EMERGENCIA ECONÓMICA
¿Hay que apagar la economía?
Cómo enfrentar los efectos de la pandemia en el país, tema del conversatorio de Eafit, Marble Headhunters y Revista Dinero.
El exministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, quien fue el primer panelista, explicó que Colombia y el mundo enfrentan el desafío de determinar cuánto tiempo más se deben prolongar las medidas de aislamiento social, una disyuntiva muy complicada.
Mientras, por un lado, estas medidas permiten aplanar la curva de contagios y facilitar una mejor respuesta del sistema de salud, por el otro, tienen un efecto negativo en la economía y, sobre todo, en el empleo. “La salud es la vida y la economía representa los medios de vida, pero no hay salud si no hay economía ¿dónde trazar ese balance?”, preguntó.
En su concepto, la mejor manera de abordar esta pregunta es por medio de un monitoreo minucioso de la situación, para así ir tomando decisiones paulatinas que permitan trazar una salida a la crisis. También, insistió en la importancia de que el Gobierno tome medidas audaces para enfrentar esta situación como, por ejemplo, reprogramar el pago de impuestos.
Los analistas coincidieron en que el Gobierno debe centrarse en mantener la capacidad adquisitiva de los grupos vulnerables de la población, algo que ya se está haciendo con los giros adicionales de los programas sociales como Familias en Acción y Colombia Mayor.
También insistieron en la importancia de mantener, en la medida de lo posible, el empleo tanto el formal como el informal, pues sin puestos de trabajo se frena el consumo y se quiebran las empresas.
Estas medidas significarán, sin lugar a dudas, mayor déficit fiscal. Para el exministro Cárdenas es importante que este déficit sea financiado en dólares, con apoyo de multilaterales como el Fondo Monetario Internacional.
Para Mauricio Reina, investigador de Fedesarrollo, hay tres escenarios posibles. En el primero y más deseable la crisis tarda tres meses, en el moderado seis meses y finalmente, en el pesimista, un año. La gravedad de estos escenarios dependerá también de cómo se comporten los precios del petróleo.
Reina explicó que según cálculos de Fedesarrollo, en el peor escenario (con barril de crudo a 25 dólares) habría una contracción de la economía de medio punto porcentual. Pero el dato más crítico tiene que ver con la tasa de desempleo, pues se prevé que esta superaría 19,5 por ciento. “Una cifra inmanejable desde el punto de vista político y social”, afirmó.
Por su parte, el economista Eduardo Lora indicó que, si bien el Gobierno ha tomado medidas importantes para irrigar liquidez en la economía, los montos de transferencias son muy limitados. "Es necesario tomar otras medidas para proteger el empleo como: reducir costos laborales, bajar salarios en forma colectiva y subsidiar una parte del salario mínimo", agregó.
El ex director de la Dian, Juan Ricardo Ortega, explicó que, aunque es un hecho que la economía global se apagó y el impacto ya es considerable, hay luz al final del túnel. “La respuesta no está en los economistas, sino en los miles de científicos del mundo que están trabajando para lograr una vacuna. Van a empezar a aparecer noticias positivas, será algo temporal”, agregó.
Todos los panelistas llegaron a la conclusión de que lo más deseable sería tratar de mover la economía lo antes posible, sin descuidar la salud pública, pues los efectos que se derivarían de un aislamiento prolongado podrían ser peores y resultaría haciendo más daño la cura que la enfermedad.
Jorge Hernán Cárdenas, ex director de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional, fue otro de los panelistas y su planteamiento consistió en que enfrentar esta crisis demandará sacrificios, en especial para las empresas, que inicialmente no podrán operar como lo hacían antes, pues deberán tomar medidas para asegurar el aislamiento social, seguir con teletrabajo, cambiar horarios y reinventarse. Así mismo, le recomendó al sector privado con capacidad de hacer donaciones, que enfoque sus recursos en el sistema de salud.