Economía
Las reservas de hidrocarburos siguen reduciéndose. El país solo tiene 7 años de petróleo y 6 de gas. ¿Será suficiente el plan de choque del Gobierno?
Con información al cierre de 2023, los tiempos de las reservas de hidrocarburos se redujeron. El Gobierno anuncia un plan de choque en una carrera contrarreloj. ¿Hora de reconsiderar el fracking?
Como si no fuera suficiente el anuncio del presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, hace unos meses sobre el déficit de gas del país en 2025, ahora el panorama en el mediano y largo plazo se oscurece. La Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) informó el estado de las reservas del país hacia el futuro en materia de petróleo y gas, y los tiempos se aprietan. Con información al cierre de 2023, las reservas de hidrocarburos se redujeron: pasaron de 7,5 años a 7,1 en crudo y, más dramáticamente, de 7,2 años a 6,1 en gas.
De hecho, según la ANH, en materia de petróleo, las reservas pasaron de 2.073 millones de barriles en 2022 a 2.019 en 2023; por cada cinco barriles producidos solo se repusieron 4,05, lo que explica la reducción en los tiempos. Al comparar 2023 con 2019, Orlando Velandia, presidente de la ANH, señaló que el país solo ha usado el 5 % de sus reservas totales. Por el lado del gas, de 2.817 gigapies cúbicos que había en 2022, se pasó a 2.373 el año pasado.
Ante las críticas frente a la posición del Gobierno de no permitir nuevos contratos de exploración y las señales que ha dado de marchitar el sector, Velandia negó esa situación y advirtió que la actividad exploratoria no se ha paralizado. Agregó que 53 % de los pozos exploratorios perforados en los últimos cuatro años se hicieron de agosto de 2022 a diciembre del año pasado.
Ya Campetrol, el gremio que agrupa las firmas que prestan servicios al sector petrolero, había anticipado la situación, incluso con el impacto en materia laboral: la disminución en la actividad total de taladros en Colombia entre noviembre de 2022 (155 equipos) y abril de 2024 (110 equipos) ha generado la pérdida de más de 23.000 empleos. Aseguró que, en el primer trimestre de 2024, la producción fiscalizada de petróleo acumulada fue inferior en cerca de 800.000 barriles en comparación con el último trimestre de 2023. De acuerdo con el Dane, el PIB del sector de extracción de petróleo y gas en este primer trimestre del año decreció un 2,3 % contra el último trimestre de 2023.
Tendencias
La situación de un sector que tiene tiempos que se aprietan contrasta con los anuncios del ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, de llevar la producción de petróleo a un millón de barriles, en un escenario en el que, como explicó el exministro Mauricio Cárdenas, “el Gobierno lleva dos años diciendo todo lo contrario. Producir no es cuestión de abrir un grifo. Se requiere inversión, mantenimiento y actividad exploratoria”.
El ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, explicó los alcances de esa nueva meta: “Continuar esa senda en el aumento de la producción, que depende de varios aspectos, unos técnicos y otros de política pública. Los primeros tienen que ver con el mejoramiento de la producción, con mecanismos como recobro mejorado, incentivando a que cada uno de los operadores pueda desarrollar al máximo la capacidad y la operación”.
Y agregó que se busca explotar al máximo los recursos contingentes, superando las dificultades que tiene cada uno de ellos, para acercarse a la producción de un millón de barriles. “En pocas palabras, hay que hacer gestión, hay que estar manos a la obra y garantizando que la operación pueda darse y de esa manera incrementar la producción en el país”, señaló.
Por ejemplo, los recursos contingentes aumentaron 33 % frente a 2022. Un ejemplo de ellos son los hallazgos del offshore en gas, que hoy por hoy tienen retos económicos por los altos costos que genera la producción aguas afuera y las dificultades de su comercialización.
“El país debe apostar por mantener su soberanía energética. Colombia ha descubierto un potencial significativo en reservas de gas, y los resultados de hoy representan un llamado de urgencia para incrementar la actividad exploratoria y agilizar el desarrollo de estos recursos. Es la única alternativa para aumentar las reservas y extender la autosuficiencia para todos los consumidores. Colombia tiene gas, y sin perforación de pozos no aumentaremos nuestras reservas”, dijo Luz Stella Murgas, presidenta de Naturgás.
