Entrevista

“Está en juego el futuro del país”: Bruce Mac Master, presidente de la Andi, al condenar el bloqueo a la Corte Suprema de Justicia

En entrevista con SEMANA, el dirigente gremial asegura que la institucionalidad es el camino para salir adelante y por eso, dice, “hay que andar con la Constitución debajo del brazo siempre”. Habla del futuro, de las reformas, de la paz, si habrá apagón por el fenómeno de El Niño, de la seguridad y de las tasas de interés.

Redacción Economía
10 de febrero de 2024
bruce mac master Presidente de la Andi
Bruce Mac Master habla del futuro, de las reformas, de la paz, si habrá apagón por el fenómeno de El Niño, de la seguridad y de las tasas de interés. | Foto: juan carlos sierra-semana

SEMANA: ¿Qué opina del bloqueo que se registró en la sede de la Corte Suprema de Justicia, en lo que muchos han llamado un secuestro a los magistrados?

Bruce Mac Master: Es una situación no solo lamentable, sino totalmente inaceptable porque es el reflejo de un grupo de la sociedad que cree que puede por la fuerza imponer sus intereses, que por la fuerza puede imponer sus decisiones. Puede imponerle a la Corte Suprema de Justicia que tome una decisión en un sentido o en otro. Y eso es un hecho gravísimo con la democracia. Y no lo podemos permitir, porque si lo permitimos, vendrán otros hechos peores. Este es el momento de hacer un alto en el camino, de reflexionar y de decidir a qué estamos dispuestos y a qué no. Y yo me atrevo a decir que una gran mayoría de los colombianos hoy en día no estamos dispuestos a sacrificar la democracia.

SEMANA: ¿Estos hechos hacen parte de la ruptura institucional que mencionó el presidente Gustavo Petro hace unos días?

B.M.: Yo no puedo interpretar al presidente, pero de lo que sí estoy seguro es de que no podemos dar pie a ningún hecho de ruptura institucional. De manera que yo creo que los líderes políticos, los líderes de este país, debemos tener muchísimo cuidado porque la democracia se demora muchos años en construir, pero se rompe con tres hechos violentos. Es el momento de darnos cuenta de la responsabilidad que tenemos.

SEMANA: Unos días antes se había reunido el presidente Petro con el presidente de la Corte Suprema de Justicia y por lo que se conoció parecería que todo estaba tranquilo. ¿Qué pudo pasar?

B.M.: No tenemos idea, pero debo decir que cuando hubo esa reunión, a mí me pareció que era un hecho importante en términos de institucionalidad. Yo sí creo que el Gobierno tiene una obligación muy grande en términos de garantizar la operación de toda la democracia, la operación de las tres ramas del poder público, en permitirle a las tres ramas del poder público ejercer sus obligaciones constitucionales.

SEMANA: ¿Qué está en juego ahora?

B.M.: Creo que está en juego realmente el futuro del país. Está en juego que esta sociedad sea capaz de construir un modelo en el cual podamos convivir a pesar de que tengamos diferentes ideas. Colombia tiene una historia de violencia demasiado fuerte, demasiado presente, demasiado reciente, para que nos olvidemos de ella. Colombia tiene que caminar con pies de plomo. Hemos llegado a, por lo menos, un acuerdo general y es que tenemos que buscar la paz. Tenemos que buscar la paz, pero la paz no es solamente entre grupos armados y el Ejército y la Policía, La paz se construye en la sociedad. La sociedad como un todo tiene que caminar hacia un futuro realmente civilizado y en donde realmente tengamos a las libertades y a la libertad de todos los ciudadanos como objetivo primordial.

Colombia ha tenido situaciones muy complejas a lo largo de su historia. Casi que en cada década hemos tenido un gran evento complejo. Y hemos demostrado que la única forma con la cual salimos adelante es la institucionalidad. Por eso uno debe andar con la Constitución debajo del brazo siempre. Cada vez que tenga una duda, dele una miradita a la Constitución o le pide a un amigo constitucionalista que se la interprete.

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"Colombia tiene que caminar con pies de plomo. Hemos llegado, al menos, a un acuerdo general y es que tenemos que buscar la paz", dice el presidente de la Andi. | Foto: Getty Images/iStockphoto

SEMANA: ¿A qué conducen estas presiones que se le están haciendo a la Corte Suprema de Justicia?

