Economía
Exministro Juan Camilo Restrepo lanza advertencia por regla fiscal: “Estamos cargando la escopeta para darnos un tiro en el pie”
“La tal flexibilización es un nombre piadoso que se le está dando al afán de endeudarse con desmesura”, señala. Dice que en medio de la desaceleración de la economía se está dando una mezcla de muy bajos recaudos, pero con un carrusel de gastos que sigue a todo tren. Espera que el documento del Marco Fiscal de Mediano Plazo, próximo a conocerse, sincere las cifras del Gobierno.
SEMANA: ¿Cuál es la visión que tiene del panorama fiscal del país?
JUAN CAMILO RESTREPO: Creo que se está dando una mezcla de dos cosas. Una, de deterioro real de los indicadores. Pero, en segundo lugar, y creo que es más grave, de señales equivocadísimas y erráticas en los mensajes de la psicología económica y social del país. La mezcla de esos dos factores está dando un panorama muy inquietante.
SEMANA: Miremos uno por uno. En el tema de los indicadores, ¿qué está pasando con el recaudo y la reforma tributaria que se le ha caído en temas clave al Gobierno en la Corte Constitucional?
J.C.R.: Primero, los recaudos desplomados. Los recaudos totales en términos anuales están creciendo al 4 %, mientras que los gastos totales, funcionamiento más inversión, están creciendo al 20 %. Y de otro lado, el indicador, que es muy importante, de cómo está comportándose el recaudo de los grandes contribuyentes, está cayendo con relación al año anterior en más del 60 %. Entonces ya se están viendo los efectos de la última reforma tributaria, pero también los efectos tremendos de la desaceleración económica que influye mucho en el comportamiento tributario. De manera que se está dando una mezcla de muy bajos recaudos cayendo en los grandes contribuyentes, pero con un carrusel de gastos que sigue a todo tren.
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SEMANA: Además se le está abriendo un hueco al Gobierno, la Corte Constitucional no le dio espacio al incidente fiscal que presentó el Ministerio de Hacienda en regalías, que son unos 7 billones de pesos, y los ingresos proyectados por litigios, tampoco van a llegar. ¿Cuál es la situación del recaudo, usted que estuvo en el Ministerio de Hacienda?
J.C.R.: Los recaudos se están cayendo fuertemente, como lo indican las dos cifras que he mencionado, pero probablemente van a seguir cayendo, porque la economía sigue mal y porque los efectos de la última reforma tributaria están ya golpeando en grandes contribuyentes en materia grave, y en general en el sector empresarial. De manera que no es de esperar que haya una gran recuperación en recaudos.
SEMANA: En ese escenario, la pregunta es si ¿puede el país seguir sosteniendo indefinidamente un desplome en los recaudos y un aumento en los gastos, al ritmo que se vienen teniendo?
J.C.R.: La respuesta es no, no lo aguanta. Por eso hay que tener moderación y recortar algunos gastos y la ocasión para hacerlo, en todo caso para cuantificarlos y diseñarlos, es el Marco Fiscal de Mediano Plazo 2024-2034, que se debe presentar en unos 15 días a consideración del Congreso, y que es el documento fiscal más importante que se produce anualmente en Colombia. Y allí vamos a ver si se hace un documento serio, técnicamente elaborado. Vamos a ver todas las flaquezas y todas las miserias en que está cayendo la situación fiscal del país.
SEMANA: ¿Cuál es el problema de caja del Gobierno, otra de las grandes preocupaciones de los últimos días?
J.C.R.: El problema de caja, así se haya mejorado un poco en la última semana, según las cifras, es que sigue siendo una caja muy precaria y está unido a lo que estamos hablando. Usted tiene unos recaudos tributarios cayendo, como están cayendo, toda vez que se sobreestimaron los ingresos, por un lado, y, por otro lado, el mal crecimiento está pegándole al recaudo. Pero al mismo tiempo mantiene un nivel de gastos muy alto de desembolso. Pues, obviamente, eso ha llevado a que el Gobierno se vea estrecho de caja y ¿cómo ha procedido? Está empezando a raspar, a mantener en unos ritmos, a unos niveles muy bajos sus saldos en la cuenta matriz que maneja en el Banco de la República y ha empezado a endeudarse con mucha angustia. Por eso es el llamado desacertado, a una flexibilización de la regla fiscal.
