Economía
¿Hasta cuándo se mantendrá el dólar en ascenso? ¿Qué pasará después de las elecciones en Estados Unidos? Haga cuentas
El período reciente ha estado marcado por el fortalecimiento del dólar y el debilitamiento del peso. ¿Qué tanto se está incorporando el efecto de la aversión al riesgo preelectoral en Estados Unidos? Estos son los factores clave que están presionando las monedas para el cierre de este año. Análisis de Corficolombiana.
Las últimas semanas han sido particularmente intensas para el dólar. En días pasados, el precio rompió el techo de los 4.400 pesos y mantuvo su tendencia ascendente.
Sin embargo, no es un tema reciente frente al peso colombiano. De acuerdo con un análisis de Corficolombiana, la depreciación del peso colombiano asciende a 13,9 % desde finales de mayo y fue de 4,7 % durante octubre, superior a la de monedas de los países pares en Latinoamérica, que llegó al 3 %.
Desde junio, dice el estudio, la tasa de cambio ha tenido una tendencia al alza que se acentuó en las últimas semanas, registrando durante la semana pasada nuevos máximos en más de un año y cerrando el viernes en 4.413 pesos. Esta situación no es exclusiva de Colombia. La depreciación del peso colombiano va en línea con la tendencia de las monedas emergentes, que se han visto afectadas por la fortaleza global del dólar durante el último mes.
¿Cuál ha sido el camino? En octubre se observó un fortalecimiento global del dólar. El índice DXY –que mide el valor del dólar estadounidense en relación con una canasta de otras monedas– subió 3,9 % desde su mínimo alcanzado a finales de septiembre y reflejó un cambio en las expectativas de los mercados, en especial sobre el ciclo de recortes de tasas de interés de la Reserva Federal (Fed).
Aunque durante agosto y septiembre primó la expectativa de que la Fed adoptaría una postura monetaria más flexible en sus próximas decisiones de política monetaria, ante información que revelaba un mercado laboral deteriorado y una inflación que retrocedía a buen ritmo, la sorpresa positiva en los indicadores del mercado laboral de septiembre y los comentarios del presidente de la Fed, Jerome Powell, impulsaron nuevamente un ajuste de las expectativas hacia un escenario de descensos más gradual, lo cual impulsó la fortaleza del dólar, explica el análisis.
Esto llevó a una depreciación generalizada en la región, aunque heterogénea. Ya las principales monedas se habían visto impactadas por los recortes de las tasas de interés de los bancos centrales de sus países y un incremento en la incertidumbre política regional.
El peso mexicano y el peso colombiano se están moviendo a un ritmo parecido: habían sido las dos monedas más fortalecidas al inicio del año, pero ahora lideran la depreciación reciente. “La incertidumbre preelectoral en Estados Unidos explica buena parte de este resultado, al ser el peso mexicano la moneda más vulnerable al resultado de estas elecciones por la estrecha relación comercial entre ambos países. En elecciones anteriores, se ha visto un ligero incremento en la volatilidad de esta divisa, que tiende a suavizarse una vez consumada la jornada electoral”, agrega el documento de Corficolombiana.
Sin embargo, advierte que, en 2016, cuando fue elegido el hoy candidato Donald Trump, con un discurso más proteccionista y en contra de la migración, aumentó la aversión al riesgo en contra de los activos mexicanos, añadiendo volatilidad a la tasa de cambio en México, cuya corrección se postergó hasta un mes después de su elección. De lograr Trump un segundo mandato en las elecciones de esta semana, el informe estima que se puede esperar un repunte inicial del tipo de cambio en México, una mayor en su volatilidad frente a los niveles actuales, que podría corregir más hacia principios de 2025.
¿Por qué es importante para Colombia lo que le pase a México? Por la alta correlación que tiene el peso colombiano con el peso mexicano, debido a la importancia de México en los portafolios de los inversionistas extranjeros en la región, pues según el índice Laci, que muestra el comportamiento de las monedas latinoamericanas frente al dólar con base en el volumen de operaciones y liquidez de cada moneda, el peso mexicano comparte liderazgo con el real brasileño al representar el 33 % del índice.
Esto explica, en parte, la volatilidad de la tasa de cambio en Colombia durante las últimas semanas, que a juicio de Corficolombiana, puede estar incorporando el efecto de la aversión al riesgo preelectoral en Estados Unidos. “En este sentido, anticipamos que después de las elecciones estadounidenses puede haber una corrección parcial del tipo de cambio, aunque esta corrección podría postergarse dependiendo del resultado de las elecciones”, añade el estudio.
