 de diciembre fue aprobado el Acto Legislativo que permite aumentar la plata que el gobierno nacional gira a las regiones, a través del Sistema General de Participaciones (SGP). Se le conoce como ley de desentralización, ya que busca que los departamentos tengan más autonomía a la hora de gastar sus recursos.

La medida contó con el respaldo parlamentario, pero el rechazo unánime de economistas y de exministros de Hacienda.

La antorcha que recibe Guevara es tener que redactar un nuevo proyecto alrededor de la reforma al SGP para establecer competencias. Recordemos que el proyecto de Acto Legislativo pasa de 22% a 39,5%, las transferencias desde el nivel Central hacia las regiones.

Una regla difícil de cumplir

Desde 2011, Colombia implementa la regla fiscal, un mecanismo diseñado para limitar el gasto y el endeudamiento público, asegurando la sostenibilidad de las finanzas estatales, lo que es positivo para quienes deben tomar decisiones de prestarle o no recursos a Colombia. Cualquier incumplimiento de la regla fiscal genera preocupación tanto a nivel interno como externo.

Sin embargo, desde que inició el gobierno Petro, se ha hablado en repetidas ocasiones de un posible incumplimiento de la regla, por propuestas del mandatario y, recientemente, por la caída del recaudo. En repetidas ocasiones, el mismo Guevara se ha referido al compromiso del Ministerio de cumplir la regla fiscal, sin embargo, en lo que se ha conocido hasta ahora del proyecto de ley de financiamiento, se tiene planeado adelantar algunas de las metas de las regla, para así tener más flujo de caja. Si avanza el trámite de esa propuesta legislativa, las alertas estarán encendidas.

El drama del recaudo

Todos los desbarajuestes que ha tenido el presupuesto de 2024, como el que viene para 2025, se derivan de una reducción en el recaudo tributario.

Un análisis de Anif establece que las proyecciones de ingresos de la Nación se corrigieron a la baja a lo largo del año, y si su estimación es correcta, los ingresos del Gobierno estarían 76 billones de pesos por debajo de lo proyectado en el Presupuesto General de la Nación de 2024.

De hecho, a octubre de este año, el recaudo bruto ascendió a 223,6 billones de pesos, frente a los 240,29 billones del mismo periodo de 2023. Dos factores primordialmente, han afectado el recaudo: uno, los mayores anticipos de renta en 2023 (como el impuesto se pagó adelantado, los recursos se gastaron y no quedó caja para el presente).

El presidente Gustavo Petro ha mencionado que la caída en las cifras de recaudo se explica por un error de calibración en los anticipos de renta. “Los datos de recaudo en 2023 le dan algo de razón al Presidente. El recaudo en materia de renta aumentó mucho más que la actividad económica el año pasado. Este desfase puede explicar parcialmente por qué las cifras de recaudo en 2024 exhiben importantes caídas”, dice Anif en su informe.

¿Y el crecimiento?

Al ministro de Hacienda entrante le queda la papa caliente del crecimiento, que ha estado débil por diversas razones, entre ellas, la alta inflación que llevó al Banco de la República a tener que aumentar las tasas de interés, tratando de buscar un punto de convergencia que llevara a reducir los precios, pero sin afectar mucho la economía. La debilidad en la producción ha sido evidente y, en el tercer trimestre de este año creció 2 %, cifra que estuvo por debajo de las expectativas del mercado y de lo que calculaban los analistas: 3 %.

Aunque en un documento del Banco de la República las perspectivas apuntan a un 2025 con crecimientos de 2,9 %, la excodirectora del Banco de la República, Carolina Soto, señaló en un reciente webinar, que se trata de “una recuperación frágil”, por los riesgos desde el punto de vista fiscal que tiene el país, con bajos recaudos, incertidumbre en la regla fiscal y situaciones inéditas, como la primera vez que se presenta un presupuesto por decreto. El reto para Guevara es grande.

Calificadoras, atentas

Ante las cuentas que no cuadran, dificultades fiscales por el bajo recaudo, un crecimiento aún modesto de la economía y la incertidumbre sobre la regla fiscal, se prevé un mayor riesgo país.

Y esta situación, que ha llevado a que sea Colombia uno de los países desde los que se percibe mayor riesgo, podría reflejarse en una revisión de la reducción de su calificación crediticia. De hecho, algunos analistas han planteado que se podría esperar una baja en la calificación soberana de Colombia por parte de Standard & Poor’s, al igual que de Moody’s.