Entrevista
Este es el detrás de cámaras de la Junta Directiva del Banco de la República, una historia que va mucho más allá de la economía
La periodista Gloria Valencia estrena un libro en el que explora el papel crucial de esta entidad en medio de debates, críticas y decisiones difíciles durante sus 30 años como institución independiente.
SEMANA: ¿Qué la motivó a escribir este libro?
Gloria Valencia: Este proyecto lo iniciamos con la gerencia anterior, la de Juan José Echavarría en 2018, con la idea de explorar la historia de la Junta directiva independiente desde la Constitución de 1991. Pensamos en eso porque en 2021 se cumplían los 30 años de la reforma constitucional. Decidimos, entonces, hacer un libro para mostrar la evolución de la Junta desde 1991 hasta 2021, abordando cómo contribuyó a la economía del país y al cumplimiento de los mandatos constitucionales. Nos tomó tres años completarlo y se entregó en 2021. Sin embargo, dado que estábamos en la mitad del Gobierno de Iván Duque, el actual gerente Leonardo Villar pidió que lo completáramos y actualizáramos para la edición de 2023, que coincide con los 100 años del Banco de la República. Así que, en colaboración con Penguin Random House, se lanzó esta edición ampliada sobre la Junta.
SEMANA: ¿Qué fue lo más desafiante de este proceso, qué tan fácil o complicado fue acceder a los codirectores y excodirectores?
G.V.: Como periodista económica que cubrí el Banco de la República desde la creación de la Junta, tuve la oportunidad de ver la historia desde otra perspectiva. Este no es un libro técnico, sino una recopilación de episodios escrita por un periodista que cubrió la Junta. Entrevisté a todos los codirectores y ministros de Hacienda que presidieron la Junta, así como a los gerentes y otras figuras relevantes. Faltaron dos que ya habían fallecido. El acceso no fue difícil, pero el reto fue la selectividad de la memoria de las personas. Mi trabajo consistió en leer todas las actas de la Junta y entrevistar a todos los involucrados para reconstruir los momentos, las motivaciones y las preocupaciones, creando así una narrativa coherente.
SEMANA: ¿Cómo seleccionó los episodios económicos que aborda el libro?
G.V.: La selección de episodios fue un desafío, debido a la cantidad de eventos económicos relevantes desde 1991 hasta ahora. Mi experiencia como periodista que cubrió el Banco me permitió tener una comprensión más clara, pero la colaboración con las personas entrevistadas fue crucial. Consulté con cada uno sobre los momentos más importantes en cada período. La inflación, dada la responsabilidad central de la Junta, siempre fue un tema relevante. Sin embargo, también consideré otros aspectos de su papel y las diversas áreas en las que debían intervenir para cumplir sus responsabilidades. La memoria selectiva de las personas también influyó en la elección de episodios, ya que cada entrevistado recordaba aspectos diferentes. El resultado fue una cuidadosa selección de episodios que marcaron hitos importantes en la vida económica del país a lo largo de estas tres décadas.
SEMANA: Claramente, la Constitución de 1991 le dio un fuerte mandato de independencia al Emisor, en su concepto, ¿Cómo cree que ha evolucionado la Junta Directiva del Banco de la República desde entonces?
G.V.: La independencia es el activo más valioso que tiene el Banco de la República. A lo largo de estos 30 años, y basándome en la información recopilada para este libro, intento mostrar cómo se ha defendido esa independencia, su significado y el valor que ha tenido para ejercer su función. La independencia técnica ha sido crucial; los codirectores han sido personas relevantes y técnicamente capaces, nombradas por los gobiernos. Al llegar a la Junta, sienten que quedan respaldados por la institución, y sus decisiones se guían por argumentos técnicos. La independencia ha resistido a lo largo de los años, incluso ante decisiones que desafían a gobiernos, analistas y a la sociedad misma.