SEMANA: ¿Qué va a pasar entonces con la regla fiscal en ese contexto?
J.C.R.: La regla fiscal es un ancla de seriedad y de credibilidad que el país se ha dado. Es un avance institucional. Si se revienta la regla fiscal, primero no va a ser fácil que se haga, porque tiene que pasar por el Congreso cualquier modificación a la arquitectura de la regla fiscal. Pero como la regla fiscal hoy se define como un porcentaje máximo de endeudamiento al que se pueda llegar, probablemente la tal flexibilización es un nombre piadoso que se le está dando al afán de endeudarse con desmesura. Y eso va a ser pésimamente leído por los mercados. Estamos cargando la escopeta para darnos un tiro en el pie.
SEMANA: ¿Usted cree que es conveniente ampliar el cupo de endeudamiento?
J.C.R.: Pues más que conveniente es necesario. A mí no me parece que sea algo escandaloso. En todas las democracias en Europa y frecuentemente en Estados Unidos, este debate de ampliar el cupo de endeudamiento se ve con frecuencia. Lo que sí es completamente sorprendente son las amenazas que lanzó el presidente Gustavo Petro al Congreso si no le aumentaban ese cupo. Creo que el cupo se lo van a aumentar normalmente.
Pero decir que si no le aumentan el cupo vamos a entrar en cesación de pagos es una manera de autodescalificarnos internacionalmente y asustar a los mercados, que ya lo hizo, y de que pierda fe la comunidad financiera internacional en nuestro país. Igualmente, desacertada es la otra amenaza. Es decir, que si no le aumentan el cupo de endeudamiento entonces va a recurrir a una emergencia económica. Una torpeza tras otra. Entre otras cosas, porque los estados de gestión constitucional no están diseñados para que se utilicen como un arma arrojadiza del Gobierno para amedrentar el Congreso.
SEMANA: En el caso de los ajustes que mencionaba del Marco Fiscal de Mediano Plazo, ¿usted cree que el gobierno va a sincerar las cuentas?
J.C.R.: Tiene que hacerlo. Si el documento lo hace con criterio profesional cumpliendo los derroteros que se señala de lo que es el Marco Fiscal de Mediano Plazo, inexorablemente tiene que sincerarse. Ahora, si cree que el documento del Marco Fiscal de Mediano Plazo es un documento con tinte político, para edulcorar las cifras, para quedar bien, entonces, se va a perder el sentido auténtico que tiene el Marco Fiscal de Mediano Plazo, que es precisamente dar una versión fidedigna y clara de la situación fiscal para el año en curso y para una proyección a los 10 años venidos.
SEMANA: ¿Qué ajustes debería hacer el gobierno en este marco fiscal que debe presentar en los próximos días?
J.C.R.: El ajuste que debería hacer sería decir ¿cuál es el déficit máximo que me permite la regla fiscal? ¿Cuál es el nivel de endeudamiento máximo que me permite la regla fiscal? Y todos los gastos ajustarlos, de tal manera que no excedan esos parámetros que son los que nos dan credibilidad y sostenibilidad fiscal. No se puede pensar en empezar a jugar con esas cifras.
SEMANA: En ese marco fiscal, ¿el gobierno debería presentar el aval fiscal de las reformas que están en trámite en el Congreso?
J.C.R.: Tiene que hacerlo. Las normas que regulan el marco fiscal dicen que allí se debe consignar el costo fiscal de todas las leyes que impliquen gastos y que se hayan aprobado durante la vigencia. Pero, dado que están en marcha leyes y reformas muy importantes, como la de la salud, la de las pensiones, la del trabajo, la de la educación, el marco fiscal, puesto que es un marco a 10 años, debe también echar una mirada a cómo se van a compatibilizar los costos de esas reformas con los programas de gasto y de sostenibilidad fiscal del país.