B.M.: Tienen que conducir a que las rechacemos todos. El único fin razonable debe ser el que todos rechacemos las presiones. A todas las ramas del poder público hay que exigirles que cumplan con sus obligaciones, pero definitivamente no puede ser por la vía de las presiones y mucho menos presiones violentas.

SEMANA: También se dio la salida del director de Planeación Nacional. ¿Cómo recibió esta renuncia?

B.M.: El director de Planeación, Jorge Iván González, había demostrado ser una persona muy seria, una persona progresista, pero con fundamento técnico. Es decir, que buscaba realmente que las decisiones del Gobierno se basaran en análisis técnicos. Era adicionalmente una persona con la cual era posible conversar ampliamente, escuchaba y atendía las dudas de las personas. Y esto era muy importante porque realmente permitía que hubiera debate. Yo creo que el Gobierno requiere tener personas como él al frente de los distintos cargos de responsabilidad. Lamento que él se vaya. Esperemos que sea reemplazado por una persona con calidades y cualidades similares a las que tiene el doctor González.

SEMANA: Todo este escenario, ¿qué impacto puede tener el desarrollo de la economía y la generación de confianza?

B.M.: La gente, los ciudadanos, pero también los inversionistas, se sienten muy tranquilos cuando ven que sus líderes son suficientemente respetuosos de la Constitución y suficientemente respetuosos de las normas, de las reglas y de las señales que se les envían a los mercados y a la ciudadanía. Creo que hay un espacio importantísimo en Colombia para generar más confianza. Una de las políticas públicas más baratas y de mayor efectividad que si yo estuviera en el Gobierno, me empeñaría muchísimo en implementar, es el hecho de que la gente siempre sepa realmente dónde está parada y eso corresponde, a lo que la Constitución y las instituciones dicen. Si uno es capaz, como Estado, de enviar ese mensaje, podemos tener absoluta certeza de que habrá más inversión, más actividad económica, más empleo e, inclusive, nuevas ideas que ni siquiera hoy en día estamos considerando que la gente va a traer y va a poner sobre la mesa.

SEMANA: El Consejo Gremial se reunió con el ministro de Defensa y los altos mandos tanto del Ejército como de la Policía. ¿Cuál es el panorama de seguridad? ¿Cómo se está impactando en materia económica?

B.M.: Hay una preocupación que aumenta alrededor de algunos indicadores relacionados con el tema de seguridad. Nosotros hicimos énfasis en por lo menos dos o tres de ellos. Uno que mencionamos, y quizá el principal, fue la extorsión, un tema creciente en nuestro país y que además parece estar identificado por parte de las autoridades y tiene que ver con el crimen organizado, lo cual lo vuelve más peligroso y más angustiante. Luego está el tema del secuestro que también ha venido aumentando durante los últimos meses. Y posteriormente aparecen otros delitos como hurto, por supuesto el tema de invasión de tierras, los bloqueos y las afectaciones a la población.

En el Consejo Gremial nos hicimos la pregunta de qué podemos hacer y cómo contribuir a que efectivamente las fuerzas militares y las fuerzas de policía puedan cumplir mejor esa función, razón por la cual les propusimos la creación de un observatorio de seguridad que tuviera la capacidad de darle mucha información a las autoridades pero también a la ciudadanía para poder, por un lado, definir dónde están verdaderamente las prioridades, dónde se tienen que enfocar los esfuerzos y definir las estrategias; y, por otro lado, hacer una diferenciación entre percepción y realidad que en todo caso es importante. El tema de percepción me preocupa porque cuando uno tiene la sensación en la sociedad de que está habiendo una gran inseguridad, eso tiene que preocuparle al Estado. No es bueno tener ciudadanía con miedo, preocupada o angustiada, y yo creo que tenemos que hacer un esfuerzo para eso.

