Dinero
¿Los billetes en Colombia podrían cambiar? Esto dice el Banco de la República
Una propuesta del gobierno anterior buscaba quitar los tres ceros al peso. ¿Qué pasó con ella? Aquí les contamos.
Quitar los tres ceros a la moneda colombiana. Esa ha sido una búsqueda titánica que aún no se ha podido lograr en Colombia, pese a que se argumenta que quitaría complejidad al manejo del dinero y ayudaría a sacar del juego a los capitales ilícitos. La idea comenzó a mediados del 2018. El sueño del gobierno de Juan Manuel Santos era cambiar la numeración del peso, de tal modo que hubiera simplificación de cuentas, control a la inflación y mayor adaptación al manejo de las cifras en el entorno internacional.
No obstante, el plan se vio truncado con la llegada de la administración de Iván Duque, que traía otras propuestas y necesidades para tramitar en el Congreso. De hecho, el proyecto presentado por el entonces ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, alcanzó a tener ponencia para tercer debate, pero en diciembre del 2018 recibió su estocada final.
Quizá el ‘pecado’ más grande que cometió la administración anterior fue haber radicado el proyecto a pocas semanas de que terminara el segundo mandato de Santos, es decir, cuando poco control o persuasión le quedaba en el Legislativo.
Este episodio fue lamentado este jueves por el saliente gerente del Banco de la República, Juan José Echavarría, cuyo mandato está a un mes y medio de terminar. En la presentación del Informe de Política Monetaria, el funcionario dijo que sacar adelante este proyecto fue uno de los faltantes de su administración.
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Eso sí, les pidió a senadores y representantes que no le den más espera para revivir la iniciativa.
“Yo quisiera convencer al Congreso, si fuera gerente, de por fin quitar los tres ceros de los billetes. Esa sería una linda celebración del nuevo banco central y de la baja inflación que tiene Colombia”, aseguró Echavarría.
Este grupo de condiciones podrían ser una nueva oportunidad para que el país por fin le diga adiós a las grandes cifras que se manejan en presupuesto o cuentas nacionales, eso sin contar que para los ciudadanos también sería más sencillo.
De hecho, cuando Cárdenas presentó el articulado hace unos años, dijo que las condiciones de entonces eran las mejores. “A diferencia de las anteriores oportunidades, en esta contamos con una inflación controlada, varios sectores están de acuerdo con la eliminación, los gremios, el fiscal, el Banco de la República y la mayoría de congresistas, así que confiamos en que esta vez, el proyecto pase”, declaró.
¿Esta vez sí?
Como se sabe, esto no pasó y el proyecto se archivó como otros tantos. No obstante lo anterior, la celebración de los 100 años del Banco de la República -que se cumplirán en el 2023- podría ser una fecha determinante para lograr esta hazaña.
Así lo cree el saliente gerente del Emisor, pero también el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla. En una entrevista que dio a revista Bocas dijo, el año pasado, que le parece una buena iniciativa, incluso cuando su cartera no le dio respaldo hace unos años.
“Es un proyecto difícil y los países que lo hacen generalmente atraviesan una crisis, después de superar, por ejemplo, la hiperinflación. No es nuestro caso. Incluso tenemos varias generaciones de mantener controlada la inflación. Soy partidario de suprimir esos ceros y hay oportunidades simbólicas: vienen los cien años del Banco de la República y vivimos el contexto del Bicentenario. Un futuro con menos ceros es mejor que un futuro con tantos ceros”, aseguró.
Quizá el problema de fondo tiene que ver con el elevado costo fiscal que implicaría cambiar la moneda nacional. Cálculos del Banco de la República -realizados cuando Cárdenas radicó el proyecto- señalan que cambiarles la ‘cara’ a los billetes tendría un valor de alrededor de 400.000 millones de pesos, si se tiene en cuenta que parte del metal de las monedas existentes se puede recuperar por reconversión de metales.
Además, dijeron que debería haber un período de transición de tres años, durante el cual circularían de manera simultánea billetes y monedas de la actual y de la nueva unidad monetaria.
Si en su momento fue complicado por la falta de dineros, ahora puede ser aún más complejo por las elevadas necesidades que trajo consigo la pandemia.