Y las mismas leyes de reformas que se están discutiendo, si se omite el requisito del aval fiscal, pues van a correr la misma suerte que corrió la creación del Ministerio de la Igualdad. Una de las razones para declarar la inexequibilidad fue que habían omitido que toda ley que lleve gastos tiene que explicitarlos en la exposición de motivos.
SEMANA: ¿El riesgo país de Colombia, como nos están viendo afuera, está aumentando esa prima de riesgo? ¿Nos la estamos jugando?
J.C.R.: Bueno, ya ha subido bastante, pero sí hay la percepción de que el Marco Fiscal de Mediano Plazo que viene en dos semanas no es suficientemente sólido desde el punto de vista técnico, es increíble, pues el riesgo país va a aumentar y nos van a seguir castigando con mayores tasas de interés los acreedores.
SEMANA: Usted mencionaba, además, el discurso del gobierno alrededor de los mensajes que está mandando. ¿Qué tanto están influyendo esos mensajes en esa falta de maniobra que tiene el Gobierno en materia de recaudos y de lo que tenía proyectado, e incluso flexibilizar la regla fiscal o irnos a una emergencia económica?
J.C.R.: Veo, con cierto patetismo, al pobre Ministro de Hacienda que no está dando abasto sino para corregir las embarradas de su jefe. Entonces, buena parte del tiempo se está dedicando a corregir con un tono moderado lo que dice el presidente Petro. Fíjese cuando dijo Petro que si no aprobaban el cupo de endeudamiento entonces iba a declarar una moratoria de pagos, que no la tenemos desde la Gran Recesión de los años 30, entre otras cosas, tuvo que salir el ministro Ricardo Bonilla a la carrera a corregir al propio jefe diciendo: “no, nosotros no vamos a incumplir”. Cuando dice que va a decretar la emergencia económica, se dan cuenta de que la emergencia económica no es para eso, no es para amedrentar el Congreso. En fin, ya ahora están diciendo que la flexibilización de la regla fiscal no es para ahora, sino para más adelante, en el semestre porque ahora no les cabe en la agenda legislativa. Estamos viendo un mensaje bipolar, por decirlo de alguna manera. Uno es que en materias económicas el del presidente es un mensaje tremendista, malsano, que está asustando a los inversionistas innecesariamente. Y otro es el del Ministro de Hacienda y supongo que la del Jefe de Crédito Público, tratando de calmar las aguas. Ese es un panorama muy deplorable y muy triste el que se está viendo en el lenguaje con que se viene manejando el asunto fiscal del país.
SEMANA: Y las expectativas de crecimiento económico no ayudan…
J.C.R.: No, no ayudan. Todos los pronósticos van en que en el mejor de los casos vamos a tener un crecimiento, yéndonos bien, por ahí en torno al 1 %, un crecimiento lánguido, pobre, y obviamente un crecimiento pobre y una economía cayendo pues no van a repercutir en mayores recaudos y entonces la situación fiscal se puede agravar. No se puede solucionar todo a punta de endeudamiento. Tiene que haber moderación en los gastos. Además, ese lenguaje bipolar que menciono también está marcado en que todas las declaraciones presidenciales están dirigidas a ver a quién le echa la culpa hacia atrás. Revise usted todos los mensajes económicos del presidente y siempre lo que hay es frente a un problema, a quién le echamos la culpa hacia atrás. Y resulta que cuando uno no mira sino por el espejo retrovisor se termina estrellando.
SEMANA: ¿Está en riesgo la calificación crediticia del país?
J.C.R.: Ya ha sido castigada y seguramente si siguen estos mensajes contradictorios o erráticos la seguirán bajando.