En este caso, por ejemplo, para que los transportadores o los pequeños empresarios o los ciudadanos vean esfuerzos importantes en tratar de solucionar este problema, y creo que es un paso adelante importantísimo. Sí, sin duda es uno de los temas que tienen que estar muy alto en la agenda. Sumémosle a esto temas que también, por supuesto, preocupan que es como, por ejemplo, el efecto que las múltiples negociaciones relacionadas con la paz total puedan tener en términos de la ciudadanía. Colombia no tiene una experiencia comprobada, por ejemplo, en términos de control del territorio al tiempo que se presentan procesos de cese al fuego. Ahí tenemos que afinar la política pública y el actuar de las fuerzas militares y de policía. Y luego, por supuesto, la expansión de los grupos criminales que no son grupos alzados en armas, no son considerados guerrillas con intereses políticos, sino básicamente grupos criminales. Los retos son inmensos y vale la pena que en este momento Colombia reconozca el inmenso desafío que tenemos por delante y que no se nos vaya a salir de control una situación que ya nos ha costado tanto trabajo controlar como es el tema de la violencia.

La Armada de Colombia desplegó más de 1.000 hombres en Nariño para brindar seguridad en las elecciones.
Para Mac Master Colombia no tiene una experiencia comprobada, por ejemplo, en términos de control del territorio al tiempo que se presentan procesos de cese al fuego. | Foto: Cortesía Armada Nacional

SEMANA: ¿Cuál es su opinión ahora que se amplió el cese al fuego?

B.M.: El tema de la paz total tiene la inmensa complejidad de que se trata de múltiples procesos simultáneamente, algunos con grupos guerrilleros o con guerrillas y otros con grupos eventualmente criminales a los cuales, pues, no se les puede dar estatus político, lo cual genera, una cantidad de preguntas que todavía no se nos han resuelto, muy probablemente porque esa complejidad tampoco le ha permitido al Estado ni siquiera todavía definir algunas estrategias en forma definitiva. Entiendo y comparto el concepto de que no sacamos mucho logrando una negociación con un grupo de guerrilleros y tenemos luego tres grupos de guerrilleros más y tenemos cinco grupos de bandas criminales haciendo daño porque lo que se va a producir básicamente es un reemplazo de las delincuencias en el territorio de unos por otros. Creo que, en ese concepto, por lo menos, hace un buen diagnóstico del problema, pero todavía no es claro. No sabe prácticamente nadie cómo se va a llevar a cabo el proceso en forma total.

En muchos de esos casos además el problema se termina convirtiendo en un problema internacional en donde, además, tenemos que asegurarnos de no bajar la guardia porque uno no pudiera imaginarse un proceso en donde, por ejemplo, o reducimos o eliminamos esfuerzos contra el narcotráfico. Eso es impensable. Y no solo por Estados Unidos, sino también por Colombia mismo.

SEMANA: Uno de los acercamientos que ha tenido la Andi ha sido con el Ministerio de Minas y Energía. ¿Cómo están viendo el escenario, en especial frente al fenómeno de El Niño? ¿Hay preocupación por un posible apagón y por el incremento de las tarifas?

B.M.: Planteamos algunas preocupaciones especiales, algunas relacionadas con, justamente, cuál era la vulnerabilidad del sistema en términos de muy corto plazo. Es decir, la pregunta de si en realidad tenemos o no un riesgo de apagón relacionado con el fenómeno de El Niño de este año y el año entrante, donde parecería ser que en realidad vamos a ser capaces de navegar estas aguas.

La mayoría de los analistas están diciendo en este momento que vamos a tener energía suficiente para poder atender las restricciones que se puedan presentar en términos hidrológicos, durante este par de años y esto gracias, por supuesto, a que Colombia tiene, además, entre otras cosas, un parque de generación térmica.

A veces hablamos mal de la energía térmica, pero es la que nos da la solidez del sistema. Parecería que eso lo vamos a poder navegar bien, pero luego la pregunta viene un poco más en el largo plazo, alrededor de cuál es la capacidad que tenemos.

Y la capacidad que tenemos en el largo plazo tiene que ver, por lo menos, con tres variables: con la capacidad que tengamos de expandir el parque térmico y el hídrico, las de renovables no convencionales; la capacidad que tengamos realmente de poder ampliar las reservas de gas natural, que son importantísimas, y para ello tenemos que explorar. Y entonces ahí preocupan algunos de los mensajes que ha habido en el pasado alrededor de la suspensión o de la idea de que se puedan suspender las exploraciones en Colombia, sería un error inmenso suspender las exploraciones en Colombia. Y luego está el tercer punto, cuáles son las cosas que Colombia tiene que hacer para que en todos los sectores –en el sector térmico, en el sector hídrico, en el sector de las renovables no convencionales– el país genere las condiciones suficientemente buenas para que haya nuevas inversiones. Si no hacemos las cosas bien en este momento, en el año 2027, 2028, podemos tener problemas. Estamos a tiempo de hacerlo ahora.

