El exministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, ha denunciado malos manejos en Friogán y en el Fondo Nacional Ganadero. Pero el presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie, contradice estos cuestionamientos y dice que está tranquilo frente a la administración de los recursos del sector. | Foto: Juan Carlos Sierra

GANADEROS

Así es el lío en el Fondo Nacional del Ganado

¿Por qué el Fondo Nacional del Ganado terminó enredado por los problemas financieros de Frigoríficos Ganaderos de Colombia? La Superintendencia de Sociedades toma cartas en el asunto.

15 de agosto de 2015

La Superintendencia de Sociedades intervino recientemente el Fondo Nacional del Ganado (FNG), que maneja recursos públicos y es administrado por la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegán) por disposición del gobierno. Esta es la primera vez que un fondo de esta naturaleza se ve en una situación así.

Y no se trata de un asunto menor. Después del Fondo Nacional del Café, el FNG es el segundo que más ingresos recibe, con cerca de 90.000 millones de pesos al año de recursos parafiscales provenientes de la cuota de fomento que pagan más de 400.000 ganaderos por vender leche o sacrificar ganado.

La Supersociedades intervino para lograr acuerdos con los acreedores y facilitar los ajustes administrativos y financieros necesarios para salir adelante. Para este proceso, el superintendente Francisco Reyes designó a Pablo Muñoz, un experto que estuvo al frente de la liquidación de InterBolsa. Reyes le dijo a SEMANA que espera que este proceso se resuelva en un plazo máximo de 18 meses.

¿Por qué se llegó a esta situación? Con el 78,67 por ciento de las acciones, el Fondo Nacional del Ganado es el principal accionista del Frigorífico Ganadero de Colombia (Friogán), que desde hace varios meses estaba bajo vigilancia especial de la Supersociedades, y también fue intervenido. Además, el FNG invirtió millonarios recursos de su patrimonio en esa empresa y es deudor solidario de todas sus obligaciones, que son muy elevadas. De ahí que los malos resultados financieros de Friogán terminaron por poner en entredicho la viabilidad del fondo.

Friogán afronta serios problemas financieros desde hace cuatro años. Acumula pérdidas por 41.000 millones de pesos, deudas con la banca nacional por 46.000 millones de pesos y por 24.700 millones con el Instituto para el Desarrollo de Antioquia (Idea). Sus pasivos ascienden a 90.000 millones de pesos mientras que los activos llegan a 155.818 millones, sobre los cuales recaen algunas hipotecas. El Fondo Nacional del Ganado tiene, por su parte, deudas por 9.490 millones de pesos.

Como las cuentas del FNG estaban a punto de ser embargadas, los directivos de Fedegán y de Friogán, con la intervención del Ministerio de Agricultura, acudieron en junio pasado ante la superintendencia para solicitarle que les permitiera entrar en reorganización. Aunque es común que las empresas entren en esta clase de procesos para tratar de superar sus dificultades económicas, este caso llama la atención porque están involucrados recursos públicos, los aportes parafiscales de los ganaderos, que se invierten en investigación y control de enfermedades de los vacunos.

Para entender cómo se llegó a esta decisión hay que mirar la historia del frigorífico. Durante la presidencia de Jorge Visbal Martelo, de 1991 a 2004, Fedegán hizo millonarias inversiones en plantas de frío en varios departamentos del país, con el fin de garantizar una mejor calidad de la carne. Cuando asumió José Félix Lafaurie, en 2004, decidió darle un nuevo impulso y fusionar las plantas bajo una misma razón social, Friogán. De la compañía hacen parte actualmente Frigosabanas, de Sucre; Frigomedio, de Caldas; Frigoriente, del Meta; Fricolsa, de Antioquia; y Frigonorte, de Norte de Santander.

Pero los resultados no fueron los esperados. Lafaurie dice que cuando llegó al gremio las plantas arrojaban pérdidas porque competían entre sí y traían deudas contraídas desde su creación. Y para empeorar las cosas, todo se complicó a partir de 2008 por el cierre del mercado de Venezuela, uno de los mayores compradores de carne colombiana. Otro de los hechos que impactaron negativamente el negocio fue la demora en la puesta en marcha del Decreto 1500 de 2007, que obligaba a todos los frigoríficos del país a hacer millonarias inversiones para un manejo más eficiente de la carne y para combatir el mercado informal, que según Fedegán es del 70 por ciento.