SEMANA: ¿Y eso qué va a significar para el país y para la gente común y corriente en materia económica?
J.C.R.: Más costos del dinero. El Banco de la República es el primer culpable en el discurso oficial, pero resulta que el Banco de la República ya viene haciendo esfuerzos importantes para bajar su tasa de referencia. Ya la ha bajado a varios puntos y seguramente, si se siente tranquilo en materia de inflación, va a seguir bajando las tasas de interés y eso ayudará un poco a que la economía se reconforte. Pero no hay que acosar mucho al Banco de la República, solo irá bajando las tasas de interés en la medida en que vea que la senda inflacionaria es sólida porque lo peor que le puede pasar a un Banco Central es tomar unas medidas y tenerse que devolver.
SEMANA: ¿Cuál es su lectura de los resultados de las reservas de petróleo y gas que salieron el viernes de la semana pasada?
J.C.R.: Hasta el momento no habían hablado sino las ideologías. Las cifras de las reservas fueron las primeras en las que hablaron las cifras y no las ideologías. Y las cifras son contundentes. Seguimos con reservas de crudo para abajo, seguimos con las de gas para abajo, más que las mismas petroleras. Y eso es muy malo, porque cada vez el margen de autosostenibilidad energética se está estrechando en Colombia.
SEMANA: ¿Y qué hay que hacer? ¿Volver a explorar? Pero con la posición del gobierno pues no es tan fácil…
J.C.R.: Pues sí, ojalá que el gobierno recapacite. Ojalá que el gobierno se dé cuenta que no se está logrando nada bueno para el país echándole balota negra a todas las nuevas exploraciones de hidrocarburos. Ni le estamos ayudando tampoco nada importante al mundo, porque el peso que tiene Colombia es insignificante el conjunto mundial en estas materias. De manera que estamos haciendo un esfuerzo gigantesco para no tener, si no en el interior, malos resultados. Pérdida de autonomía energética como lo muestra la caída de reservas. Y en el exterior nadie nos está agradeciendo ni aplaudiendo eso.
SEMANA: ¿Qué opina de la decisión de EPS Sura y la situación del sector de la salud?
J.C.R.: Eso es la continuidad de una historia que ya se venía gestando. Pero es la continuidad muy lánguida, mala. Esta noticia de Sura es el resultado de que el gobierno desatendió indolentemente las voces de alerta que desde hace más de seis meses le venían planteando las EPS sobre su desesperada situación financiera. Es el resultado de que nunca reajustó adecuadamente los parámetros de remuneración de las EPS por sus servicios prestados, ni siquiera por inflación, como aconteció con la UPC (unidad de pago por capitación). Es el resultado del tono despectivo e insultante que siempre ha venido utilizando el Ministro de Salud. Es el resultado de una equivocación tremenda del gobierno al creer que las EPS quebradas eran una especie de trofeos que le daban su razón a las ideas fijas sobre la reforma a la salud que nunca ha querido concertar en un diálogo amplio. Es el fruto de la improvisación, además, como lo estamos viendo, con el resultado lamentable de la salud para los maestros. Todo eso se junta y es una lástima que ahora una EPS de tanta significación con más de 5 millones de afiliados, tres y medio de ellos en Antioquia, entren a engrosar el nivel de gente que queda en el aire y que ahora van a tener que acomodar a las carreras en alguna infraestructura que no tienen lista, como no tenían lista la de la salud de los maestros.
SEMANA: Después de todo este panorama, ¿para dónde vamos?
J.C.R.: Colombia tiene muchas fortalezas, Colombia tiene muchas reservas, no podemos decir que estamos en una situación en que vayamos a un colapso. No. O a una inviabilidad. Pero sí estamos viendo un deterioro en los indicadores reales de la economía, en el crecimiento del PIB y en lo fiscal muy inquietante. Y el gobierno debería mirar con más espíritu constructivo, debía mirar menos por el espejo retrovisor y más por la ventana panorámica hacia adelante y actuar.