JUBILACIÓN
Estos son los trabajadores a los que no les va bien con la reforma pensional del Gobierno Petro. Así bajarán las mesadas
La reforma pensional no solo hará un revolcón en el sistema, sino que bajará el valor de las mesadas. Los fondos de pensiones se alistan para su propia transición, negociando con el Gobierno. Viene un duro pulso político.
Por lo aprobado hasta ahora en la reforma pensional es un hecho que el país pasaría de dos sistemas que compiten entre sí (prima media y ahorro individual) a uno en el que se complementan, pero la forma de esa complementariedad es una de las grandes trabas de esa iniciativa. La idea es limitar los subsidios estatales que se dan a los pensionados, que hoy cubren mesadas hasta los 25 salarios mínimos y que funcionan de forma inequitativa, pues les dan más dinero a quienes tienen ingresos más altos.
Para concretar ese objetivo se busca que todos los cotizantes se pasen a Colpensiones y que reciban el mismo subsidio del Estado, aunque aquellos con ingresos superiores a ese subsidio deberían cotizar el valor adicional en los fondos privados de pensiones. El lío ha estado en definir el monto máximo de esa ayuda estatal.
Inicialmente, durante su campaña, el presidente Gustavo Petro propuso que fuera de cuatro salarios mínimos y que aquellos con ingresos superiores debían cotizar el excedente en los fondos privados, pero eso generó bastante malestar porque implicaba la salida casi completa de los afiliados a los fondos de pensiones (el 96 % devengan menos de cuatro salarios mínimos), así como un elevadísimo costo fiscal.
Cuando la reforma fue radicada en el Congreso e inició su proceso legislativo, se bajó ese umbral a tres salarios mínimos, pero para lograr los consensos requeridos en el Senado, el umbral volvió a descender a 2,3 salarios mínimos.
Así fue aprobado en la Cámara Alta. Sin embargo, un día después el mismo presidente anunció que quiere volver a subir ese umbral a cuatro mínimos. Si la Cámara de Representantes apoya al mandatario, la decisión final estaría en la conciliación que se haga de los textos aprobados en Senado y Cámara.
Mientras los centros de pensamiento, los fondos de pensiones privados (AFP) y la oposición insisten en que el umbral se debe bajar más y ojalá dejarlo en un salario mínimo, para acortar el costo fiscal, expertos como Alejandra Sánchez, directora de la Maestría en Actuaría y Finanzas de la Universidad Nacional de Colombia, y uno de los cerebros detrás de la reforma, consideran que cuanto más se baje el umbral más se complicaría el nuevo sistema, porque no solo se reducen las mesadas (al bajar el subsidio), sino que habría menos capacidad de ahorro.
Su afirmación se basa en los cálculos que hace con sus estudiantes, dado que mediante un convenio que hicieron con el Ministerio del Trabajo, tienen la información pensional de los 25 millones de afiliados a los fondos y a Colpensiones.
Con esto tiene claro que, por ejemplo, hay 2.081.124 que se beneficiarían del régimen de transición. En cuanto al valor de las mesadas, explicó que teniendo en cuenta las tasas de interés actuales y los rendimientos históricos de las AFP, se podrían hacer simulaciones del cambio en el valor de la pensión.
Así, en el caso de una persona a la que le liquiden la mesada con siete salarios mínimos (hoy 9,1 millones de pesos), recibiría, con las condiciones actuales, 1,9 millones de pesos mensuales si se pensiona con el fondo privado y 4,9 millones si fuera con Colpensiones; pero con la reforma, si el umbral es de 2,3, como fue aprobado en el Senado, la pensión sería de 3,65 millones de pesos; si es un umbral de un salario mínimo, serían 3,48 millones, y si es de cuatro mínimos, sube a 4,47 millones de pesos. Esos cambios los sentirían solo a quienes les liquiden la pensión con más de dos salarios mínimos, quienes estén por debajo no tendrían modificaciones.
La profesora Sánchez insiste en que estas simulaciones son aproximaciones que solo se verán en unos 15 años, cuando se pensionen los primeros colombianos no cobijados en el régimen de transición. Pero la propuesta del presidente no fue la única controversia.