Pero, además, no solo son factores externos los que están presionando las monedas de México y Colombia. Según Corficolombiana, la volatilidad del peso mexicano también está incorporando la alta incertidumbre en ese país tras la posesión como presidenta de Claudia Sheinbaum. “En el ámbito político, existe una mayor aversión al riesgo de los inversionistas ante las múltiples reformas que están avanzando o ya han sido aprobadas por el Legislativo, entre las que destaca la reforma al sistema judicial. Además, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público planea reducir el déficit del 5,9 % al 3,0 % del PIB en 2025; pero el alto costo fiscal de las medidas anunciadas, sumado a la expectativa de bajo crecimiento económico ese año y su negativa a implementar una reforma fiscal, ponen en duda que México logre esta la consolidación fiscal el próximo año”, señala el informe.
Y si por México llueve, en Colombia no escampa. Mientras las principales monedas de la región se depreciaron 5,8 % en los últimos dos meses, de acuerdo con el índice de monedas latinoamericanas, Laci, el peso colombiano se depreció 9,7 % en el mismo período, por lo que la tendencia regional puede estar asociada con hasta la mitad del comportamiento reciente de la relación peso-dólar desde su punto de inflexión en la segunda mitad de agosto, dice el informe.
“En otras palabras, esta proporción puede estar reflejando el efecto de los factores externos, que deberían moderarse en los próximos meses conforme avanza el proceso de flexibilización de la postura monetaria de la Fed y se reduzca la incertidumbre política en Estados Unidos. Sin embargo, el restante frente a la tendencia regional y al incremento del DXY estaría reflejando también los riesgos fiscales locales que desde hace varios meses estaban capturando las tasas de los TES y la prima de riesgo país”, agrega.
A su vez, la depreciación reciente de la tasa de cambio en Colombia estuvo alineada con el descenso en los precios del petróleo, que pasaron a ser de 73 dólares por barril para la referencia Brent después de haber promediado 83 dólares en el primer semestre. “Hacia delante, las expectativas de un débil desempeño económico por parte de China (que abarca el 15 % de la demanda global por crudo), los anuncios de la Opep+ de aumentar su producción al cierre de 2024 y los menores temores de desabastecimiento derivados de una escalada en el conflicto en Oriente Medio mantendrían los precios del petróleo en niveles más cercanos a los actuales. Este escenario limitaría el efecto positivo del ingreso de divisas derivadas de la actividad petrolera sobre la tasa de cambio en Colombia”, explica Corficolombiana.
Sin embargo, se refleja en el peso colombiano la incidencia de factores internos. El credit default swap (CDS) –que sirve pare medir el riesgo país– a 5 años ha aumentado 26 puntos básicos desde mediados de agosto, superando nuevamente los 200 puntos, un incremento considerable frente al alza promedio de 10 puntos básicos que han registrado los CDS de otros países comparables de la región en el mismo período. “Esta mayor prima de riesgo pone de manifiesto las dudas sobre la capacidad del Gobierno para cumplir con la regla fiscal en 2024 y 2025″, advierte el estudio.
Y añade: “Desde la presentación del Marco Fiscal de Mediano Plazo en junio, se discutía la necesidad de ajustar el gasto público, ya que el presupuesto se basaba en proyecciones tributarias optimistas frente a los resultados del año; aunque el recaudo en septiembre creció un 3 % interanual, acumula una caída del 8,2 %, requiriendo un ajuste adicional de 10 billones de pesos para cumplir la regla fiscal. A esto se suma el avance del Acto Legislativo 018 de 2024, que propone incrementar gradualmente las transferencias del SGP a entes territoriales, del 23,5 % al 39,5 % en 12 años, un cambio que consideramos fiscalmente insostenible para las finanzas públicas debilitadas”.
En este contexto, Corficolombiana estima que los niveles actuales de la tasa de cambio en Colombia son cercanos a su valor justo, en la medida que se alinean con el comportamiento de la prima de riesgo.
Anticipa que la incertidumbre por factores internos limitará una corrección mayor de la tasa de cambio luego de las elecciones estadounidenses. En efecto, la prima de riesgo país viene descontando una rebaja en la calificación crediticia del país, al punto que en lo corrido del año se ubicó, en promedio, 36 puntos básicos por encima de la de Brasil, cuya calificación crediticia es dos grados inferiores a la de Colombia.
Además, considera que el riesgo de que el Banco de la República acelere el ritmo de ajuste de tasas de interés más allá del adoptado por la Fed, junto con el descenso en los precios del petróleo que se espera se encuentre en niveles más cercanos a los 73 dólares por barril en los próximos meses –después de haber promediado 83 dpb en el primer semestre–, podría ejercer una presión adicional que dificulte la corrección del peso colombiano en el corto plazo.
En resumen, el tipo de cambio en Colombia debería corregir parcialmente la depreciación reciente durante la parte final de este año y comienzos de 2025, una vez se haya resuelto la incertidumbre electoral en Estados Unidos. “Sin embargo, los temores en torno a las finanzas públicas del país seguirán añadiendo presiones alcistas sobre el precio del dólar en Colombia. Anticipamos que la tasa de cambio oscile alrededor de 4.250 pesos en las últimas semanas del año”.