ENTREVISTA
Habla Beatriz Fernández, la cofundadora de Crepes & Waffles: “La COP16 nos recuerda que en todos los colombianos hay grandeza”
La empresaria está en la conferencia de Naciones Unidas para proteger la biodiversidad con una apuesta cultural. Así se hizo y así suena su canción “Colombia se pegó a mi piel”.
SEMANA: Usted ha logrado mantener un negocio muy exitoso alrededor de proteger la biodiversidad y dar a conocer esos sabores únicos de Colombia. ¿Qué significa hoy estar en la COP16?
Beatriz Fernández: Desde siempre, he hecho una empresa con mucho sentido, sin saber que después saldría ese propósito. Y para mí fue simplemente oír mi corazón. Al comienzo de este negocio, éramos tan chiquitos ... dos personas. Eso me daba pie para estar cerca y ver las dificultades de la gente. Y ya cuando comienza a crecer, teníamos 5 o 10 personas, comienzo a sensibilizarme más no solo con la humanidad que hay en cada uno de nosotros, sino también con el medio ambiente, porque entendía la importancia de la naturaleza y lo que hacía la naturaleza en el bienestar, no solamente de nuestros negocios, sino también en la importancia de que pudiéramos garantizar en un futuro todo lo que somos. Colombia es un país inmensamente lindo, bello, absolutamente mágico y fuimos a lugares que yo no conocía. Muchos nos perdemos de ver la riqueza natural y lo bello que es Colombia. Para mí esta es una oportunidad mostrarles, incluida a mí misma, la belleza que existe en esa diversidad de territorios, de climas, de ecosistemas, de gente tan divina. Debemos recordar que, en todos nosotros, los colombianos, hay grandeza y por eso a mí me inspira Colombia. Por eso, la canción que llevamos a la COP16 la llamé “Colombia se pegó a mi piel”.
SEMANA: Crepes se fundó como negocio en un país que es enormemente rico en especies, en olores, en gastronomía, ¿cómo crees que ayudó a todo este éxito que han tenido el haber sido fundados en un país megadiverso y no en otro?
Beatriz Fernández: Qué oportunidad tan grande haber nacido en Colombia. Cuando nacimos no sabíamos la magnitud de la obra que podríamos hacer y que hicimos. Y aquí puedo decir, que Colombia se pegó a mi Piel. ¿Y qué es lo importante de todo esto? Naturalmente Crepes nació como un negocio, pero desde el inicio, sentí que Crepes & Waffles tenía que ser algo más que un buen negocio. Y nuestro mayor negocio, fue haber tenido esa visión humana, que engrandecía a las personas que trabajaban con nosotros, dignificando sus vidas y llevando a que la empresa estuviera enfocada en valores, donde los resultados vinieron por añadidura.
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Siempre he pensado que en la diversidad está la riqueza. Y en lo que se refiere a la gastronomía, lograr incorporar en nuestra oferta los sabores, los colores, los aromas, las texturas, es entender la magnitud, que a veces no vemos, de la grandeza que es este país.
SEMANA: ¿En qué momento, en el camino de Crepes, se comienza a introducir esos nuevos sabores de nuestra biodiversidad?
Beatriz Fernández: Desde el origen siempre he tenido esta sensibilidad. Para mí, este proyecto significa incluir la salud, el sabor y el territorio, como el hilo conductor en todas mis creaciones. Y es como resultado que todo esto que, desde hace más de 13 años, iniciamos con más estructura un camino claro. Hoy esto está materializado en más de 20 proyectos de sostenibilidad, que a lo largo de Colombia, nos ha permitido construir con más de 1.200 familias, una proveeduría consciente que ha representado compras de más de 850 toneladas, de productos como cacao, cúrcuma, miel, frijol cuarentano, arracacha, palmito vegetal, açaí, lechugas, entre muchos otros.
SEMANA: ¿Qué historia de esas comunidades que conoció, por medio de los proyectos de sostenibilidad, le han llegado particularmente al corazón?
Beatriz Fernández: Todas son inspiradoras. Todo me toca el corazón. Hablar de Bojayá, de Montes de María, me conmovió y conmovió al país. En cada uno los territorios donde están nuestros proyectos, hay historias de las cuales aprender.
Y parte de esto me inspiró en la creación de esta la canción. Por eso, en una parte de nuestra canción, dice: “sé que la vida no para y el tiempo ya vuelve más, adiós al dolor del pasado, despierta que la vida es ya, Colombia se pegó a mi piel”.
SEMANA: Háblame de esa canción que van a ustedes a presentar en la COP16. ¿Cómo fue el proceso para crear ese proyecto?
Beatriz Fernández: Este proyecto es una muestra que con buen corazón y unidos todos somos más, entonces, más es lo que somos. En este proyecto participaron personas maravillosas como Luz Dary, Nercy y Poliarco, quienes, desde la Academia de las Artes de Crepes, representan a más de 8.000 personas. Unimos el talento de la música y los ritmos de Palenque con Kombilesa Mi, los coros Ghospel de las Celis Sisters de San Andrés, la danza con Sankofa Danza Afro de Medellín, la comunidad de Coqui en Chocó, la Fundación Sauyeepia Wayuu de la Guajira, Korpodanza de Cartagena, Escuela de Tambores de Cabildo, entre otros talentos de nuestro país. Todo esto en el marco de los paisajes únicos que muestran la belleza de Colombia. Desde siempre, el arte ha sido parte de la cultura empresarial de Crepes & Waffles
SEMANA: ¿Por qué apostarle a la cultura en esta COP16?
Beatriz Fernández: La cultura y el arte siempre han estado en el ADN de Crepes & Waffles como parte de su desarrollo empresarial. El arte es el elemento transformador más poderoso, nos conecta, nos une, nos recicla de las emociones negativas y nos hace vibrar en una sintonía en donde el común denominador es la alegría y el amor, parte de la grandeza de lo que somos los seres humanos.
Lo traemos a la COP16 porque es nuestra manera de ser, de estar en este mundo y de liderar un proyecto gastronómico como es Crepes & Waffles.
SEMANA: Para muchos colombianos ir a Crepes es símbolo de gran felicidad, de comer helado, de celebrar. ¿Cómo enfoca desde esa alegría su participación en la COP16?
Beatriz Fernández: La alegría es una chispa de entusiasmo y dentro de este estado la creatividad permite crear obras. Crepes & Waffles es una obra que naturalmente tiene que crecer dando resultados, pero la visión humana y espiritual se volvió una demostración de que si se puede humanizar y espiritualizar la economía. Y es desde este lugar que se potencializa la capacidad de crear abundancia entre todos.
Y es por eso por lo que, en la COP16 junto a nuestros proveedores, a nuestra gente y a muchos artistas de diferentes lugares de Colombia, traemos una canción y un video para que hable la letra, hable el talento, hable la gente, hable la música, hable el arte, hable la belleza de los paisajes, hable la tradición, hable la gastronomía… y hable la biodiversidad. Todo esto para que los países hablen de Colombia como nos lo merecemos.