Congreso
Esta es una de las propuestas de la reforma pensional que genera más consenso y más preocupación
Con este artículo del proyecto de Ley que aún se discute en el Congreso se busca evitar que al nuevo sistema le ocurra algo similar al antiguo Instituto de Seguros Sociales.
Hace 20 años se hizo realidad un temor que muchos expertos habían vaticinado y hoy sigue siendo una carga para las finanzas públicas. Comenzó cuando el Gobierno nacional le pidió prestado al antiguo Instituto de Seguros Sociales para atender catástrofes ambientales y la crisis del café. El dinero estaba guardado como reserva para pagar pensiones “y pasó como cuando a uno le piden prestada plata los papás: nunca hubo pago y eso llevó a que en 2004 se agotaran las reservas del Seguro y al papá Gobierno le tocó empezar a responder por los pensionados”, explica Alejandra Sánchez V., coordinadora de la Maestría en Actuaría y Finanzas del Departamento de Matemáticas de la Universidad Nacional y uno de los cerebros detrás de la reforma pensional que se discute en el Congreso.
Pese a que ambas iniciativas plantean varias propuestas controversiales, hay una en la que existe consenso entre Gobierno, académicos, centros de pensamiento y fondos de pensiones privados: revivir esas reservas para el pago de futuras pensiones mediante la creación de un nuevo fondo de ahorro, el cual se alimentaría de un porcentaje de los aportes mensuales que hacen los cotizantes al sistema. Su necesidad radica en que con la reforma todos los colombianos quedarían bajo el régimen de prima media, el cual básicamente funciona si los jóvenes que ahora están trabajando aportan para pagar las mesadas de los ya jubilados, pero la realidad demográfica hace que esa ecuación sea cada vez menos probable.
Según los cálculos realizados junto con los estudiantes de su maestría, la profesora Sánchez estima que la población en edad de trabajar seguiría creciendo un poco de aquí a 2030, para luego estancarse, y en 2043 empezaría a descender, mientras que los pensionados seguirían en aumento, de los casi 2 millones actuales a unos 5 millones.
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Como resultado, a partir de 2043 el sistema de pensiones ya no sería sostenible. La caída de la natalidad no es solo un problema de Colombia, sino que es global y para solucionarlo en algunos países están creando incentivos con el fin de que las mujeres tengan hijos o están atrayendo migrantes. En Colombia, antes de llegar a ese punto, lo primero sería generar más empleo formal para que más trabajadores coticen e instituir ese fondo de ahorro, el cual solo se podría empezar a gastar cuando caiga la población en edad de trabajar. “Ese fondo sería la garantía de las pensiones de los jóvenes del futuro”, insiste la académica.
Hasta ahí el consenso es total. El problema viene en los parámetros que propone la reforma para empezar a usar el dinero del fondo y en quién estaría a cargo de administrarlo, no solo porque debe ser un dinero sagrado, sino por las elevadas sumas que manejaría.
El proyecto del Gobierno sugiere que cada trabajador que gane entre tres y 25 salarios mínimos deberá aportar un punto de los 16 que conforman su cotización mensual para el fondo de ahorro y allí también llegará todo el dinero que trasladen quienes se pasen de los fondos privados a Colpensiones. Hoy esa plata no se ahorra, sino que se gasta inmediatamente para pagar a los actuales pensionados. De hecho, así se esfumaron 14 billones de pesos de ahorro solo el año pasado.
Se propone que cuando todas las cotizaciones mensuales a pensiones rebasen unos valores establecidos se debería ahorrar el excedente. Así, entre 2025 y 2028, cuando las cotizaciones traspasen 1,8 por ciento del PIB (unos 37,2 billones de pesos), lo que se recaude de más se ahorraría; entre 2029 y 2035 se guardaría lo que supere el 1,6 por ciento del PIB, y así sucesivamente hasta llegar a 1 por ciento a partir de 2051.
El problema es que esa cuenta se hace con el recaudo actual de Colpensiones, alrededor de 1,8 por ciento del PIB. Pero si allí van a cotizar todos los trabajadores entrará más plata y el ahorro debería ser mayor.
“Por coger un peso se endeudan en dos”
El abogado Andrés Felipe Izquierdo, gerente de Integral Soluciones Pensionales, apoya la idea del fondo, aunque dice que tiene errores de concepción y que le preocupa que todo el dinero de los traslados se vaya para allá, pues no queda claro con qué se financiarían las pensiones de quienes se trasladan. “El sistema, por coger un peso, se endeuda en dos”, advierte, y como muchos otros expertos insiste en que la reforma no promueve que la gente cotice más, sino que amplía la cobertura con más subsidio, cuando lo que se necesita es generar más ingresos y más ahorro.