Y si no, vamos a tener que hacer correctivos en términos regulatorios o en términos contractuales. Y luego está la siguiente preocupación, y es cómo hacemos para lograr una verdadera armonización entre toda la conversación energética y el tema ambiental. Uno no puede imaginarse como dos carriles independientes en donde hay una tensión ambiental que se opone básicamente a cualquier desarrollo, energético, minero o hidrocarburos, o industrial y, por otro lado, una economía que necesita de esos sectores. Entonces, teniendo en cuenta, sí, que Colombia tiene que dar pasos importantes en términos de sostenibilidad, cómo hacemos para tener una conversación inteligente que conduzca a decisiones también inteligentes. No tanto decisiones impuestas o decisiones radicales desde el punto de vista ambiental, sino decisiones inteligentes que nos permitan realmente asumir la transición que se nos viene por delante.

Petróleo
"A veces hablamos mal de la energía térmica, pero es la que nos da la solidez del sistema. Parecería que eso lo vamos a poder navegar bien, pero luego la pregunta viene un poco más en el largo plazo, alrededor de cuál es la capacidad que tenemos", asegura el dirigente gremial. | Foto: Ministerio de Minas y Energía

SEMANA: ¿Le han dicho algo del Ministerio acerca de la hoja de ruta de la transición energética, que se supone van a sacar en febrero?

B.M.: Aparentemente están en eso y vamos a estudiarla bien. Será muy importante que esa hoja de ruta incluya también unos cálculos bien hechos alrededor de cuál es la transición desde el punto de vista fiscal, porque claramente cuando uno pasa de unos sectores al otro, pues el efecto no es neutro desde el punto de vista de la sostenibilidad de las finanzas públicas y luego, por supuesto, el acompañamiento que debemos tener desde el punto de vista ambiental, porque para todo esto se necesitan licencias, para todo eso se necesitan permisos, para todo eso se necesitan consultas, trabajo con las comunidades, el Ministerio del Interior jugará también un papel importantísimo, de manera que Colombia como sociedad pueda hacer esto. Ya entendemos el problema, ya sabemos, yo creo que Colombia es suficientemente consciente hoy en día de lo importante que es esta transición. Hagámosla bien, pero hagámosla en forma eficaz y logremos concretar realmente los pasos que conducen a que haya proyectos.

SEMANA: ¿Y cómo quedaría en este escenario el anuncio del presidente sobre una alianza de Ecopetrol con PDVSA máximo cuando ahora el gobierno de Estados Unidos tiene los ojos puestos sobre Venezuela?

B.M.: A mí me preocupó mucho esa afirmación, sobre todo por dos razones.

La primera, porque Colombia no existe ninguna razón por la cual Colombia deba ceder su soberanía energética a nadie, ni siquiera al país más amigo, que a veces el más amigo no es el más amigo de todos los gobiernos o no es el más amigo de todos los colombianos, pero no existe ninguna razón para que Colombia ceda su soberanía energética. Y lo segundo es que PDVSA además es una compañía que ha sido cuestionada en muchísimos aspectos durante los últimos años, para hablar por lo menos de dos de ellos: uno, el aspecto operativo, PDVSA perdió una capacidad operativa, a unas velocidades increíbles, producía más de 3 millones de barriles y pasó a 700.000 barriles teniendo el petróleo, es decir, habla de una compañía mal operada. Y luego hay una cantidad de dudas también alrededor de las finanzas de PDVSA que yo creo que no hacen de ese un buen socio.

SEMANA: El Gobierno ha planteado una nueva reforma tributaria para aliviar la carga corporativa y cómo se podría aplicar en personas naturales...

