ENTREVISTA
“Hay optimismo en que Estados Unidos sea un mayor participante e inversor en la región”: presidente del BID
El presidente del BID, Mauricio Claver-Carone, quiere cambiar la percepción que se tiene de la entidad en la región e impulsar la nueva capitalización, en la que Estados Unidos jugará un papel clave.
Han pasado solo 80 días desde que Mauricio Claver-Carone asumió la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y su discurso ya suena distinto. Se le tenía como un personaje politizado, muy afín a la ideología del presidente Donald Trump, de quien era asesor. Sus tajantes convicciones contra las dictaduras en América Latina lo llevaron a ser un crítico de la política de apertura con Cuba que promovió Barack Obama.
Conocido también por ser partidario de aplicar sanciones contra del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, Claver-Carone llegó a la presidencia del BID en medio de un ambiente áspero, postulado por seis de los 26 países prestatarios de la entidad que apuntala proyectos de desarrollo económico y social en América Latina y el Caribe, y a la cual, dice, le quiere imprimir un nuevo aire.
Ahora, las expresiones de Claver-Carone son otras: “Aquí la política se acabó”, dijo en conversación que sostuvo con Dinero.
DINERO. El triunfo de Joe Biden significa un nuevo rumbo en la política de Estados Unidos. ¿Implicará un cambio en el BID?
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MAURICIO CLAVER-CARONE. Absolutamente no. Creo que no hay política que pueda traer mayor consenso bipartidista en los Estados Unidos que la que tiene que ver con América Latina y el Caribe. Y en esta coyuntura la misión del BID es ayudar a los países de la región en su recuperación de la crisis económica para impulsarlos en su crecimiento y desarrollo. Si uno ve el propósito de la administración Trump, con lo que era el plan ‘América crece’ y lo que fue la propuesta de la administración Obama-Biden, ‘La alianza para la prosperidad’, el fin es el mismo: el desarrollo socioeconómico de esos países.
En los temas en los que ha habido un poco de desacuerdo es en cómo confrontar dictaduras (en Cuba y Venezuela). La buena noticia es que aquí en el BID ni Cuba ni la región de Maduro son miembros, así que no hay ningún tipo de desacuerdo. Al contrario. Hay consenso en que entre los 26 países prestatarios queremos reforzar los lazos. Irónicamente, lo que aceleró la creación del BID fue la Revolución cubana para que no surgieran más ‘Cubas’.
DINERO. ¿Ha tenido algún acercamiento con el presidente Biden? Porque se llegó a hablar de posibles fricciones...
M.C.C. Con él no he hablado, pero sí con integrantes de su equipo. En estos momentos yo represento a los 48 países miembro. En ese sentido, ya la política se acabó. Con el presidente electo vamos a trabajar para que, con su visión y sus propuestas, podamos ayudar a la región. Estamos tratando de reanimar el interés del Congreso en el BID. Hay optimismo porque Estados Unidos sea un mayor participante e inversor en la región. Es histórico lo que ha pasado. Estados Unidos nunca ha sido un proponente entusiasta de capitalizaciones en el BID. Era el último en aprobar. Ahora, en dos meses, el Congreso ha decidido anticipar las negociaciones para marcar el interés del legislador en una capitalización. Esa oportunidad es histórica, precisamente, debido a la tarea de recalcar la importancia del BID en las regiones.
DINERO. Se habla de que piensa hacer una redefinición del BID...
M.C.C. Si uno preguntara a los ciudadanos en Latinoamérica cómo ven la marca, dirían que el BID es una entidad en Washington, en la que hay muchos funcionarios que hacen proyectos de infraestructura y señalarían los que tienen problemas. Yo quiero cambiar esa percepción. El BID hace de todo, desde infraestructura, migración, salud hasta economía naranja. Ahora estamos en el tema del nearshoring (promoción de inversión e integración del comercio internacional para que la producción se realice en países vecinos, en busca de ventajas en costos). Queremos involucrar a las nuevas generaciones con el BID como una entidad que toca la vida de cada persona en la región.
DINERO. ¿Cómo se ha sentido en ese camino de ser apolítico pese a su imagen de político defensor a ultranza de sus ideales?