SEMANA: ¿Cuáles cree que han sido los mayores aciertos de la Junta y los mayores desaciertos en este tiempo?
G.V.: El mayor acierto, sin duda, ha sido el manejo de la inflación. Aunque ha sido un desafío, la Junta logró bajarla del 30 % al establecer un rango objetivo entre 2 % y 4 %. La creación de modelos y mecanismos, como una tasa de cambio flexible, ha sido fundamental. En momentos difíciles, como la crisis financiera a finales del siglo pasado tomaron decisiones cuestionadas, pero necesarias. En la pandemia, enfrentaron desafíos y retos inesperados, usando su caja de herramientas para minimizar los efectos económicos. Aunque el tiempo dirá, creo que la política monetaria diseñada es un gran acierto.
SEMANA: Con frecuencia se habla de amenazas a su independencia, en especial desde que se aprobó la reelección presidencial y luego en la más reciente campaña electoral. ¿Cómo cree que se puede blindar esa independencia?, ¿cree que en efecto han existido episodios en los que ha estado en riesgo?
G.V.: La verdad es que siempre ha sido un tema de debate en el país. La Constitución creó un mecanismo crucial para la rotación de los codirectores, permitiendo que un mismo gobierno nombrara toda una Junta. Sin embargo, no contempló la posibilidad de renuncias anticipadas, lo que llevó a que, en ciertos momentos, un gobierno tuviera que cambiar tanto a los que terminaban su periodo como a los que renunciaban voluntariamente. Este debate se intensificó con las reelecciones de Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos, ya que se argumentaba que esto podía afectar los pesos y contrapesos. En el caso del Gobierno Duque, que no fue de reelección, también se nombraron todos los codirectores. La rotación ideal no siempre funciona, y al entrevistar a los codirectores, encontré que, al asumir sus roles en la Junta, la institución y la técnica les brindan un respaldo fuerte, olvidando quién los nominó.
SEMANA: ¿Qué opina de la posibilidad de que a la junta entren no solo economistas muy técnicos, como los hay hoy, sino también representantes de gremios económicos, tal como lo ha propuesto el presidente Petro?
G.V.: Este tema ha sido debatido en el pasado. La primera Junta fue altamente técnica, ya que se necesitaba robustez al iniciar la institución. Hubo debates, porque algunos presidentes querían incluir personas del sector productivo y con perspectivas más allá de lo macroeconómico. A lo largo del tiempo, se buscó un equilibrio, y llegaron personas con fortalezas diferentes, incluso abogados. Es ideal que lleguen personas con conocimiento técnico o académico, pero también es esencial tener un equilibrio y diversas fortalezas. La Junta es un cuerpo colegiado que se beneficia de distintas perspectivas. Aunque ha habido debates sobre quién debería formar parte de la Junta, la conclusión es que deben ser personas maduras, con fortalezas profesionales y técnicas, independientemente de su afiliación gremial, género o formación específica.
SEMANA: Si bien el mandato del Banco es el control de la inflación, muchos piden que igualmente tenga al crecimiento y el empleo como sus prioridades, ¿qué opina al respecto?
G.V.: Ese fue un debate intenso, detallado en el libro, sobre si la Junta debiese preocuparse no solo por la inflación, sino también por el empleo y el crecimiento. Hubo debates en el Congreso, documentaciones extensas y fallos de Corte que abordaron este tema. Aunque la función central de la Junta es la inflación, se ha establecido claramente que debe considerar el empleo y el crecimiento. La coordinación entre la Junta y el Gobierno es esencial para lograr un equilibrio entre inflación, crecimiento y empleo. A lo largo del tiempo, quienes han estado en el Banco han sustentado cómo el control de la inflación contribuye a estos otros objetivos, destacando la necesidad de una coordinación efectiva.
SEMANA: De todas las anécdotas que escuchó durante la preparación del libro, ¿cuál le sorprendió más?
