Manuel Peluquería tenía tres establecimientos, dos en Bogotá y uno en Zipaquirá.
Manuel Peluquería tenía tres establecimientos, dos en Bogotá y uno en Zipaquirá. | Foto: Claudia Rodríguez, Manuel Peluquería

ECONOMÍA

“La informalidad nos mató”, Manuel Peluquería

Esta peluquería con más de 20 años de operación en Bogotá cerró definitivamente el pasado 30 de julio por cuenta de la pandemia.

3 de octubre de 2020

Claudia Rodríguez nació y creció entre peluqueros. Es hija de Manuel Rodríguez quien junto a su hermano Vidal iniciaron hace 60 años el camino a construir uno de los grupos más grandes de peluquerías en el país: Grupo Vidal.

Este conglomerado agrupaba unas 28 marcas de peluquerías famosas en Bogotá y otras partes del país, entre ellas Winners, Team Hair, Martín Vidal, Clase Peluquería y Manuel Peluquería.

Esta última la dirigía Rodríguez desde hace más de 20 años. Contaba con tres locales, dos en Bogotá y uno en Zipaquirá que generaban 9 empleos directos y unos 50 indirectos. En su época dorada alcanzaban a facturar en un día hasta 8 millones de pesos y atender un promedio de 70 clientes en cada uno.

Pero desde el 2019 la marca venía pasando por un momento difícil a causa de las manifestaciones sociales que marcaron el final del año pasado. Rodríguez asegura que diciembre y noviembre no fueron la temporada de otros años, cuando sus ingresos subían entre un 30 y un 40 por ciento.

Claudia Rodríguez afirma que las restricciones de la Alcaldía de Bogotá fueron factores que llevaron a Manuel Peluquería a la quiebra.
Claudia Rodríguez, gerente administrativa de Manuel Peluquería. | Foto: Cortesía Manuel Peluquería

El 2020 estaba destinado a recuperar lo perdido pero llegó el coronavirus y, como ella lo menciona, arrasó con su vida. “Tuvimos tres meses donde no pudimos trabajar, donde tuvimos que mantener los locales cerrados y las ventas se nos fueron al piso”, dijo.

Para ella lo más difícil en esta situación fue seguir cumpliendo con obligaciones como el pago de arriendos, impuestos, proveedores y la nómina con ventas prácticamente nulas.

Inició una lucha como representante de las peluquerías en Fenalco Bogotá para que este sector pudiera abrir lo más pronto posible, pues todo parecía indicar que sería de los últimos en hacerlo por el nivel de contacto con las personas.

Lo lograron y eran optimistas con la recuperación. Adaptaron los establecimientos con todas las medidas de bioseguridad exigidas por el Gobierno y la Administración Distrital para volver a operar. Llamaron a sus estilistas, manicuristas y demás empleados para retomar actividades.

Pero el remedio resultó ser peor que la enfermedad. Los costos fijos seguían siendo los mismos y tenían que cumplir con ellos aún cuando las ventas llegaban al 10% de las que venían acostumbrados a realizar. A esto se unió la deserción de los trabajadores que vieron en los domicilios una mejor alternativa para generar ingresos en medio de la emergencia.

Manuel Peluquería tenía tres establecimientos, dos en Bogotá y uno en Zipaquirá.
Manuel Peluquería tenía tres establecimientos, dos en Bogotá y uno en Zipaquirá. | Foto: Claudia Rodríguez, Manuel Peluquería

“La informalidad nos mató. Nuestros equipos vieron que con los servicios a domicilios había más rentabilidades y dejaron de ir a los salones. Y con los mensajes de propagación del virus, estigmatizaron los locales a tal punto que los clientes tienen miedo de volver a las peluquerías y prefieren solicitar los servicios a domicilio sin pensar que es más riesgoso recibir a una persona en su hogar que asistir a un lugar que cumple con todas las medidas de bioseguridad”, dijo Rodríguez.

También resaltó que las restricciones como el pico y cédula, y otras normas establecidas por la Administración Distrital que asegura van en contra de la realidad del comercio y el sector empresarial, fueron factores que llevaron a su empresa a quebrar y que tiene a muchas otras peluquerías en el limbo.

El 30 de julio Rodríguez entregó el último establecimiento de Manuel Peluquería, cerrando así más de 60 años de tradición familiar y 20 dedicados a un oficio que en los peores momentos le dio un soporte económico a su familia.

Dice que lo que más le dolió de ese momento fue retirar toda la señalización, dispensadores y demás implementos para cumplir con los protocolos de bioseguridad y volver a operar.

Todos los equipos de esta tradicional peluquería se encuentran guardados en bodegas y no se sabe qué pasará con ellos. Los empleados quedaron sin una fuente de ingresos fija y Rodríguez quedó con varias deudas correspondientes a arriendos, créditos financieros y responsabilidades con proveedores.

Manuel Peluquería generaba 9 empleos directos y más de 50 indirectos.
Manuel Peluquería generaba 9 empleos directos y más de 50 indirectos. | Foto: Claudia Rodríguez, Manuel Peluquería

“La incertidumbre es tan grande que no sabemos y no puedo decir si en enero abriré nuevamente las puertas de mi peluquería. Se me fueron 20 años de vida dedicada al arte y a construir una familia que hoy se disolvió”, concluyó.