Miguel Largacha, presidente del fondo de pensiones Porvenir, explica que en todos los sistemas pensionales del mundo los fondos de ahorro son una necesidad y un objetivo de Estado. “Ese fondo debe tener una vigencia perpetua. No se puede agotar, para que no se repita lo que pasó en 2004 con el Seguro Social”, sostiene.
Estima que este año se deben destinar para pensiones 25,2 billones de pesos del presupuesto nacional, 30 por ciento más que al año pasado, y esto ocurre por la falta de un fondo de ahorro. Por eso, la gran preocupación de los expertos es que para que el fondo funcione bien deberá tener una muy buena gobernanza que garantice que sea administrado de la mejor manera.
Precisamente, allí están los principales temores. Mientras que en la ponencia del Gobierno se propone que el fondo de ahorro quede a cargo de Colpensiones, en la alternativa del Partido de la U se dice que su administrador debería ser el Banco de la República, y centros de pensamiento como Fedesarrollo creen que el Ministerio de Hacienda se podría encargar de esa labor.
La profesora Sánchez defiende la idea de que sea Colpensiones la que administre el fondo de ahorro, pues va a quedar como pagadora de todas las pensiones y, además, no fue la culpable de que se acabaran las reservas en 2004, sino el Ejecutivo y el Legislativo de la época, que avalaron el gasto de ese dinero. “Lo que hay que hacer es fortalecer el gobierno corporativo de Colpensiones”, reitera.
Izquierdo opina que si Colpensiones no está blindada de ciclos políticos se corre el riesgo de que la plata ahorrada se convierta en caja menor del Ejecutivo. “El lío es que hoy Colpensiones no tiene la capacidad para manejar tanto dinero ni tantos afiliados. El papel lo aguanta todo, pero la verdad es que hoy Colpensiones es menos técnica y está más involucrada en el ciclo político”, enfatiza.
Si bien considera que el Banco de la República podría dar más tranquilidad por su carácter técnico, se correría el riesgo de inconstitucionalidad, ya que para modificar las funciones del Banco (que son la política fiscal y monetaria) se requiere un acto legislativo y no un proyecto de ley. También el Emisor correría el riesgo de ser politizado si la rentabilidad del fondo no da. Por eso insiste en que “el diablo estará en los detalles”, es decir, en la forma como se reglamente el fondo.
El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, coincide en que el administrador del fondo no debe ser el Banco de la República y propone, en cambio, al Fondo Nacional del Ahorro.
Aparte de la preocupación por el administrador del fondo, está el gran debate sobre el umbral que establece la cotización obligatoria a Colpensiones. La propuesta gubernamental es que sea hasta los tres salarios mínimos, mientras que la ponencia alternativa es que sea hasta 1,5 salarios mínimos. En términos de ahorro, se debe tener en cuenta que cuanto más bajo es el umbral, se guardaría menos y el fondo de ahorro se agotaría más rápido, pues los ingresos serían menores. Un debate álgido, que parece de largo plazo, pero se debe resolver desde ya.
“No perdamos la oportunidad de una reforma pensional”
El presidente de Porvenir, el mayor fondo de pensiones privado del país, opina sobre la iniciativa actual.
SEMANA: ¿Cuál es el riesgo del fondo de ahorro propuesto en la reforma?
MIGUEL LARGACHA: El fondo es necesario y se debe evitar que se agote, pero en el Ministerio de Hacienda nos han dicho que eso va a pasar en 2070, año en el que tocará hacer una nueva reforma. Entonces, ¿por qué no prever desde ya cómo hacerlo sostenible en el tiempo?
SEMANA: ¿Qué pasa si la pensional se cae al igual que la reforma a la salud?
M.L.: Llevo 16 años en esta industria y me he reunido con los presidentes Uribe, Santos y Duque abogando por una reforma pensional. No perdamos esta enorme oportunidad de tramitar un cambio que le convenga al país.
SEMANA: ¿Qué temas claves debería incluir la reforma?
M.L.: Temas centrales como el umbral, el régimen de transición, el fondo de ahorro y la vigencia de la reforma. La Procuraduría y la Contraloría han dicho que Colpensiones no está lista para iniciar este cambio en enero de 2025. De su fecha de entrada en vigencia depende su viabilidad. Los fondos de pensiones proponemos que la Superfinanciera certifique cuando Colpensiones pueda pasar de los más de 6 millones de afiliados de hoy a casi 24 millones.