Economía
La posible compra de Tigo y Telefónica por parte de Millicom revolcará el mercado de las telecomunicaciones. ¿Qué esperar?
El anuncio de Millicom sobre ir por Telefónica en Colombia y por la parte de Tigo UNE que pertenece a EPM sacudió a este sector en el país. Implicaciones de esta millonaria movida.
A finales del año pasado, la historia de Millicom en el país pasaba por un momento de tensión. En ese periodo la empresa tenía un pulso con la administración de Medellín, en cabeza de Daniel Quintero. ¿La razón? Esta compañía es la socia de EPM en Tigo UNE y era necesaria una capitalización para asegurar el futuro del operador.
Sin embargo, las diferencias fueron muy fuertes, a tal punto que Quintero alcanzó a hablar de una toma hostil por parte de Millicom a Tigo UNE. La situación, aunque se superó, dejó abierta la posibilidad de una venta de EPM, porque en los acuerdos entre los socios cambiaron los tiempos para solicitar la autorización de enajenación al Concejo de Medellín.
Hoy, ocho meses después, Millicom vuelve al mercado, pero esta vez, como se dice coloquialmente, pateando el tablero. En la madrugada del 31 de julio en Colombia, un comunicado sacudió el sector de telecomunicaciones en el país: Millicom anunció una oferta por Telefónica Colombia y por la mitad que le falta de Tigo UNE. Las operaciones ascenderían a 1.000 millones de dólares.
Con Telefónica firmó un memorando de entendimiento para la posible fusión de Telefónica Colombia (Coltel) y Tigo UNE. Y, además, se quedaría con el 50 por ciento de la participación que tiene EPM en Tigo UNE, empresa en la que Millicom tiene la otra mitad.
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“Las conversaciones incluyen la posible adquisición por parte de Millicom de la participación de Telefónica en Coltel por aproximadamente 400 millones de dólares en efectivo”, dijo Millicom.
La operación tiene una característica: tanto en Telefónica Colombia como en Tigo UNE hay participación del sector público. En la primera, la nación tiene un poco más del 32 por ciento; y en la segunda, el socio de Millicom es EPM.
En ese sentido, Millicom también ofrecerá la compra de las participaciones de la nación y otras minoritarias en Coltel al mismo precio por acción ofrecido a Telefónica. Frente a la participación de EPM en Tigo UNE, lo hará a un múltiplo de valoración comparable al que implica la adquisición de Coltel.
La inversión requerida en esta operación se haría con “efectivo y deuda asumida con un flujo de caja libre de capital proyectado durante los próximos 18 meses, en consonancia con el plan a largo plazo de la compañía”, informaron desde la multinacional.
De acuerdo con Millicom, la entidad combinada propuesta “rejuvenecería el sector de telecomunicaciones de Colombia al formar una entidad sólida con la escala y la capacidad financiera necesarias para respaldar las importantes inversiones en redes y espectro requeridas para lograr los ambiciosos objetivos de inclusión digital en el país”.
Además, aseguró que Colombia obtendrá un segundo operador de gran escala y financieramente viable en un momento crucial que impulsaría la digitalización, garantizaría un acceso más amplio a los servicios digitales modernos y avanzaría en el despliegue de tecnologías de fibra y 5G en todo el país.
La operación va en línea con una tendencia global en el sector: la consolidación de operaciones, como la de la fusión de los operadores españoles Orange y MásMóvil, o la de Vodafone, que le vendió su operación en Italia a Swisscom por 8.700 millones de dólares para lograr mayor escala, más eficiencias y alcanzar mejores rentabilidades.
De hecho, esa búsqueda de eficiencias llevó, por ejemplo, a que Tigo UNE y Telefónica Colombia unieran esfuerzos para desarrollar el espectro de 5G y compartir infraestructura, que, al parecer, fue la cuota inicial de la posible fusión.
Sin embargo, hay un capítulo oculto en esta historia. Según conoció SEMANA, también hubo sobre la mesa una propuesta de interés de Telefónica Colombia por la operación de Tigo UNE. De acuerdo con una fuente cercana al proceso, en estas relaciones de intercambio se establecen los valores de las compañías, y la oferta de Millicom le hizo sentido a Telefónica.
