REFORMA TRIBUTARIA
¿Incumplirá Duque su promesa de no subir impuestos?
Con la propuesta del ministro de Hacienda de revisar las cargas impositivas de empresas y personas naturales, arrancó ya el debate de la reforma tributaria. ¿Quién perderá con la reforma: los ricos o la clase media?
Durante su primera intervención ante los empresarios, el nuevo ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, les ratificó la decisión de la administración Duque de impulsar una reducción de los impuestos a las empresas, con el fin de aumentar la competitividad, el empleo formal e impulsar el emprendimiento y la reactivación de la economía. Algo que despertó todo el entusiasmo y los aplausos del público asistente a la Asamblea de la Andi.
Sin embargo, para lograr este propósito explicó que el país debe moverse hacia un sistema tributario más acorde con el contexto internacional en el cual la clase media, que ha tenido un crecimiento indiscutible en los últimos años, debe ser parte de la solución. “En Estados Unidos, el impuesto de renta es aportado en un 85 por ciento por las personas naturales y en un 15 por ciento por las empresas, mientras que en Colombia pasa lo contrario”, explicó Carrasquilla. Algo que también despertó la ira de las redes sociales y el “entusiasmo” de la oposición.
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De inmediato, los contradictores tomaron este anuncio como la muestra de una primera promesa incumplida de Duque y como una señal de que en la próxima reforma los grandes damnificados serán los colombianos de a pie. Recordaron que hace solo 3 meses, el 15 de mayo de 2018 durante el debate presidencial Encuentro con el Pacífico, el entonces candidato a la Presidencia Iván Duque se comprometió con el país a que el sí bajaría impuestos.
“Lo que Colombia necesita ahora es una reforma a la administración pública, una reforma del gasto que elimine gastos innecesarios, enfrentar la corrupción y la evasión, generar los ahorros que nos permitan también inclusive bajar el IVA… ¡Tomemos decisiones! Pero dejar una reforma tributaria que acabó empobreciendo al pueblo colombiano con un IVA del 19 por ciento, uno de los más altos de América Latina, incentivando el contrabando y afectando al comercio, es claramente negativo. Sergio (Fajardo) ha dicho públicamente que él no va a bajar impuestos. Yo sí quiero hacer la reforma fiscal que nos permita bajar impuestos, para que esta economía se recupere”.
No obstante, una de las primeras medidas que estaría evaluando el nuevo gobierno sería ampliar la base de cotizantes a personas que tengan salarios de más de 1,9 millones de pesos (el ingreso promedio de un colombiano). Actualmente, lo hacen las personas con ingresos mensuales superiores a 3,5 millones de pesos. Con esto, el número de personas obligadas a declarar renta pasaría de 2,6 a más de 4,5 millones de personas.
Para muchos opositores con esto se repite la historia de la administración de Santos quien “firmó en mármol que no iba a subir los impuestos” y realizó una fuerte reforma tributaria en 2016. Una reforma que para estos no solo subió el IVA al 19 por ciento, lo cual afectó el crecimiento del consumo y de la economía, sino cuyas consecuencias en materia de impuesto a la renta los colombianos apenas están comenzando a sentir durante esta temporada de impuestos.
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“Prometer para ser elegido, y una vez elegido olvidar lo prometido”, afirmó el senador del Polo Democrático, Jorge Robledo y recordó además que uno de los eslogans con que el candidato del uribismo se hizo elegir fue “Menos impuestos, más salario mínimo: Para un país más solidario”.
El ministro de Hacienda ha explicado que lo que buscan es que la gente que más tiene contribuya y pague impuestos acorde a sus capacidades. Para tener un sistema tributario más equitativo y progresivo habló de la necesidad de identificar a los ricos para que puedan pagar más impuestos mediante un “Sisbén para los ricos”. “Así como tenemos Sisbén para pobres, deberíamos tener uno para ricos; es decir, identificar pobres y ricos, y hacer la redistribución de verdad en el sistema impositivo”, explicó.
Para esto, explicó que hay que fortalecer la Dian para controlar la evasión y la elusión. Además, afirmó que revisarían los billonarios recursos que Colombia gasta en subsidios y que hoy están mal asignados, sobre todo en materia pensional, pero también en los subsidios de vivienda, educación, servicios públicos y salud, entre otros. Todas estas tareas harían parte de un Plan de Reactivación Económica que el Gobierno estaría próximo a presentar.
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Sin embargo, no explicó si su propuesta de reforma tributaria incluirá temas como gravar más los dividendos o si pondrá un impuesto a las pensiones altas, en busca de esa mayor equidad del sistema tributario. Temas que sin duda generarán un gran debate. El impuesto a los dividendos es para muchos una doble tributación mientras que gravar las pensiones es castigar el ahorro. Para otros, está es la forma de introducirle una mayor progresividad al sistema tributario en Colombia y gravar a los que más tienen o hayan obtenido pensiones excesivas a costa del estado.
“La exención de los dividendos del impuesto de renta es uno de los factores que incide en la baja participación de los impuestos a personas naturales vis-a-vis las personas jurídicas y se constituye en una de las razones para la poca progresividad del impuesto de renta en Colombia”, advierte la Comisión de Expertos para la Equidad y Competitividad Tributaria, que propone gravar los dividendos en cabeza de las personas naturales, sociedades cerradas y extranjeras, teniendo en cuenta la tributación de los mismos en cabeza de la sociedad en donde se originan, lo cual reduce el problema de doble tributación.
En fin, es claro que el debate tributario hasta ahora comienza a calentar motores y que será intenso. Será necesario conocer la propuesta del Gobierno de manera integral para poder examinarla y determinar si el peso del ajuste recaerá en los más ricos o en la clase media.
Para los expertos, hay un consenso en que el verdadero problema en Colombia es que la tributación sigue concentrada en unos pocos, lo cual genera una gran paradoja: A pesar de altas tasas que ahogan a las empresas y las personas, el recaudo para la nación es bajo.
En el país solo alrededor de 2,5 millones de personas naturales y alrededor de 400.000 empresas son contribuyentes del impuesto de renta. Y, según datos de la Andi, dos terceras partes del impuesto de renta recaen en alrededor de las 3.500 empresas más grandes del país. El resto de empresas y las personas naturales tributan alrededor del 18 y 15 por ciento del impuesto de renta, respectivamente. Según el Marco Fiscal de Mediano Plano, se espera que el recaudo del impuesto de la renta en 2019 alcance los 66,6 billones de pesos.
Se requerirá un acuerdo político de muy alto nivel para balancear adecuadamente las cargas y lograr el doble propósito de aumentar la competitividad de las empresas a la vez que se genera una mayor equidad y una verdadera redistribución de los ingresos. Se vienen más impuestos para muchos colombianos, lo cual será difícil de explicar y será un “papayaso” para la oposición si todo esto no va acompañado de una racionalización del gasto, mejor orientación de los subsidios, control de la evasión y una verdadera lucha contra la corrupción.