En lo aprobado se estableció una comisión del 0,7 % para las AFP, ya no sobre los aportes, sino sobre lo que se tiene ahorrado, que es el saldo que seguiría a cargo de los fondos hasta que llegue el momento de la pensión. Esto destapó una polémica por el papel de los fondos en el nuevo escenario, que habrían cedido a su oposición al proyecto. Los cálculos iniciales serían de 1,5 billones de pesos, de aplicarse el 0,7 %.
Lo aprobado
Tras surtir el segundo de los cuatro debates reglamentarios, la pensional salió del Senado con 95 artículos, dentro de los cuales aún hay muchos controversiales, además del tema del umbral. Estos son algunos de ellos:
Régimen de transición. Establece quiénes no podrán ser tocados por la reforma.
Se definió que sean los hombres con 900 semanas acumuladas y las mujeres con 750 semanas en el momento de entrada en vigencia de la ley, que está propuesto para julio de 2025. El costo de esa medida, en el proyecto original, era del 16 % del PIB proyectado hasta 2100, y ahora pasa a 28,3 % del PIB.
Traslado de regímenes. Se dan dos años desde la promulgación de la ley para que quienes tengan semanas para ser parte de la transición, pero que no se cambiaron a tiempo de régimen (el plazo máximo es a los 47 años mujeres y a los 52 hombres), lo puedan hacer automáticamente, sin tener que recurrir a demandas.
Menos requisitos para grupos étnicos. Un nuevo artículo agregado en la recta final del debate en plenaria del Senado también implica un impacto fiscal. Se trata de la baja en requisitos de edad y semanas para grupos étnicos, lo que supone presiones fiscales adicionales, pues el número de beneficiarios podría llegar a superar los 21 millones, sin contar con los que terminen pidiendo ser acogidos dentro de estos grupos étnicos sin pertenecer a ellos.
Beneficios a mujeres con hijos. La idea es reconocerles el trabajo del cuidado que realizan y que no es remunerado. Por tanto, podrán disminuir 50 semanas de cotización por cada hijo, hasta 850 semanas, y hasta por tres hijos.
Pensión anticipada. El espíritu de la reforma, según el Gobierno, es que nadie se quede por fuera de un aseguramiento para la vejez. Para eso se crean cuatro pilares, según el caso (solidario, semicontributivo, contributivo y voluntario). En ese contexto, los colombianos que quedan por fuera del régimen de transición y hayan cotizado 1.000 semanas podrán acceder a una pensión anticipada, que será de un salario mínimo, pero tendrán que seguir aportando hasta completar las 1.300 semanas. Es un beneficio para mujeres mayores de 62 años y hombres de más de 65.
El escenario para los jóvenes. Mucho se habla de que la reforma afecta a los jóvenes porque aportarán por años, pero cuando accedan a su derecho a pensión tendrían un retorno más bajo que quienes hasta ahora han tenido pensiones altamente subsidiadas con plata pública.
La ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez, dice que es un sistema de aseguramiento intergeneracional, que protege el ahorro pensional ya existente (unos 405 billones de pesos) y construye un nuevo ahorro colectivo público (en el Fondo de Ahorro del Pilar Contributivo) que será la garantía de pensión de los jóvenes de hoy.
El lío político
La propuesta de Gustavo Petro de subir de 2,3 a cuatro salarios mínimos la cotización del umbral de pensiones no cayó bien ni siquiera al interior de la Casa de Nariño. La idea cogió por sorpresa a más de uno, entre ellos al ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, y al director de Planeación, Alexander López.
Ambos lograron que el Partido Liberal y La U respaldaran la reforma en el Senado porque el Gobierno cedió y bajó la cotización. Ahora, con la propuesta original de Petro, las alarmas se encendieron, se promovió el discurso de engaño a los partidos y se enrareció el ambiente en la Cámara donde el proyecto amenaza con hundirse si no está aprobado por la plenaria el 20 de junio, cuando vence el período legislativo.