Además, Millicom se encuentra en una situación alrededor de sus accionistas. El millonario Xavier Niel, que tiene el 30 por ciento de participación de la empresa, avanza en una oferta pública de adquisición (opa) para alcanzar la totalidad de la propiedad. Pero, como aclara un analista, este interés está alineado con la “Millicom actual, es decir, no depende del éxito o no de la opa”. Sin embargo, esto ha dinamizado a Millicom como operador, lo que explicaría por qué puso más plata sobre la mesa que Telefónica.
El panorama
El anuncio de Millicom llega en un momento crítico para esta industria, en un negocio con una competencia agresiva que, en muchos casos, está dejando la piel en la cerca de varias empresas.
Es lo que está pasando en Colombia. La llegada de WOM agitó el mercado y generó una profunda guerra de precios, que algunos calificaron como una canibalización, y que llevó al sector a convertirse en el único deflacionario en el país, cuando la inflación tocaba techos históricos.
Además, las altas tasas de interés afectaron la financiación no solo de las empresas, sino también de los usuarios, y la volatilidad del dólar, divisa con la que se adquieren la mayoría de equipos y transmisores en los mercados internacionales, también golpeó los números.
Como comenta el directivo de una compañía del sector, “hay una demanda contenida”. Las tasas altas incrementaron las cuotas, que han llevado a muchos consumidores a aplazar el cambio de celular, que, además, iba amarrado a un plan de las empresas. “La financiación de consumo se fue al piso y eso nos pega a nosotros también. Si la gente no consume, no compra celulares, que van con planes, y prefieren no meterse en una deuda. Con esas restricciones, se empiezan a dar migraciones de pospago a prepago”, agrega.
El mejor ejemplo de este impacto lo reflejan los resultados del año anterior, que dejan en evidencia la fragilidad financiera de varias de las empresas. Según cifras de las 1.000 empresas más grandes del país, que publica SEMANA, al analizarse los datos de las compañías que más pérdidas tuvieron en 2023, el listado lo encabezan tres que pertenecen al sector de telecomunicaciones: UNE EPM, con pérdidas por 1,1 billones de pesos; WOM (Partners Telecom), con 874.902 millones, y Telefónica Movistar, con 689.666 millones. Los ingresos de las firmas de este sector que están en el ranking de las 1.000 empresas más grandes no crecieron en 2023; sin embargo, las utilidades tuvieron una variación negativa de 24 por ciento.
WOM solicitó acogerse a un proceso de reorganización ante la Superintendencia de Sociedades por sus dificultades financieras, que han llevado incluso a protestas de proveedores y empleados. La preocupación es que, tras la subasta de 5G, esta empresa incumpla los compromisos como, según información de prensa, sucedió en Chile, pues renunció a algunas de las bandas del espectro.
A su vez, Federico Gutiérrez, alcalde de Medellín, inició el proceso de enajenación de las acciones que EPM tiene en Tigo UNE, en el Concejo de la ciudad. Esta semana EPM socializó con los concejales los detalles del proyecto.
La operación trae dos retos mayúsculos. El primero, que podría convertirse en una puerta de salida de la presencia del sector público en este sector, muy incierto y riesgoso. Y para el Gobierno sería una opción muy atractiva en materia de nuevos recursos frente a la caída del recaudo. Sin embargo, está por verse la posición de autoridades como la Contraloría alrededor de la valoración y si se podría dar un detrimento patrimonial.
Y, el segundo, que el mercado trae una controversia regulatoria permanente por la posición de dominio de Claro y las decisiones de la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC). Ahora, con dos jugadores muy poderosos, la protección del consumidor será clave no solo en temas tarifarios, sino también de datos.
Como advirtió Millicom en su comunicado, esta compra sigue sujeta a la negociación y firma de acuerdos definitivos con todas las partes involucradas, incluidas Telefónica, la nación y EPM, “así como a la recepción de las aprobaciones regulatorias y antimonopolio y al cumplimiento de otras condiciones de cierre. No hay certeza de que la transacción finalmente se consumará”. Apenas arranca el proceso.