Economía
Grave descuadre en la caja del Gobierno: los gastos están creciendo mucho más rápido que los recaudos
Hoy la caja del Gobierno es una de las más reducidas en 20 años. El bajo crecimiento le está pasando factura al recaudo tributario y este a las finanzas públicas. Alerta por posibles consecuencias de esta situación.
Como muchos asalariados, el Gobierno nacional está haciendo malabares para que la plata le alcance y no incumplir con algunas de sus numerosas obligaciones mensuales. El problema es que sus gastos han crecido mucho más rápido que sus ingresos y hoy tiene uno de sus saldos en caja más bajos en 20 años.
Así lo advirtieron los analistas del Banco de Bogotá, que al revisar los saldos de depósitos del Tesoro Nacional en el Banco de la República, que es como la cuenta de ahorro del Gobierno desde donde gira todas sus obligaciones, demostraron que este se ubicaba en 8,7 billones de pesos al 17 de mayo pasado, una cifra si bien superior a los 3 billones que marcaba la semana anterior, muy lejana de la suma que habitualmente se registró en esta época del año entre 2002 y 2022 (34 billones de pesos) y del dato del año pasado (41 billones).
Camilo Pérez, director de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá, explica que históricamente esa caja arranca el año bajita y a medida que avanzan los meses y el Gobierno va recaudando impuestos, el gasto empieza a subir, razón por la cual es a final de año cuando más se ejecuta; el problema esta vez es que los ingresos tributarios crecieron solo 4 % en el primer trimestre y el gasto 22 %, lo que hizo que la caja se gastara más rápido. “Las empresas y las personas también suelen tener problemas de caja, a las primeras se les recomienda mantener saldos suficientes para 15 o 30 días de operación y cuando ven que no les alcanza recurren a créditos. En el caso del Gobierno, su gasto recurrente en un mes de 2024 son 30 billones de pesos, es decir, que con su caja actual solo alcanza para tres días y a diferencia de personas y empresas, no puede salir a endeudarse más de lo previsto, pues eso mina su credibilidad y genera problemas de confianza en el manejo de las finanzas públicas”, aclara Pérez.
Tanto este experto como José Ignacio López, presidente de Anif, y Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, atribuyen este problema a un recaudo tributario por debajo de la meta. “La importante caída en el recaudo genera gran preocupación y es atribuible a una desaceleración económica que viene desde 2023 y que ya le está pasando factura al pago de impuestos, en particular porque los sectores económicos que en los últimos años más han aportado al fisco, ahora con menor actividad y utilidades, tributarían menos”, dice López.
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“Esto puede tener consecuencias desde el punto de vista de la liquidez, dado que el Gobierno es un gran jugador en el mercado monetario a través, justamente, de esa caja, y cuando esta es escasa, pues se aprieta la liquidez y si no se toman medidas pueden subir las tasas de interés del mercado”, advierte Mejía, pero se muestra confiado en que seguramente el Banco de la República ya está monitoreando el tema y tomará decisiones de operaciones de expansión para evitar que haya un apretón de la liquidez en la economía y que se afecte la tasa de interés.
El presidente de Anif considera que las implicaciones de la falta de caja pueden ser muy complicadas si el Gobierno acelera la ejecución de su presupuesto, pero que, en últimas, tiene algunos márgenes de maniobra, como por ejemplo endeudamiento mediante pagarés o financiamiento con recursos de entidades públicas. “Creo que no vamos a llegar a esos niveles de estrés de caja”, indica, mientras que Pérez precisa que existe un riesgo de corto plazo si no se soluciona el tema: hay que priorizar lo que se va a pagar. Considera que se tiene que hacer un recorte de gastos para que las cuentas empiecen a cuadrar.