Empleo Juvenil

Los sorprendentes beneficios de la capacitación laboral en los jóvenes

Desde aumentar la productividad de las empresas hasta reducir las tasas de embarazo adolescente. La capacitación laboral tiene todo un abanico de oportunidades que ofrecer para un segmento que históricamente ha sido subestimado en cuestiones laborales.

4 de diciembre de 2015
Seis años después de finalizada la capacitación hay impactos significativos en la generación de empleo formal en los hombres hasta un 50% superior.

Uno de los mayores inconvenientes de por qué los jóvenes no logran acceder rápidamente a los puestos de trabajo es la carencia de habilidades que deberían tener una vez terminan la educación superior.

Además, las empresas se muestran reacias en cuanto a asumir los costos de capacitar nuevos empleados sin experiencia ni las habilidades requeridas en un mundo cada día más competitivo. En lugar de ello optan por contratar profesionales con determinado tiempo de experiencia según se requiera.

De continuar esta tendencia, entre las consecuencias descritas por diversas organizaciones multilaterales están el aumento del desempleo juvenil, la fuga de capital humano y nuevos rezagos en términos de competitividad para los países afectados.

No por nada, recientes investigaciones del BID muestran que en promedio el 75% de los jóvenes latinoamericanos que trabajan lo hacen desempeñando labores informales.

No obstante, los beneficios de capacitar a los jóvenes tienen efectos mucho más profundos que benefician de igual forma a las empresas que deciden emprender esta estrategia.

¿Capacitar o no capacitar?


De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se admite que son pocos los estudios que enseñan los efectos de las capacitaciones en el largo plazo. De hecho, la mayoría de las investigaciones sobre el tema se ha realizado en Estados Unidos y Europa con muy poca evidencia para los países en desarrollo.

Ahora, gracias a una evaluación del Programa Juventud y Empleo del BID en la República Dominicana es posible entender acerca de los beneficios de la capacitación. El estudio fue realizado a 3.279 jóvenes durante 6 años.

Lo interesante de los resultados es que son bastante alentadores y confirman los efectos positivos en el corto plazo. Seis años después de finalizada la capacitación hay impactos significativos en la generación de empleo formal en los hombres hasta un 50% superior. De igual manera la calidad del empleo tanto para hombres como mujeres aumentó y con ello la calidad de vida de sus hogares.

Sin embargo, los investigadores enfatizan que “no es una solución mágica al problema de la difícil inserción laboral de los jóvenes”.

Resultados más que prometedores

En República Dominicana, el 25% de los jóvenes no estudia ni trabaja y la tasa de desempleo juvenil ya es del 16%. En Colombia, el desempleo para este segmento de la población es del 15% y continúa subiendo.

Para tratar de mitigar estas cifras, el programa de capacitación se enfoca en 3 aspectos: Formación humana, capacitación técnica y práctica empresarial. Como explica la Especialista en Mercados Laborales del BID, Laura Ripani, “el objetivo es que los jóvenes puedan desarrollar las habilidades necesarias para la inclusión laboral y que estas perduren en el tiempo tales como ser responsable, trabajo en grupo, ser más autónomos y mejorar el liderazgo”.

El tema de la autoestima es a su vez importante. Como explica Ripani “Muchos de ellos no saben a dónde ir o qué quieren estudiar”. Esto genera mayores tasas de informalidad y deriva otros problemas sociales como la delicuencia.

Incluso se ha probado que la capacitación contribuye a la reducción de los embarazos adolescentes. En el país caribeño estos se redujeron hasta un 20% además de mejorar las habilidades cognitivas y la autoestima.

Esto se evidencia en que las expectativas futuras en cuanto a tener una vida mejor en 20 años, ser propietarios de un negocio o conseguir el empleo deseado aumentaron significativamente.

Los beneficios empresariales no se quedan atrás

Aunque los beneficios sociales son incuestionables, las empresas que decidieron optar por capacitar a los jóvenes recibieron a cambio personal experimentado y muy productivo.

Algunos gerentes de las empresas que se integraron al programa del BID aseguraron tener en sus filas a jóvenes que ya llevan 2 años en la compañía luego de haber terminado los programas de capacitación.

“Son personas muy bien preparadas y su nivel de integración es altísimo”
afirman.

Este tipo de programas debe ser realizado en conjunto con el sector privado para atacar dos problemas al mismo tiempo: reducir los malos indicadores de empleo para los jóvenes y fomentar la inclusión del sector privado en los programas de capacitación y como afirma el programa más que un riesgo, capacitar a una persona sin experiencia es una inversión muy rentable en el largo plazo.