Este 27 y 28 de abril, en un retiro en Paipa, Boyacá, algunos ministros le medirán el pulso al presidente y aprovecharán para insistirle en que deje el umbral de cotización en 2,3 salarios mínimos. Si insiste en subirlo a cuatro, abrirá nuevas discusiones en la Cámara y retrasará el debate.
Fuentes del palacio presidencial confirmaron que es altamente probable que Petro ni siquiera haga oficial su nueva propuesta, pues ya había hablado de 2,5 salarios y se mantuvo en esa cifra. Una de las razones que llevaría a Petro a sostenerse en el umbral aprobado por el Senado es que si uno de los senadores del Partido Liberal se siente engañado y no vota la conciliación con la Cámara, puede hundir el proyecto.
Aunque el Gobierno tendría los votos garantizados para que la reforma pensional haga su tránsito en la Cámara, el escenario no es tan sencillo por el tiempo. Se espera que después del 8 de mayo la reforma llegue a la Comisión Séptima de la Cámara, donde tendría 15 de 21 votos. Congresistas del Partido Conservador, cuya casa política está en contra del proyecto, no votarían, pero ayudarían a hacer el cuórum.
En esa Comisión, la reforma pensional tendría como plazo máximo dos semanas. El Gobierno estima que, si nada extraordinario ocurre, podrían tener las mayorías en la plenaria de la Cámara, pero llegará a esa instancia a finales de mayo. Allí el escenario es complejo porque la oposición tiene listo un arsenal de impedimentos.
En los debates habrá una lluvia de proposiciones que retrasarán la discusión, además de tutelas y propuestas de socializar la reforma pensional en las regiones. El presidente de la Cámara, Andrés Calle, citará a sesiones de lunes a viernes para avanzar y favorecer el proyecto. Sin embargo, el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, tiene menos de 45 días para sacar la iniciativa adelante. ¿Lo logrará?
“Al cambiar el sistema, también hay transición para los fondos”
Juan David Correa, presidente de Protección, habla de lo que viene para su sector y explica el tema de las comisiones.
SEMANA: Con la reforma, ¿cuál será la labor de los fondos, si la mayoría de los afiliados van a estar solo en Colpensiones?
Juan David Correa (J. D. C.): Tendremos la responsabilidad de administrar los 400 billones de pesos que hasta ahora han ahorrado nuestros afiliados. Esa tarea implica que tendremos que seguir generando valor sobre esos recursos, que son resultado en 30 %, aproximadamente, del aporte de capital por parte de los cotizantes y los empleadores, y en 70 % de rendimientos. Además, tendremos que administrar todos aquellos recursos que superen el umbral que defina el Congreso.
SEMANA: Se habla de un mico que se habría metido en el proyecto de ley en el Senado, en el que les darían una comisión del 0,7 % por administrar esos 400 billones. ¿Eso de dónde salió?
J. D. C.: Creo que ahí hay una muy mala interpretación. Lo primero es que no es un mico. En el proyecto original se establecía la posibilidad de redefinir el modelo de ingreso a futuro para los fondos de pensiones, teniendo en cuenta que se reducen los aportes que administramos, aunque vamos a seguir a cargo de los recursos de los clientes en transición y de una parte del aporte de aquellos que coticen por encima del umbral que finalmente se defina. Esta sería la transición de los fondos privados y es natural que se dé en procesos de cambio en el sistema de pensiones.
SEMANA: ¿Pero no es un doble cobro teniendo en cuenta que por esos 400 billones ya se pagó una comisión?
J. D. C.: No, porque hay unas tareas de administración que continúan y hay un modelo de transición necesario.
SEMANA: La reforma crea un fondo de ahorro, que estaría a cargo del Banco de la República y que va a tener administradores profesionales. ¿Sería un nuevo negocio para los fondos?
J. D. C.: Claro, y lo digo con humildad, tras lograr acumular esos 400 billones de pesos que hoy están ahorrados. Ha sido una construcción de 30 años, haciendo rendir esos recursos mediante gestión de inversiones. Tenemos un know-how y una historia, que nos vuelven los primeros candidatos a ser los administradores de parte de ese fondo, y esas capacidades para ofrecerle al país.