G.V.: Hubo episodios muy interesantes y momentos difíciles. Estar en esa posición no es fácil, ya que hay ciclos económicos complicados. Me intrigó mucho cómo se conformaron las juntas, las razones detrás de los nombramientos presidenciales. El libro aborda cómo enfrentaron situaciones más allá de temas puramente económicos, como el robo a la sucursal de Valledupar. La relación entre la Junta y el gobierno, a través de los ministros de Hacienda, también fue fascinante, mostrando momentos de tensión y pulso dependiendo de la coyuntura económica. La independencia de la Junta ha generado tensiones inevitables, pero estas experiencias humanas son ricas para contar como periodista.
El libro también aborda cómo la Junta se ha acercado a la sociedad a lo largo del tiempo, organizando reuniones con empresarios, analistas y otros actores clave. Esto es esencial para que la gente entienda que la Junta está consciente de lo que sucede en la sociedad y también para rendir cuentas. La Junta ha trabajado en acercarse y ser transparente para que la sociedad vea más allá de la percepción de estar en una burbuja.
SEMANA: Esta no es la primera vez que el Banco de la República está luchando contra una alta inflación, sin embargo, ha recibido muchas críticas por haber ‘empezado tarde’ el actual ciclo contraccionista y ahora por no iniciar los recortes de tasas, ¿Cómo lo ve usted, cree que sí están actuando en los tiempos adecuados?
G.V.: No me meto a cuestionar, solo quiero destacar la importancia de que la gente conozca la historia de la Junta. Entenderán que esos debates sobre la rapidez de las acciones han ocurrido en cada ciclo de inflación descontrolada. La economía tiene ciclos y siempre habrá comentarios y críticas. A pesar de estas críticas y quejas, la Junta toma decisiones respaldadas en modelos y análisis técnicos independientes. Aunque las decisiones pueden no gustar al gobierno de turno, la Junta se mantiene independiente y sigue sus análisis para controlar la inflación.
A pesar de la crítica y las quejas, la Junta sostiene que no toman decisiones influenciadas por comentarios externos. Todas sus decisiones están respaldadas en análisis técnicos independientes. Aunque los ministros, presidentes y analistas han expresado desacuerdo en el pasado, la Junta se mantiene firme en sus decisiones, reconociendo que siempre habrá razones para el desacuerdo. Los gobiernos tienden a querer tasas bajas para impulsar el crecimiento, pero la Junta debe hacer sacrificios para controlar la inflación.
SEMANA: Si tuviera que escoger los 5 codirectores más destacados del Emisor, ¿cuáles escogería y por qué?
G.V.: No haría esa elección, sería muy complicado. Cada codirector ha tenido su importancia, y no puedo clasificarlos. Cuando escribí el libro, mi intención no era juzgar ni calificar a los codirectores. En general, han sido personas con un gran peso económico y técnico, y su elección ha contribuido a preservar la independencia de la Junta.
SEMANA: ¿Por qué una persona que no es economista debería leer su libro?
G.V.: Como mencioné, este libro no está escrito exclusivamente para expertos en banca central o economía. Está destinado a ser leído por personas que no tienen un amplio conocimiento en estos temas. La idea es que comprendan el valor de contar con una Junta directiva independiente y la importancia de instituciones como esta. Las instituciones son fundamentales en todo momento, y en la actualidad, cuando se habla tanto de su relevancia, esta institución en particular ha sido criticada y discutida. Sin embargo, es crucial reconocer el enorme aporte que realiza a la vida del país. Creo que es muy valioso que aquellos que no son expertos comprendan cómo opera, cómo funcionan las personas que la integran, cómo toman decisiones, y que aprecien este proceso. La Junta es una de las grandes instituciones del país, y entender cómo trabaja, sus motivaciones, el ambiente en el que opera y el esfuerzo que implica, es fundamental para valorarla. Si la gente logra comprenderlo al leer el libro, podrán apreciar y valorar esta institución que, en realidad, es uno de los activos más importantes del país.