ECONOMÍA
Las acciones van en caída libre
Los últimos días han sido de pánico en el mercado local.
El panorama no podría ser más asustador en el mercado local. En los últimos días se han vivido jornadas de grandes caídas en los principales activos financieros, lo que ha provocado cuantiosas pérdidas en los portafolios de inversión.
En la Bolsa de Valores de Colombia (BVC) las principales acciones han descendido, en una especie de efecto dominó. No solo se han afectado las petroleras. También los títulos de las grandes compañías locales –banca, comercio, cemento, alimentos, servicios-. El Colcap, índice de capitalización bursátil, cayó 7 por ciento en las últimas dos semanas y acumula una pérdida del 12 por ciento en lo que va del año.
El dólar superó la barrera psicológica de los 2.300 pesos. En el último mes, la moneda colombiana se ha devaluado cerca del 10 por ciento, cuando en el mismo periodo la depreciación de las divisas latinoamericanas fue de 4 por ciento.
Los TES 2024 (títulos de deuda pública con los que se financia el gobierno) se han desvalorizado cerca de 60 puntos básicos en las últimas dos semanas.
Para entender lo que está pasando en el mercado local, hay que mirar hacia afuera. El peso colombiano, las acciones y la deuda pública intensificaron su caída, en línea con lo que está sucediendo en los mercados internacionales. Todo ha girado en torno a la baja en los precios del petróleo, la cual se acentuó a finales de noviembre, luego de que la Opep decidió no reducir su producción.
La semana pasada el WTI (de Estados Unidos) se cotizó por debajo de los 60 dólares el barril, lo que representa una caída del 38 por ciento en lo que va de año. El Brent (Londres) bajó a 64 dólares, marcando un descenso del 42 por ciento en 2014.
Hay varias razones que explican por qué se afectan todos los activos financieros con la caída del petróleo. En primer lugar, en el caso colombiano hay una gran preocupación por la situación fiscal del país, dada la alta dependencia de la renta petrolera. Pero en general, el desplome del crudo hace ver la economía colombiana más vulnerable, pues los hidrocarburos son más del 50 por ciento de las exportaciones del país. Y el petróleo a 60 dólares empeora el panorama.
Un elemento adicional que se ha sentido en la última semana, son los bajos volúmenes de negociación en el mercado local. Cualquier salida de un inversionista –puede ser pequeña– provoca bruscos descensos. Los expertos creen que si se estuviera en un momento de altos volúmenes de transacción, como ocurriría a mediados de año, no se darían caídas tan abruptas.
Para otros conocedores del tema, los administradores de portafolios habrían llegado ya al límite de pérdida que puedan soportar. Ello ha obligado a que algunos tengan que vender para tratar de cubrirse. En la práctica esto provoca nuevas caídas en todas las compañías.
En cuanto a lo que está sucediendo con las petroleras –Ecopetrol y Pacific Rubiales- hay una situación adicional que podría explicar por qué se ha acentuado el desplome de estas acciones en los últimos días. Dado que con estos títulos hay ‘repos’ en el mercado, al bajar el precio del mismo, hay que ajustar las garantías pactadas en la operación. Esto ha ocasionado que muchos hayan tenido que vender las acciones para poder cumplir con el préstamo. La consecuencia es una mayor oferta en el mercado, lo que presiona aún más a la baja el precio.
Ecopetrol ha perdido casi un 50 por ciento de su valor en bolsa en lo corrido del año alcanzando un precio mínimo de 1.860 pesos. Nadie imaginaba ese nivel. Está por debajo de la segunda emisión de la petrolera, en 2011 (3.700 pesos) y se acerca al valor de la primera oferta, en 2007, que salió a 1.400 pesos. Por su parte, el título de Pacific Rubiales se ha descolgado 60 por ciento y llegó a pisar los 12.920 pesos, mientras que la acción de Canacol se derrumbó 73 por ciento durante el 2014, con un precio –la semana pasada- de 3.385 pesos.
Como respuesta a la baja en el petróleo, el dólar sigue subiendo. El peso se ha devaluado este año un 25 por ciento, siendo la tercera divisa más depreciada, después del rublo y el peso argentino. En los últimos días, la caída de la moneda local se ha sentido con más fuerza.
Los analistas tienen una hipótesis para explicar este comportamiento. Señalan que dado que el impuesto a la riqueza –propuesto en la reforma tributaria– tiene como base de liquidación el patrimonio al primero de enero de 2015, algunas multinacionales por estos días estarían repartiendo utilidades. Esto con el fin de llegar a la fecha de corte con un menor patrimonio para el impuesto. Al girar las utilidades han estado comprando dólares en el mercado, presionado la tasa de cambio al alza.
A diferencia de ocasiones anteriores, cuando la proximidad de la fecha de corte del impuesto al patrimonio generaba una compra de masiva de acciones –pues estas pueden ser descontadas de la base gravable– esta vez la circunstancia no parece ser igual. Quienes han hecho cuentas, afirman que con las tarifas del nuevo impuesto, puede resultar más costosa la comisión que deben pagar a los intermediarios, que lo que se ahorraría con la estrategia.
Lo que cabe preguntarse ahora es si los activos financieros en el mercado local ya tocaron fondo. Nadie se atreve a pronosticarlo. Algunos creen que las cosas seguirán igual este resto de año, pues ya todos están pensando más en Navidad que en negocios. De allí, la baja en los volúmenes de transacción de los últimos días.
Por ahora, los inversionistas ven el año entrante con cierto temor. Estas fuertes caídas se reflejarán en los extractos que entreguen los fondos de pensiones y cesantías a sus afiliados en los próximos meses. Mejor dicho, hay que estar preparados para el golpe.