ENTREVISTA
La película de horror que vivió el cine en el 2020
La pandemia golpeó a la industria del cine con dureza. Munir Falah, presidente de Cine Colombia, dice que el balance del sector es catastrófico y pide ayudas al Gobierno para paliar la crisis.
El cine en Colombia retrocedió casi dos décadas por cuenta de la crisis sanitaria. Los teatros cerraron a mediados de marzo de 2020 y desde esa fecha hasta el 31 de diciembre apenas 809.000 espectadores entraron a ver películas. Nada que ver con el boom de asistencia que se venía registrando año tras año. Por ejemplo, en ese mismo periodo de 2019, las salas colombianas se habían atiborrado con 59,8 millones de asistentes. Todo un récord histórico. Ese contraste es la imagen perfecta de la catástrofe del séptimo arte no solo en Colombia, sino en el mundo entero: durante 2019, los cines del planeta registraron una taquilla de 42.500 millones de dólares. En 2020 apenas llegaron a 12.400 millones de dólares.
Además de que los ingresos se cayeron, el taxímetro de los costos fijos seguía marcando, y eso agudizó el problema de estas compañías. Por eso, como en el caso de Cine Colombia, es mejor no reabrir todavía. Casi un año después de que la principal cadena de cines del país cerrara su operación, Munir Falah, presidente y CEO de la firma, habló con Dinero sobre la crisis: toda una película de terror.
DINERO: ¿La llegada de la vacuna da la esperanza de que puedan reabrir pronto y de manera sostenible?
MUNIR FALAH: Indiscutiblemente, es un tema esperanzador. Pero hay que esperar un poco, hasta que haya un número importante de vacunados y que se pueda considerar que llegamos a la inmunidad de rebaño. Luego viene un proceso bastante complejo, que es el de crear el hábito para la asistencia, porque después de un año sin que las personas asistan al cine, debemos ganarnos la confianza del público de nuevo con los altos estándares de bioseguridad que tenemos.
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DINERO: ¿Qué opciones hay para que Cine Colombia reabra?
M.F.: Hay dos temas muy importantes para garantizar la reapertura. Primero, la decisión de los estudios de Hollywood. Ellos han venido retirando sus productos de la sala de cine, y los están postergando para el año entrante o lanzando en sus propias plataformas. Ese será un tema prioritario: si los estudios quieren volver a estrenar sus películas en salas de cine.El segundo punto es el aforo. Hoy tenemos un aforo bastante complicado, porque es 28 a 30 por ciento de la capacidad de una sala, y eso es bien complejo para que sea atractivo, desde el punto de vista económico, por todos los gastos fijos que tiene la operación de cine.
DINERO: ¿Qué le pedirían al Gobierno?
M.F.: Primero, que más adelante se pudiera llegar a un 50 por ciento del aforo, obviamente con todos los protocolos de bioseguridad. El cine tiene dos ventajas frente a otros espacios que reúnen a un número importante de personas: en primer lugar, que los asistentes están todo el tiempo en la sala con tapabocas y, segundo, que siempre están mirando al frente, a la pantalla. Ya se comprobó con estudios que no hay un solo caso de contagio en una sala de cine en Latinoamérica o Estados Unidos, donde ya reabrieron muchos cines.
El segundo punto es que el Gobierno considerara una suma para cada uno de los exhibidores del país, teniendo en cuenta que la situación del sector es realmente caótica y es un tema importante para el público colombiano en muchos sentidos. No es solo el aspecto económico: el cine tiene otras implicaciones como salud, paz y tranquilidad. El hecho de que el público colombiano pueda asistir al cine es muy positivo. Pero yo no hablo de deuda, porque estamos reventados con la deuda. Todos sin excepción estamos reventados de deuda. Inclusive, uno de los circuitos de cine, desde el año pasado, ya se encuentra en reorganización empresarial.
DINERO: ¿Cómo estuvo 2020 en términos económicos?
M.F.: La taquilla de Estados Unidos en 2019 fue de 11.400 millones de dólares. El año 2020 fue de 2.000 millones, y eso que no hemos descontado que los primeros dos meses y medio se operó normalmente. La industria nacional en 2019 logró atender 73,1 millones de espectadores, y en el año 2020 se atendieron 12,6 millones. Repito: eso tiene en cuenta los primeros dos meses y medio de 2020. Al deflactar la cifra sin esos meses de comienzo de año, el panorama es más crítico. Nosotros cerramos el 14 de marzo. De esa fecha al 31 de diciembre de 2019 se atendieron 59,8 millones de espectadores. Y en ese mismo periodo del año 2020 tuvimos 809.000 espectadores. Eso sí es muy diciente.
