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La leve recuperación de la economía colombiana ha sido impulsada por el gasto público y ahora viene el apretón. ¿Qué pasará?
En mayo, el PIB creció 2,4 por ciento, resultado aún débil, pero daría para cumplir el pronóstico oficial del año, de 1,7. Agro y sector público, los impulsores. Expectativa por el efecto del recorte presupuestal.
Sin duda, resulta positivo que la economía colombiana haya crecido a un ritmo de 2,4 por ciento en mayo, según el ISE del Dane, aunque se trate de una recuperación leve, como la catalogó el exministro de Hacienda y rector de la Universidad EIA, José Manuel Restrepo, para quien es urgente acelerar el plan de reactivación.
El resultado de la actividad económica superó la expectativa de los analistas de mercado, que le apuntaban a una cifra por debajo del 2 por ciento. Pero, en ese sentido, no hay que perder de vista que el comparativo con el mismo mes del año anterior es un dato negativo, de 0,14 por ciento, momento en el que se temía una recesión al final de 2023. En consecuencia, se configuraría ahora lo que los economistas llaman efecto rebote, cuando se está en el fondo y no hay más alternativa que salir a la superficie.
En el quinto mes de 2024, las que más repuntaron fueron las actividades primarias, en las que está la agricultura, que tuvieron una variación de 4,6 por ciento. Mientras tanto, la industria y la construcción, que habían tenido un poco de oxígeno en abril, volvieron a caer, con un resultado de -2,9 por ciento. Y el sector de los servicios, que en el ISE se miden como actividades terciarias, se expandieron 3,1 por ciento, apuntalados por la demanda para las celebraciones del mes, como el Día de la Madre.
En particular, los resultados de la industria y la construcción requieren estar en la mira de la reactivación, pues “ya completan 14 meses en rojo, y estos sectores son claves en la generación de empleo”, advierte Restrepo.
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‘Impulso puesto por el gasto público podría no sostenerse’
El hecho de que el crecimiento económico en mayo haya estado soportado en la agricultura y el sector público no deja de generar expectativa, pues el Gobierno está en plan de austeridad para enfrentar la reducción del recaudo tributario. “El impulso puesto por el sector público podría no sostenerse por el recorte de gasto establecido (de 20 billones de pesos)”, asegura Camilo Pérez, líder de investigaciones económicas del Banco de Bogotá.
Por su parte, la presidenta de AmCham (Cámara de Comercio Colombo Americana), María Claudia Lacouture, sugiere mejorar la ejecución del presupuesto de inversión, que, a la larga, es el gasto productivo del Estado.
“Actualmente, es solo del 22 por ciento comparado con el promedio de 27,4 por ciento de los últimos cinco años, y es esencial para la reactivación, la cual debe tener claridad en la financiación”, señaló Lacouture.
En el acumulado del año, la economía no avanza ni 2 por ciento (1,9 entre enero y mayo). No obstante, según Camilo Pérez, sí daría para que se logre la proyección de crecimiento del Gobierno de 1,7 por ciento para 2024.
Sin embargo, no faltan las nubes negras sobre las posibilidades de expansión de la economía, como el escándalo que rodea al ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, cuya renuncia ha sido solicitada por algunos congresistas. Esta situación es vista como problemática. “Sería malo si lo cambian y malo si no lo cambian”, afirmó una fuente.
Lo cierto es que el crecimiento económico es la condición necesaria para superar la pobreza. De ese indicador, el Dane presentó los resultados de 2023 y la pobreza monetaria se ubicó en 33 por ciento frente al 36,6 por ciento de 2022.
La política de subsidios ha contribuido a esas cifras, pero la única manera de asegurar que los colombianos permanezcan fuera de la línea de pobreza de manera sostenible es mediante una inversión robusta que impulse el crecimiento económico.