¿Revivir el fracking?
Es fundamental diseñar estrategias que le permitan al país aumentar sus reservas en el corto plazo por dos razones: desde lo macro, para garantizar la autosuficiencia y soberanía energética, y no depender de terceros en el suministro ni generar vulnerabilidades en el sistema; y desde lo micro, porque es fundamental para la salud financiera y el valor de Ecopetrol. Como menciona Luis Guillermo Vélez, presidente de la Junta Directiva de la Fundación para el Estado de Derecho, las empresas petroleras valen por las reservas que tienen.
El ministro Camacho anunció un paquete de medidas para aumentar la producción y asegurar nueva incorporación de reservas. Las iniciativas van desde una mayor coordinación interinstitucional con el sector privado hasta medidas regulatorias y normalización normativa para incentivar la exploración “en el marco de la transición”. También estimular actividades como el recobro mejorado y avanzar en la eficiencia y eficacia de los contratos que hoy se tienen firmados, y reactivar los que están suspendidos.
Sin embargo, otros han ido más allá y una de las propuestas es revivir los no convencionales. Para Daniel Guardiola, director de equity research de BTG Pactual, Colombia está sufriendo un problema estructural de desabastecimiento de gas. Recordó que Argentina en inicios de los años 2000 se volvió un neto importador de gas. “Le tomó 20 años revertir eso y volverse un exportador de gas. ¿Qué hizo Argentina que puede hacer Colombia? Básicamente, desbloquear el potencial de los yacimientos no convencionales que tiene el país. Es decir, fracking para gas en las formaciones que están en el valle medio del Magdalena”, dijo.
Hace un par de años, cuando se profundizó la discusión sobre el fracking, la Asociación Colombiana del Petróleo y Gas (ACP) en un documento señaló que con el fracking en 25 años se calculan 2.800 millones de barriles de nuevas reservas de petróleo y 7 terapiés cúbicos de gas, asegurando el autoabastecimiento energético del país. Esto significaría unos 450.000 barriles diarios adicionales de petróleo que se sumarían a la producción. Colombia recibiría recursos fiscales por cerca de 103 billones de pesos en los próximos cinco lustros. Con ello se aumentaría entre 10 y 15 % la inversión total del Gobierno, lo que equivale a unos 4 billones de pesos al año en ese periodo. Y se calculó un incremento del 40 % de la inversión extranjera directa con respecto a 2017.
Como recordó recientemente Susana Muhamad, ministra de Ambiente, en una columna, desde agosto de 2022 se radicó en el Congreso el proyecto de ley que prohíbe el fracking. “El proyecto hoy parece estar durmiendo el sueño de los justos en la Comisión Quinta de la Cámara, pues no ha gozado de un tratamiento prioritario. La prohibición del fracking en el país está en riesgo de hundirse sin ser discutida”, advirtió la ministra.
La situación actual de amenaza en el suministro de gas para atender una demanda creciente y que los precios de este combustible importado no castiguen los bolsillos de los consumidores colombianos, hogares y empresas lleva a la pregunta de si sería viable retomar esta discusión, máxime, como agrega Muhamad en su escrito, cuando “todavía no hay un ecosistema económico diversificado y resiliente”.
Velandia, de la ANH, dijo que el proyecto que se tramita en el Congreso ya pasó su primer debate en el Senado. “No está en la agenda legislativa, pero nos hemos sentado con las compañías que tenían asignados estos proyectos pilotos y ellos consideran que hay que tener un compás de espera para que sea el legislador, en el marco de sus competencias, quien defina. Eso les genera inquietudes, naturales, a las compañías. Hemos tomado la decisión de buscar un mecanismo de suspensión de mutuo acuerdo mientras el Congreso de la República define la suerte del proyecto de ley”, puntualizó.
Las cifras reportadas por la ANH encienden las alarmas. Es necesario crear un ambiente de confianza para los inversionistas, diseñar incentivos y asegurar los recursos que se requieren para aumentar las reservas y dar seguridad jurídica y física a un sector clave en las finanzas del país. La transición es un proceso, no un salto al vacío.