CRISIS
¿En qué sectores se está destruyendo más empleo?
La caída en los niveles de ocupación revela el fuerte impacto del aislamiento y tiene a los analistas pidiendo medidas urgentes para proteger el empleo.
La destrucción de más de 1,6 millones de empleos en marzo refleja lo rápidamente que las medidas de aislamiento para luchar contra el coronavirus han comenzado a causar verdaderos estragos en el mercado laboral.
Más que el aumento de 1,8 puntos porcentuales en la tasa de desempleo que alcanzó el 12,6 por ciento en marzo, la más alta para este mes en la última década, es el desplome en el número de ocupados lo que muestra la verdadera magnitud del problema que se está gestando.
La población ocupada pasó de 22,1 a 20,5 millones de personas a marzo de 2020. Esto quiere decir que alrededor de 1.583.000 personas que estaban ocupadas, perdieron su trabajo y fuente de ingresos. Una cifra totalmente inédita y que es realmente preocupante.
La mayor destrucción de empleo se presentó en las 13 principales ciudades del país donde cerca de 952 mil personas perdieron su trabajo. Esto muestra que la dinámica de estabilización del mercado laboral que se venía presentando en las principales ciudades se revirtió por cuenta de las condiciones de confinamiento.
Sin embargo, en los centros poblados y rurales, otras ciudades y cabeceras también hay una caída en el empleo, lo cual muestra que la desaparición de plazas de trabajo es generalizada
Actividades más golpeadas
Los sectores donde más cayó el personal ocupado fueron las actividades artísticas, entretenimiento, recreación y otras actividades de servicios donde un poco más de medio millón de personas perdieron su trabajo. Le siguen la industria manufacturera donde 403 mil personas dejaron de trabajar y el comercio con 329 mil nuevos desocupados.
En la administración pública, educación y atención de la salud humana donde supuestamente no debería haber recortes, se redujeron más de 261 empleos.
En otros siete sectores hay una “destrucción” o congelamiento de los empleos y solo en dos hay un leve crecimiento: Servicios públicos y actividades profesionales, científicas y técnicas y servicios administrativos. Esto se debe a que las actividades relacionadas con el suministro de electricidad, gas, agua y gestión de desechos no pararon al ser servicios esenciales.
Sin duda, esto es una radiografía de los sectores en los cuales el empleo se encuentra en mayor riesgo pues son los que más tardaran en arrancar como son todas las actividades de entretenimiento y recreación, seguido del comercio donde aún no es claro los tiempos y el modo en que se reabrirán.
En las áres de entretenimiento, artistas y de recreación, un poco más de medio millón de personas perdieron su trabajo.
Algunas estimaciones de Fedesarrollo, indican que de los 22,1 millones de ocupados que había en el país, alrededor del 39 por ciento se encontraba en sectores prioritarios que en realidad nunca pararon pues debían atender la emergencia como salud, servicios públicos y abastecimiento.
El 20 por ciento está en actividades que se pueden realizar a distancia mediante teletrabajo como profesionales y actividades de apoyo administrativo. Otro 20 por ciento son estos “nuevos sectores” que comenzaron a reabrirse como la construcción y la industria.
Finalmente, esta el 21 por ciento que trabaja en actividades comerciales y servicios que requieren una interacción más cercana como comerciantes y vendedores, trabajadores de hoteles y bares y prestadores de servicios como plomeros y hasta peluqueros. Esta será el sector más afectado pues no solo serán los últimos arrancar sino porque en su mayoría se compone de trabajadores independientes y con frecuencia informales.
Según un estudio de Asofondos, de la población ocupada alrededor de dos terceras partes viven del diario y no cuentan con algún tipo de mecanismo formal de protección, por lo más probable es que en tiempos de cuarentena no estén recibiendo ningún ingreso.
Este informe identifica 7,2 millones de personas con empleos que son altamente vulnerable frente a la coyuntura actual porque pertenecen a microempresas (1-10 trabajadores), son informales y están en un sector con alta vulnerabilidad a la crisis.
El impacto de las medidas estaban afectando en mayor medida a las mujeres pues son las que más están perdiendo su ocupación y pasando a la inactividad. De los 1,58 millones de personas que perdieron su ocupación, alrededor de 863 mil fueron mujeres. Además, su tasa de desempleo alcanzó el 16,1 por ciento frente al 10,1 por ciento que alcanzó en los hombres.
La caída en los niveles de ocupación es una medida preocupante del impacto que está teniendo las medidas para frenar el coronavirus sobre la actividad económica. No se refleja en las cifras de desempleo por razones metodológicas: Para que alguien sea considerado desempleado por el DANE debe estar buscando activamente empleo, algo que por efectos de las mismas medidas no ha sido posible.
De los 1,58 millones de personas que perdieron su ocupación, alrededor de 863 mil fueron mujeres.
Sino se toman las medidas necesarias podríamos estar ante una debacle de la economía y el mercado laboral sin precedentes. Hasta las estimaciones de Fedesarrollo que indican que el número de personas sin trabajo podría aumentar entre 1,6 y 2,5 millones ó que el desempleo podría llegar a niveles del 20,5% podrían quedarse cortas.
Esta crisis coge al país muy mal parado en el frente laboral. A pesar de la recuperación de la economía el año pasado, el mercado laboral no había respondido y el número de ocupados había caído ante la poca dinámica de creación de empleo en el país. El desempleo alcanzó el año pasado el 10,5 por ciento en promedio. En el arranque del año había visto una leve estabilización en las principales ciudades pero todo se paralizó y ya empezó a cambiar en marzo.
Muchos analistas piden medidas adicionales y urgentes para proteger el empleo. El programa de créditos garantizados a mipymes se ha acelerado y alcanza los 7 billones de pesos, pero las empresas piden temas más allá de crédito.
Corficolombiana, por ejemplo, ha propuesto un programa de subsidios a la nómina y de condonación de créditos para las mipymes en los sectores más vulnerables, para salvar entre 2,7 y 3,2 millones de empleos formales (40% del empleo formal en Colombia). Esto tendría un costo fiscal de entre 10 y 13 billones de pesos.
José Ignacio López, Director de Investigaciones de Corficolombiana, afirma que este programa de subsidios y condonaciones puede ser financiado con recursos del FOME y/o eventuales emisiones de deuda en el mercado internacional.
Hay que actuar ya. Si se permite que la economía se desplome y el desempleo se duplique nos podríamos demorar varios años en recuperar lo perdido. La última vez que el país alcanzó niveles de desempleo del 20% fue en la crisis de finales de los 90s y el país tardó más de una década en volver a los niveles previos a la crisis.
Hay que hacer todo lo necesario para conservar el tejido empresarial y evitar que esta caída en el número de ocupados en marzo se materialice en un crecimiento sostenido de los niveles de desempleo.