PANDEMIA
El FMI dice que viene la peor crisis económica desde la Gran Depresión
La directora de la entidad, Kristalina Georgieva, dijo que "todavía nos enfrentamos a una incertidumbre extraordinaria sobre la profundidad y duración de esta crisis", pero anticipó que América Latina, África y Asia podrían llevar la peor parte.
A pocos días de las tradicionales reuniones de primavera que cada año organiza el FMI, y que en esta ocasión serán virtuales, la directora del organismo, Kristalina Giorgeva, se refirió en un mensaje publicado en las redes sociales a la crisis económica que enfrentará el mundo una vez terminen las cuarentenas y las medidas de aislamiento decretadas por la pandemia del coronavirus.
Su mensaje fue poco alentador: aunque "aún nos enfrentamos a una incertidumbre excepcional sobre la profundidad y la duración de esta crisis", ya está claro que el crecimiento económico mundial "se tornará marcadamente negativo en 2020".
Es más, Giorgieva dice que el FMI anticipa "las peores secuelas económicas desde la Gran Depresión, de 1930".
Nos enfrentamos a una incertidumbre excepcional sobre la profundidad y duración de esta crisis. El crecimiento mundial se tornará marcadamente negativo en 2020. Prevemos las peores secuelas económicas desde la Gran Depresión.
— FMI (@FMInoticias) April 9, 2020
Discurso de @KGeorgieva ➡️ https://t.co/USNnAArGq1 pic.twitter.com/Q0cxkDe1Ox
La situación cambió dramáticamente por culpa del covid-19, pues hasta hace solo tres meses la misma entidad esperaba un crecimiento positivo per capita en más de 160 sus países miembros para 2020. "Ahora proyectamos que más de 170 países experimentarán un crecimiento negativo del ingreso per capita este año", explicó Giorgieva.
Y aunque esa situación afectará tanto a las economías avanzadas como a las economías en desarrollo, lo cierto es que los países de mercados emergentes y de bajo ingreso, como África, América Latina y gran parte de Asia, enfrentan un riesgo mucho más alto: "Dado que sus sistemas sanitarios son más débiles, muchos se enfrentan al terrible desafío de luchar contra el virus en ciudades densamente pobladas y barriadas asoladas por la pobreza, donde el distanciamiento social difícilmente es una opción".
La directora del FMI también dijo que debido a que esos países están expuestos a una gran presión externa y tienen menos recursos para enfrentar la crisis actual, "están gravemente expuestos a los shocks de demanda y de oferta, y al drástico endurecimiento de las condiciones financieras que se están produciendo, y algunos pueden enfrentar una carga de la deuda insostenible".
También explicó que por ese motivo, "las necesidades brutas de financiamiento externo de los países de mercados emergentes y en desarrollo se elevan a billones de dólares, y estos países pueden cubrir solo una parte de ellas por sí solos. Necesitan ayuda, urgentemente".
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A pesar de esas malas perspectivas, el FMI dice que hay noticias alentadoras: "todos los gobiernos se han lanzado a actuar y, de hecho, ha habido una coordinación significativa. Nuestro monitor fiscal de la próxima semana mostrará que países de todo el mundo han adoptado medidas fiscales que ascienden a aproximadamente a 8 billones de dólares. Además, el G-20 y otros países han adoptado medidas monetarias de enorme cuantía".
Para la entidad el año será "extremadamente difícil", pero si la pandemia se disipa en el segundo semestre del año (lo que implicaría un levantamiento gradual de las medidas de contención y la reapertura de la economía) se podría presentar "una recuperación parcial en 2021". Sin embargo, si la pandemia sigue afectando al mundo, las perspectivas podrían empeorar aún más.
Giorgieva dice que hay cuatro medidas que se podrían tomar pensando en la recuperación: continuar con las medidas de contención imprescindibles y respaldar los sistemas sanitarios; proteger a las personas y empresas afectadas con medidas fiscales y para el sector financiero que sean amplias, oportunas y focalizadas; reducir la tensión del sistema financiero y evitar el contagio, y planificar desde ya la recuperación.
Para ella, el dilema entre salvar la economía o salvar vidas es falso: "dado que se trata de una crisis pandémica, es necesario derrotar al virus y proteger la salud de las personas para alcanzar la recuperación económica. Así pues, el mensaje es claro: dar prioridad al gasto sanitario para pruebas de detección y equipamiento médico, pagar a médicos y enfermeros y asegurar que los hospitales y las clínicas puedan funcionar".