El gerente de Friogán, Armando José Daza, comparte este diagnóstico. Dice que ese decreto acababa con la informalidad y los mataderos ilegales y obligaba a vender carne madurada (refrigerada 48 horas) con lo cual los frigoríficos legalmente establecidos aumentarían sus ingresos por el mayor sacrificio del ganado, el corte de carnes, su empaquetamiento y la cadena de frío. Pero esto no ocurrió porque el gobierno se tardó en poner en marcha las medidas –el nuevo plazo se fijó para agosto de 2016–.

Según Daza, ante las perspectivas del incremento en los negocios, Friogán invirtió 40.000 millones de pesos para mejorar su cadena de frío, recursos que sumados a las deudas que ya tenían algunos de los frigoríficos fusionados, posteriormente, llevaron a la empresa a presentar problemas financieros. “Tenemos deudas millonarias que estamos refinanciando con los bancos. Pero para salir adelante necesitamos que se aplique el decreto o de lo contrario seguiremos con el agua al cuello”, sostuvo recientemente el directivo.

De los cinco frigoríficos que administra la compañía, los de Villavicencio, La Dorada y Corozal tienen una ocupación promedio del 70 por ciento. El de Antioquia está cerrado desde hace cuatro años por problemas financieros y el de Cúcuta tiene una ocupación del 5 por ciento por el contrabando de ganado desde Venezuela. Según Daza, aunque en esta ciudad se consumen 450 reses diarias, los tres frigoríficos que operan en esa capital solo sacrifican 30 animales. El resto es ilegal.

Pero otro punto de vista tiene el exministro de Agricultura Juan Camilo Restrepo, quien cuando estaba en esa cartera denunció inadecuados manejos de recursos en este frigorífico y en el Fondo Nacional del Ganado. Según Restrepo, la Supersociedades al intervenir le da la razón a sus denuncias ya que comprueba que “Fedegán ha manejado con impericia, descuido e imprudencia los recursos de los ganaderos”.

El exministro sostiene que la demora en el decreto es una excusa inexacta y distractora porque Fedegán pretendía que se cerraran de un tajo 300 o 400 mataderos municipales para quedar con el monopolio del mercado doméstico, con lo cual se fomentaría el contrabando y el abigeato. Según Restrepo, el gobierno, al aplazar la entrada en vigencia de la norma, dio un tiempo adicional para que el mercado se organizara y se hicieran las inversiones necesarias. “Fedegán se está llevando por los cachos el patrimonio de los ganaderos, al colgar la viabilidad financiera del fondo a la suerte de una sola empresa”, enfatiza Restrepo.

Antes de salir del ministerio en 2013, Restrepo contrató una auditoría externa para analizar el comportamiento de varios fondos, entre ellos el FNG en cabeza de Fedegán. Dicha auditoría mostró la falta de transparencia en el manejo de esos recursos. El informe sostiene que Friogán, desde que entró a operar, presentaba un elevado nivel de endeudamiento –en 2011 sus obligaciones ascendían a 59.000 millones de pesos–. Además, dice que no se invirtieron recursos en zonas de alta producción ganadera y sí en regiones poco productivas para carne como La Pintada y Cúcuta.

La Contraloría General de la República, en auditorías realizadas en los últimos años, también ha advertido sobre las crecientes pérdidas del frigorífico y los problemas que se podían presentar con el FNG.

Lafaurie sale al paso de estos cuestionamientos al señalar que el informe que contrató Restrepo está viciado porque, por primera vez en la historia, se pagaron 1.000 millones de pesos de recursos públicos a una empresa privada, para hacer una auditoría sobre el manejo de un recurso público. “Yo estoy tranquilo y creo que la intervención de la superintendencia es la mejor alternativa para sacar adelante una entidad muy importante para el sector”, dice el dirigente gremial y asegura que los hechos demostrarán que lo que dice Restrepo no es verdad.

Lo cierto es que la situación de Friogán reaviva un debate sobre el manejo del FNC, la actuación de Fedegán y el estado del sector frigorífico que está a la espera de un salvavidas del gobierno, que tiene la última palabra. El ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, decidirá si le renueva o no a Fedegán el contrato para seguir manejando el FNG, que vence el 31 de diciembre.