B.M.: El ministro nos dijo que él no pensaba hacer una reforma al tema de personas naturales, que todo el trabajo que quería hacer con personas naturales tenía que ver mucho más con la vigilancia y la supervisión de eventualmente mecanismos de evasión o de elusión tributaria que él pretende desarrollar desde la Dian. Ese es el primer tema. El segundo tema coincide con una afirmación que nosotros siempre hicimos y lo hicimos durante la reforma del año 2022, el hecho de que Colombia se equivocó en términos de las tarifas corporativas al mantener un nivel tan alto. Nosotros propusimos, en el momento del paro, que temporalmente podríamos aceptar tomar esas responsabilidades desde el punto de vista fiscal, pero era temporal y de alguna forma ahí hubo, un resultado no acordado y no deseado en donde terminamos teniendo una carga permanente. Luego en 2022, con la reforma de ese año, con el apoyo del entonces ministro José Antonio Ocampo, muchos mencionamos la carga exagerada que estaban asumiendo las compañías. Inclusive tuvimos discusiones un poco destempladas con él, en donde yo creo que se utilizaron argumentos no leales desde el punto de vista económico y desde el punto de vista conceptual para justificar lo contrario.

Y luego también sobre un tema que no es parte de lo que ha hablado el ministro Bonilla hasta ahora, pero que sin duda alguna le está haciendo daño a Colombia, que es lo difícil que es ser inversionista en este país.

Colombia ha tomado una serie de decisiones equivocadas en el pasado que han conducido a que no haga demasiado sentido, primero, residir en Colombia o tener la residencia de los inversionistas en el país, y segundo, hacer las inversiones desde Colombia.

SEMANA: ¿Por qué?

B.M.: Porque aparece una doble tributación muy fuerte en el caso de los dividendos, aparece un tratamiento discriminatorio, para los inversionistas nacionales y los extranjeros. Y de alguna forma esto se le había advertido al Ministro de Hacienda de ese momento, y fíjese que los resultados los tenemos sobre la mesa. La inversión ha caído significativamente, hay estimaciones de que cayó durante el primer semestre del año pasado la formación bruta de capital en cerca del 24%, se habla de que a noviembre la caída en inversiones era del 11%, y un país sin inversiones es un país sin futuro. Entonces, Colombia tiene que tomar una decisión para recuperar la inversión que obligatoriamente pasa por tres temas: la confianza, la seguridad jurídica y, por supuesto, la competitividad tributaria.

SEMANA: Y se cayeron varios de los artículos de la reforma tributaria en la Corte Constitucional del Gobierno…

SEMANA: Además, algunos han dicho que hay una preocupación del Gobierno en el tema fiscal…

B.M.: Este Gobierno va a tener más recursos que cualquier otro Gobierno de la historia, inclusive en términos reales, no solo en términos nominales. Hacíamos un análisis de los datos de recaudo, por ejemplo, de enero a noviembre del año 2023 versus los de enero a noviembre del año 2022 y había un incremento de cerca de 50 billones de pesos. Algunas personas dicen que la regla fiscal se cumplió el año pasado porque no gasta el Gobierno y es cierto en parte, pero también es cierto porque el Gobierno está teniendo un incremento de recursos inmenso.

Estamos hablando de 50 billones de pesos. A diciembre seguramente este dato va a ser más cercano a 60 o 70 billones de pesos, vamos a ver en qué termina. Claro que el Gobierno ha tenido un gasto extraordinario o un estrés financiero especial que ha sido el incremento de las tasas de interés relacionada con los créditos que tiene que pagar el Gobierno, pero en cierta forma también ha sido un daño auto infligido porque una muy buena parte del incremento en los spreads o en el riesgo país de los bonos emitidos por Colombia tiene que ver con algunos de los anuncios que se han hecho, por ejemplo, alrededor de la suspensión de la exploración y la explotación petrolera. Todo el mundo sabe de la correlación que hay entre el incremento de los créditos que se presentó en el mes de octubre del año 2022 cuando se presenta y se lanza la idea de que Colombia va a dejar de ser un país petrolero, pues la tasa de cambio subió a casi 5.000 pesos y también se aumentaron los spreads de la deuda en forma importante.