M.C.C. El toque humano que queremos traducir a la región lo estoy empezando aquí en el BID, rompiendo ciertas barreras para traer una nueva energía y dinamismo al capital humano, que, en realidad, lo estaba esperando. Ellos quieren hacer cosas nuevas, pero ha sido difícil romper una cultura de 60 años de cierta complacencia. Una de las cosas que me entusiasma en el BID es que, desde que empecé mi carrera como abogado, es la primera vez que me puedo dedicar directamente a ayudar a la gente. Tengo unos ideales muy claros sobre la democracia y los derechos humanos. Mis ideales no admiten hipocresía. Me he opuesto a dictaduras de izquierda o de derecha. Por esos ideales me han tildado como un halcón, duro con los dictadores. Pero ahora, por primera vez en muchos años, no tengo que lidiar con dictaduras, mi trabajo es ayudar a la gente a mejorar sus vidas, lo cual, indirectamente, evita dictaduras. Al fin y al cabo, cuando la gente no tiene oportunidades, busca cambios bruscos que abren espacios al populismo.
DINERO. Es decir, ¿hay un nuevo Mauricio Claver?
M.C.C. Es el Mauricio Claver que quienes conocen saben que siempre ha existido. He sido un apasionado abogado de los derechos humanos, porque creo en la gente. Creo que no hay nada más sagrado en este mundo que el ser humano.
DINERO. ¿Por qué dice que Estados Unidos ha estado ausente de la región?
MC.C. La verdad es esa. Estados Unidos ha estado ausente de la región desde la Guerra Fría. Había un vacío y a la vez una búsqueda para que estuviera más involucrado en inversiones de energía e infraestructura. Era un vacío que estaban llenando otros países, como China. Había que buscar una política de más participación. Es un tren que ya salió y que va bastante rápido.
DINERO. ¿Tiene intención de quitarle protagonismo a China en la región?
M.C.C. China es miembro del BID, fue invitada en 2009. Respetamos su papel. Trabajamos con China sin prejuicios. El BID es la institución financiera internacional en la cual Estados Unidos tiene mayor participación: 30 por ciento, pues en el Banco Mundial y en el Fondo Monetario solo tiene 15 por ciento. América Latina y el Caribe es la vecindad, donde se tienen más tratados de libre comercio y más nexos culturales. Estados Unidos es también el segundo país hispanohablante más grande del mundo. Ahora hay un presidente del BID que es producto de esa integración, así que es lógico lo que buscamos: reforzar la presencia de los Estados Unidos y avivar el interés que había disminuido dramáticamente en el BID y en la región. No estoy actuando ni actuaré en perjuicio de China. Lo que estoy haciendo es reforzar las oportunidades de Estados Unidos, el socio natural de América Latina.
DINERO. Usted ha hablado de aumentar la integración comercial de Estados Unidos con América Latina. ¿En cuánto?
M.C.C. Hay que duplicarla. Hay muchos bienes y servicios que Estados Unidos importa desde China. Si solo en industrias en las cuales ya Latinoamérica le vende a Estados Unidos la región logra captar 10 por ciento de esa compra a China, significaría un flujo de 70.000 millones de dólares adicionales. Eso tendría un impacto enorme en generación de empleo.
DINERO. Usted habla de un enfoque centrado en el empleo. ¿Qué implica?
M.C.C. No va a ser el único criterio, pero todos los caminos van hacia el empleo. Cuando pienso en lo que quiero lograr en cinco años en el BID, además de hacer de esta una entidad más fuerte y que las nuevas generaciones lo entiendan mejor, buscaré medir el éxito basado en la generación de empleo. Enfocarnos en la generación de empleo formal es, al fin y al cabo, lo que va a mejorar a las familias en el mediano y largo plazo. Es lo que puede tener el mayor impacto socioeconómico.
DINERO. ¿Cómo ayudará a los países que tienen dificultades para adquirir las vacunas covid?
M.C.C. Esta semana hemos reprogramado 1.000 millones de dólares luego de preguntar a los países sobre sus necesidades en salud en la coyuntura, no solo para la compra de dosis de vacuna, sino para la infraestructura completa, que incluye almacenamiento y acceso a la vacuna para las poblaciones vulnerables. Sabemos que para la vacunación hay complejidades más allá de la existencia de una vacuna, y que, hasta los que pensaban que lo tenían todo bajo control, están buscando respuestas.
DINERO. ¿Es cierto que el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, estuvo opcionado a un cargo directivo del BID?
M.C.C. Tenemos una relación excelente con el ministro de Hacienda. La seguiremos teniendo. Aquí hay un proceso evolucionando constantemente. Nunca descarto nada.
DINERO. ¿Qué tanto de todo lo mencionado se hará?
M.C.C. Soy ejecutor. Pecamos mucho de pensadores y lo que hace falta es gente que haga.