DINERO: ¿Y la taquilla?
M.F.: En ese mismo periodo del 15 de marzo al 31 de diciembre de 2019 la industria colombiana facturó 537.000 millones de pesos. En ese mismo momento de 2020 facturó 9.300 millones de pesos. Eso pone en contexto la complejidad y lo difícil que ha sido para el sector esta pandemia.
DINERO: ¡Es un impacto catastrófico!
M.F.: Sí, fue catastrófico, porque se trata de manejar una empresa con cero ingresos y con unos gastos fijos bastante altos mensualmente. El 2019 fue el año récord para Cine Colombia, con una utilidad neta de 76.130 millones de pesos. En 2020 podemos decir que prácticamente perdimos dos años como 2019.
DINERO: ¿Qué hicieron para enfrentar este tsunami?
M.F.: Para enfrentar esto, pasamos a manejar la empresa desde el punto de vista estrictamente de caja. Ya el PyG, el balance y todo lo demás se volvió secundario. Nuestro enfoque diario –con un comité de caja todos los días– es que no se aprobaba ni un solo peso en la organización sin que pasara por todo un proceso con los vicepresidentes, y luego se diera el aval definitivo mío. Todo era caja. Lo demás se volvió secundario.
DINERO: ¿Cuántos años retrocedió la industria con
este choque?
M.F.: Me atrevo a decir que 12 millones de espectadores era una taquilla que no se veía desde los noventa, porque en el año 90 solo Cine Colombia estaba en el orden de los 10 millones de espectadores.
DINERO: Una de las decisiones dolorosas fue suspender proyectos de inversión como El Edén, el centro comercial en Bogotá. ¿Qué pasó?
M.F.: Esa fue una inversión de 38.000 millones de pesos. Desde diciembre de 2019 se abrió al público y, cuando se vino la pandemia, cerramos la operación desde el 14 de marzo. Tratamos de llegar a un acuerdo con el desarrollador para un canon de arrendamiento aceptable, dadas las circunstancias. Ese fue un proceso de negociación bastante largo.
Desafortunadamente, no nos pudimos poner de acuerdo porque los promotores no entendieron la complejidad del tema, no solamente para el país, sino para los comerciantes y para la industria cinematográfica. El problema no era de tres o cuatro meses –como ellos querían verlo–, sino de largo plazo. Y cuando se reinicie la operación de cine, el problema continuará por muchos años, porque hay muchos cambios estructurales del negocio en razón a la pandemia. Por eso, nos acogimos al Decreto 797 de junio de 2020, que permitía que un arrendador diera por terminado el contrato y, efectivamente, nosotros lo hicimos al corte de 31 de julio de 2020.
DINERO: Usted ha hecho una apuesta dura por el cine colombiano. ¿Cómo le fue a la industria local?
M.F.: El diagnóstico no es bueno. Los cineastas colombianos estaban produciendo unos 50 títulos al año. En 2020 pasaron prácticamente a cero. Ninguna de las películas se pudo estrenar. Este año, lo más seguro es que va a ser muy similar. Va a haber una demora significativa, porque los recursos son mucho más limitados, y recuerde que gran parte de la plata que recibían provenía del Fondo de Desarrollo Cinematográfico, que es Proimágenes. Eso viene de la taquilla, y si no hay taquilla, no hay recursos para repartir.
DINERO: ¿Cuál es la estrategia para este 2021?
M.F.: Por ahora continuamos manejando la compañía con guante de seda y mirando exclusivamente la caja. Hemos tratado de proteger a nuestra planta laboral lo que más podamos. A pesar de que 90 por ciento está en casa, sin asignaciones laborales, algo les estamos reconociendo de sueldo, y los tenemos todos allí listos para cuando reabramos. Estamos monitoreando la apertura. Nuestros competidores reabrieron el 26 de noviembre, y desde entonces y hasta la fecha están ingresando unos 15.000 espectadores promedio día. El número de espectadores por pantalla día en 2019 era en promedio 165, y hoy estamos en 32. ¿Eso qué quiere decir? Que a cada función entran diez personas en promedio.