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Según Mac Master, el presente Gobierno va a tener más recursos que cualquier otro de la historia, inclusive en términos reales, no solo en términos nominales. | Foto: NICOLAS LINARES

Cuando se aumentan los spreads de la deuda, el gasto fiscal se concentra mucho, por supuesto, en la atención de la deuda y esto de alguna forma es un daño auto infligido. Yo creo que uno de los efectos importantes que pudiera haber, de que pudiéramos mandar señales de que la deuda tenga confianza a los mercados, inclusive a los mercados internacionales, uno de los primeros efectos sería que el Gobierno tendría un espacio significativamente mayor para poder atender sus inversiones y su funcionamiento y menos para atender el servicio de la deuda, que ya es alta pero que terminaría valiendo mucho menos. Ahí hay un espacio importantísimo, inclusive, para generar recursos adicionales. Uno se gana mucho más que una reforma tributaria logrando bajar los spreads a nivel internacional, de manera que hay un espacio que yo, además, recomendaría. Colombia se debería concentrar mucho en ello.

SEMANA: Arrancan las sesiones del Congreso y empiezan las discusiones de las reformas. ¿Cómo está viendo cada una de esas discusiones? Comencemos por la de la salud…

B.M.: La de la salud preocupa muchísimo porque realmente no es solo la reforma, sino es toda la política pública que se ha venido dando desde el Ministerio, alrededor del tratamiento de los actuales operadores de salud, de los actuales operadores del sistema. A mí siempre me ha llamado muchísimo la atención cómo la cabeza del sector, es decir, el Ministro, se ha dedicado básicamente a generar incertidumbre y preocupación sobre los agentes del sistema que él debe liderar. Es muy extraño que alguien que tiene bajo su responsabilidad la obligación de garantizar la salud de un país se dedique a hacer un ataque tan sistemático a todos los agentes del sistema. Eso está produciendo daños importantes, no solamente desde el punto de vista reputacional, sino también las decisiones que se toman alrededor del manejo de la liquidez. El sector salud tiene la característica muy especial de que la liquidez la maneja 100% el Gobierno Nacional. El Gobierno decide cuánta plata le entra cada mes al sistema, cómo le entra, a quién le entra, en qué condiciones, si es para pagar la UPC o si es para pagar los presupuestos máximos, si es para atender las deudas anteriores o si es para atender las deudas de antes de la Ley de Punto Final. Realmente el Gobierno tiene esa capacidad y allí está habiendo un efecto que es casi mayor que el de la reforma. Muy probablemente, si seguimos por este camino, vamos a tener una crisis mucho antes de que se reforme el sistema.

SEMANA: La reforma laboral…

B.M.: Nosotros les hemos hecho algunas observaciones muy importantes a los dos proyectos de ley que se han presentado hasta ahora. Y son los hechos de que ninguno de los dos se dedica en forma consciente y en forma decidida a reducir el desempleo y a reducir la informalidad. Es inconcebible para nosotros que se presente un proyecto de ley en lo laboral que no trabaje estos dos temas al tiempo que mantenga o se preocupe por los derechos de los trabajadores.

Esos tienen que ser los tres objetivos de cualquier reforma laboral en cualquier momento de la vida en cualquier país. Derechos de los trabajadores, y por supuesto generación de empleo y reducción de la informalidad. Nosotros esperamos que se pueda corregir eso. Hasta ahora ha habido muy poco debate realmente en el Congreso y del Congreso con los representantes de los empleadores. Eso es un ejercicio que hay que hacer y ojalá se dé pronto.

SEMANA: ¿Y la pensional?

B.M.: La pensional tiene varias connotaciones. Se ha tratado de vender la idea de que se debe hacer la reforma pensional porque hay que atender a las personas mayores que no cotizaron durante toda su historia. Y son dos problemas completamente distintos. Colombia, si toma la decisión y prioriza los recursos, puede atender a los adultos mayores, inclusive a aquellos que no han cotizado. Pero eso no tiene nada que ver con qué hace uno, con el ahorro de los trabajadores que cotizan y cómo maneja los recursos. Y nos preocupa especialmente que, en términos del manejo de recursos, primero, que vayamos a volverlos plata de bolsillo realmente. Y podemos darle muchas vueltas y podemos decir que lo va a manejar Colpensiones o hasta el Banco de la República, pero que volvamos plata de bolsillo, el ahorro de las cotizaciones, esa es la primera gran preocupación. Segundo, un efecto macroeconómico que Colombia seguramente no ha estimado todavía es qué va a pasar con el ahorro nacional. Las pensiones son la principal fuente probablemente de ahorro nacional individual o de la ciudadanía en este momento.

