Bolsa de Valores
Las acciones colombianas son hoy las únicas con pérdidas en América Latina. Acá le explicamos por qué
Las acciones colombianas, actualmente amenazadas con perder su estatus de emergentes para bajar a la categoría de frontera, son hoy las únicas en terreno negativo entre sus pares latinoamericanas.
En 2022 el mercado nacional de acciones completó tres años de caídas y se esperaba que en 2023 llegara el desquite, más si se tiene en cuenta que la Bolsa venía impulsada por varias OPA y que la tasa de cambio había empezado a recuperarse tras superar los 5.000 pesos por dólar.
Sin embargo, nueve meses después, las acciones colombianas no solo no se recuperaron, sino que se siguieron hundiendo y además en contravía de sus pares latinoamericanas. Mientras que las plazas bursátiles de Chile, México, Brasil y Perú se han valorizado este año entre 5,70 y 11,8 por ciento, la de Colombia, medida por el índice Colcap, cae 17,32 por ciento.
De las principales acciones de la bolsa colombiana, solo cuatro registran valorizaciones en lo corrido de 2023 (BVC, PEI, Nutresa y Cementos Argos), el resto tienen pérdidas. Y como si esto fuera poco, esta semana el banco estadounidense JP Morgan anunció que evalúa reclasificar a Colombia en sus índices de acciones globales del grupo de emergentes, en el que está ahora, al de mercados de frontera. El problema es que el primero maneja muchos más inversionistas y recursos que el segundo, en el que estar implicaría ‘perder caché’ y oportunidades de inversión.
Daniel Guardiola, director de Equity Research de BTG Pactual, explica que en los mercados emergentes hay fondos que manejan entre 1,5 y 2 billones de dólares, eso es más o menos entre seis y siete veces el PIB de Colombia, mientras que en los mercados de frontera los fondos más grandes manejan máximo 600 millones de dólares. “Es decir, es otra liga”, enfatiza.
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Agrega que ese cambio no sería inmediato, pues es un proceso que se anuncia con un año de anterioridad e incluso espera que acá se repita la situación que se presentó en Perú en 2016, cuando ante la misma amenaza de reclasificación, el jefe de Estado del momento, su superintendente financiero, el presidente de la bolsa y los emisores realizaron una cruzada para que no los sacaran.
Germán Cristancho, gerente de Investigaciones de Davivienda Corredores, coincide en que la reclasificación del mercado colombiano no es un hecho, pero sí un riesgo probable y latente, más si se tiene en cuenta que en la Bolsa nacional se negocian al día menos de 20 millones de dólares, un monto muy bajo para estándares internacionales. No obstante, cree que, de darse ese cambio, también podría haber una oportunidad, porque se entraría a un mercado con nuevos inversionistas y a competir con países como Vietnam o Egipto, que tienen peores cifras macroeconómicas que Colombia. Con todo, advierte que esto traería más volatilidad a los activos nacionales.
Ómar Suárez, gerente de renta variable de Casa de Bolsa, considera que, a diferencia del dólar, que ha corregido y hoy bordea los 4.000 pesos, y de las tasas de interés de la deuda pública, que han venido bajando, las acciones este año no se han podido recuperar, pese a que están baratas y deberían atraer a los inversionistas. Atribuye el mal desempeño de este año a factores como la reforma pensional, que aun sin concretarse ha reducido la participación de los fondos de pensiones en compra y venta de acciones. Igualmente, el sector mineroenergético ha estado impactado por la incertidumbre de las nuevas políticas del Gobierno, alterando a una de las acciones insignias de la bolsa nacional, que es Ecopetrol. También hay incertidumbre en la política de vivienda, lo que perturba a las cementeras, y dudas sobre una reforma a los servicios públicos, que trastorna a las firmas de ese sector. Un panorama con pocas valorizaciones a la vista.