Finanzas digitales
Historia de una patrasiada en impuestos, que terminó a favor de los contribuyentes
Tras un pulso entre el sector financiero y la Dian por la decisión de esta para no permitir la deducción de renta por pagos mediante Nequi y Daviplata, la Dirección de Impuestos tuvo que recular. Esto fue lo que pasó.
El pasado 23 de enero, se prendieron las alarmas entre muchos contadores del país, en especial entre aquellos que les ayudan a las micro, pequeñas y medianas empresas a llevar sus cuentas. El motivo de preocupación era un oficio de la Dian en el que la autoridad tributaria del país establecía que los depósitos de bajo monto (como es el caso de Nequi y Daviplata) y los depósitos ordinarios no forman parte de los medios de pago permitidos para el reconocimiento fiscal de costos, deducciones, pasivos e impuestos descontables.
El anuncio cayó como un baldado de agua fría, teniendo en cuenta que esas plataformas se han convertido en uno de los instrumentos financieros más populares y masivos en el país. Hasta el año pasado, Nequi, propiedad del Grupo Bancolombia, tenía 13,5 millones de usuarios, es decir, dos de cada cinco colombianos. Igualmente, Daviplata, que pertenece a Davivienda, tenía 15,6 millones.
Si bien estas dos plataformas nacieron mucho antes de la pandemia, fue en este periodo en el que dieron un salto cuántico, pues ante la imposibilidad de movilizarse, la gente vio en ellas una manera fácil de realizar pagos, giros y transferencias. Hoy, miles de comercios reciben estas plataformas como medios de pago y no solo establecimientos formales, sino un creciente número de vendedores informales que encuentran en ellas una alternativa para no perder clientes e integrarse a la economía digital.
El impacto de estas plataformas, a las que se suman otras como Dale!, del Grupo Aval, y Movii, ha sido inmenso y lo prueban las cifras de inclusión financiera. Mientras en 2018, el 81 por ciento de los adultos colombianos tenía acceso a servicios financieros, al tercer trimestre de 2022 era el 92 por ciento; asimismo, el número de personas con un producto activo en el sistema financiero pasó de 62 a más de 77 por ciento. A eso se sumó un creciente uso de estas plataformas por las empresas para pagar a proveedores, en especial micros y pequeños, así como para pagar sus nóminas.
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El gran atractivo de las plataformas es que no solo se pueden abrir cuentas digitales de manera rápida y sencilla, y con el único requisito de estar ligadas a un número de celular, sino que no tienen costos de ninguna índole, como sí los tienen las cuentas de ahorro tradicionales, en las que, entre otras cosas, se deben pagar cuotas de manejo o cuotas por retiros en cajeros, incluso de la misma entidad.
Por este motivo, y tras la alerta de los contadores, los empresarios empezaron a manifestar su temor. “El país lleva muchos años trabajando en inclusión financiera como política de Estado y unas de las herramientas para convertirla en realidad han sido Nequi y Daviplata. ¿Cómo es posible que ahora, después de que logramos meter a la gran mayoría de la población a estos sistemas, vienen y nos dicen que los pagos que hagan las empresas a través de esos medios de pago no son válidos como deducibles de renta? Nos están invitando a que no usemos esos mecanismos y volver a echar para atrás”, se lamentó un pequeño empresario afiliado a Acopi.
Esa misma angustia la compartían las entidades financieras e incluso los reguladores del sector, y eso llevó a que le pidieran a la Dian reconsiderar su posición. Finalmente, el 9 de febrero, la entidad tributaria emitió un nuevo concepto en el que reconsidera el oficio del 23 de enero.
Claramente, plataformas como Nequi y Daviplata no solo sirven para generar inclusión financiera, sino para tener trazabilidad del dinero que se mueve en el país. De hecho, ya la Dian recibe reportes de los saldos y los movimientos que las personas hacen en ellas, así que desincentivar su uso sería un enorme retroceso en materia de formalización y digitalización de la economía.
Además, frenar estas plataformas va en contravía de las metas del Gobierno de promover la llamada economía popular, en la que estas herramientas son bastante utilizadas.
Por otro lado, el éxito que han tenido es una motivación para que, tarde o temprano, por allí se puedan generar ingresos, tanto de los bancos, que por ahora no perciben comisiones por estas plataformas, así como del Gobierno, pues estas cuentas hoy son exentas de 4 por mil. El tema es que primero se necesita que la gente las vuelva parte de su cotidianidad y luego sí pensar en gravarlas.