El presidente de la Andi opina que, si se toma la decisión y se prioriza los recursos, se puede atender a los adultos mayores, inclusive a aquellos que no han cotizado, sin tener que hacer una reforma como la que se está planteando. | Foto: Getty Images

Cuando uno plantea una reforma como la que está, termina realmente dándole un golpe mortal al ahorro. ¿Qué le pasa a una economía cuando no ahorra? Pues tiene muchos problemas de sostenibilidad en el largo plazo y muchos problemas en términos del equilibrio macroeconómico. Entonces, ahí tenemos unas preocupaciones.

Son preocupaciones difíciles de transmitir a la población porque temas como el equilibrio macroeconómico no le interesan normalmente al ciudadano, aunque tengan gran efecto sobre su vida o gran efecto sobre su bienestar.

SEMANA: El índice de seguimiento a la economía de noviembre dio un respiro, después del tercer trimestre negativo y octubre negativo ¿Cree que ya se alejó la amenaza de recesión?

B.M.: Nunca he creído mucho en la idea de que la recesión es de dos trimestres. Esa definición técnica es arbitraria, sin duda alguna. Yo creo que la lectura que tenemos que darle es: la economía está o no está creciendo. La economía está creciendo muy poco en este momento. Crecer muy poco es prácticamente igual a no crecer porque si el número de habitantes aumenta más que lo que crezca la economía, en ese momento lo que estamos produciendo es una reducción del Producto Interno Bruto per cápita.

Yo diría que la preocupación fundamental se mantiene y es el hecho de que la economía no está creciendo a los niveles que debería crecer para por lo menos mantenernos en el mismo estado en que estábamos en el pasado. De manera que tenemos un reto inmenso para que la economía crezca. Si la economía no crece mucho no vamos a poder hacer nada de lo que todos queremos: reducir pobreza, reducir toda la desigualdad, atender todas las necesidades básicas insatisfechas, generar competitividad.

La economía no está creciendo mucho y ese debe ser un motivo de preocupación.

SEMANA: Y ya se ve en el tema del desempleo…

B.M.: El desempleo ya comenzó a registrar la transmisión de la caída en la actividad económica. De hecho, el desempleo aumentó. Infortunadamente no pudimos terminar el año con un nivel de desempleo de un solo dígito. De manera que sí, eso está allí y muy probablemente el dato de enero y febrero no vaya a ser bueno.

SEMANA: Frente a la decisión de la Junta del Banco de la República de reducir tasas, ¿cree que es la velocidad adecuada o la decisión fue tímida?

B.M.: Me parece que lo verdaderamente importante fue la ruptura de la tendencia. El momento en el cual el Banco de la República ya reconoce que efectivamente ese no es un instrumento que vaya a seguir teniendo efectos positivos sobre la economía, que fue realmente en el mes de diciembre. Ahora lo que hay que hacer es trabajar todos para tratar de darle razones al Banco de la República para que reduzca aceleradamente la tasa. Mientras tengamos una tasa tan alta, inclusive tan superior en este momento a la inflación, las posibilidades de crecimiento van a ser muy bajas. Los hogares se van a ver muy afectados. Las empresas están pagando realmente servicios de la deuda altísimos.

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Mac Master insiste en que ahora hay que trabajar para tratar de darle razones al Banco de la República y que reduzca aceleradamente sus tasas de interés. | Foto: Getty Images

SEMANA: Hay una sensación de que muchas empresas han entrado en reorganización o están en esquemas de liquidación. ¿Es verdad?

B.M.: No, yo no he percibido eso. Yo creo que lo que ha habido sí ha sido un aumento en la cautela. Sí, sin duda, hay mucha prudencia en las nuevas inversiones. Y también hay prudencia en términos del control del gasto, hacer el gasto que es verdaderamente necesario.

Todas las empresas y los inversionistas que están en Colombia quieren que su inversión se mantenga y quieren que su inversión siga teniendo valor, razón por la cual quizá lo que tenemos es más bien como un estado de máxima precaución, que ojalá pueda generar resultados para que se aumente la solidez del sistema empresarial, que es lo que yo creo que se está dando en este momento.