ECONOMÍA
¿Grupo Sura ha violado sus propios reglamentos de pagos a sus ejecutivos?
¿Quiénes eran los miembros patrimoniales? Nada más y nada menos que Jorge Mario Velásquez, presidente de Grupo Argos, y Carlos Ignacio Gallego, presidente de Grupo Nutresa.
Grupo Sura parece haber violado sus propias normas internas en el comité de nombramientos y retribuciones. Según los reglamentos del conglomerado financiero, con fecha del 2018, dicho comité debería estar conformado por 3 miembros de la junta directiva, quienes en su mayoría debían ser miembros independientes.
Una de sus funciones principales es determinar y sugerir la compensación de los ejecutivos y colaboradores. Según el informe anual del 2020, el comité de nombramiento y retribuciones está integrado por dos miembros patrimoniales y solo uno independiente.
¿Quiénes eran los miembros patrimoniales? Nada más y nada menos que Jorge Mario Velásquez, presidente de Grupo Argos, y Carlos Ignacio Gallego, presidente de Grupo Nutresa. Cabe recordar que Grupo Sura es el mayor accionista tanto de Grupo Argos como de Grupo Nutresa. La misma situación se repitió en el 2018 y en 2019.
“¿Tú me ayudas, yo te ayudo?” Estas prácticas podrían explicar la desorbitada indemnización que recibió David Bojanini, de aproximadamente 25 mil millones de pesos, tras hacerles perder a sus accionistas alrededor de 75 % de su valor en dólares. Fuentes le aseguraron a SEMANA que Gonzalo Pérez, quien se retirará pronto, estaría buscando una jugosa bonificación.
Lo más leído
El gobierno corporativo que han establecido en el Grupo Sura pareciera solo beneficiar a los administradores. Esto debería cambiar pronto para favorecer a los accionistas, como es el deber de toda compañía pública. ¿Qué dirán los miembros independientes de la junta? ¿Se inventará dicho comité una excusa para no dejar examinar adecuadamente sus prácticas? Todo es posible. Lo cierto es que no solo hay que parecer, sino ser.
Existen demasiadas alarmas, como el uso de aviones privados cuando los administradores dicen ser defensores del medio ambiente. Las reglas aplican para otros. No hay nada que contamine más el medio ambiente que un avión privado.
Se trata de ejecutivos que tal vez están acostumbrados a hacer lo que quieran sin rendirle cuentas a nadie, pero pronto se darán cuenta de una nueva realidad. Es probable que pataleen para tratar de mantener sus beneficios a toda costa.
Mientras más pataleen, más expuestos quedarán. Aquí no parece haber ningún gobierno corporativo.
* Gabriel Gilinski es accionista de Publicaciones SEMANA