RIQUEZA
Ralph Lauren, Gucci y otras marcas de lujo que la pasan mal en la pandemia
Ralph Lauren, la del famoso símbolo del caballo de polo, anunció que recortará en 15 por ciento su fuerza laboral global. Y hay más empresas golpeadas.
Aunque con frecuencia se habla de que los billonarios del mundo están cada vez más ricos y que la pandemia, en vez de afectarlos, los ha favorecido, en el mercado del lujo hay algunos que la están pasando mal.
En este segmento del comercio, el consumidor es algo particular: como busca exclusividad y sofisticación, la opción de una venta en línea no es lo frecuente, puesto que sus compras son personalizadas.
La dificultad para vivir esa experiencia, debido a las restricciones de acercamiento social que trajo consigo la pandemia, llevaron a que el mercado de lujo quedara en la cuerda floja.
Si bien durante la cuarentena más cruda en el mundo se dedicaron a realizar actividades distintas a las habituales, la industria del lujo disminuyó en cerca del 18 por ciento en el segundo trimestre del año.
En el primer semestre del año se vieron grandes marcas, como Bvlgari, dedicadas a fabricar desinfectantes de manos. Armani fue otro ejemplo y activó sus máquinas para elaborar batas para el personal médico. Sin embargo, esas labores no eran sostenibles por largo tiempo.
Estas son algunas de las marcas de lujo que están o han estado en dificultades:
1. Ralph Lauren
El fabricante de ropa de lujo Ralph Lauren anunció este martes que recortará el 15 por ciento de su fuerza laboral global para el final de su año fiscal. Se trata de una reestructuración de la compañía, cuyo objetivo es disminuir costos y mover más su negocio en línea.
La compañía tenía una fuerza laboral integrada por 24.900 personas a finales de marzo. Ahora, el plan de recorte podría tumbar más de 3.700 empleos.
Según el New York Post, la crisis de salud que trajo consigo la covid-19 ha golpeado la demanda de productos como bolsos, ropa y accesorios de alta gama en las tiendas minoristas, lo que ha obligado a las empresas de artículos de lujo a recortar costos y retrasar los planes de expansión tradicionales.
Ralph Lauren, una compañía que lleva más de 50 años en el mercado, potenciará inversiones en plataformas digitales para respaldar las operaciones de comercio electrónico, expandir la personalización de productos y agregar nuevas características, como la realidad aumentada. Mientras eso se consolida, hará una ahorro en costos con la disminución del personal.
También trasladará algunos sistemas de planificación y recursos humanos a plataformas en la nube y optimizará las líneas jerárquicas de la organización.
“Los cambios que están ocurriendo en el mundo que nos rodea han acelerado las alteraciones que vimos antes de la covid, y estamos acelerando algunos de nuestros planes para igualarlos”, dijo Patrice Louvet, director ejecutivo, al medio neoyorkino.
2. Gucci
A finales de agosto, el conglomerado de lujo Kering, grupo francés propietario de firmas como Gucci, Balenciaga y Saint Laurent mencionó en medios internacionales una fuerte caída trimestral en sus ventas. La cifra, la cual atribuyó a la pandemia, implicó una contracción en ventas del 43,7 por ciento entre abril y junio.
El grupo económico agregó que lo peor era la incertidumbre, pues lo más probable es que la situación continúe igual por el resto del año, aun con la reactivación en el aparato productivo que se está dando en muchos de los países donde tienen operaciones.
El principal golpe para las marcas de lujo es la reducción en el flujo de turistas internacionales debido a la prohibición de vuelos entre un país y otro, lo que no parece corregirse del todo en este 2020 pese a que ya los aviones están empezando a despegar.
Otra razón del impacto en los resultados de las marcas prémium es, según algunos analistas, que no es momento para estar mostrando riquezas en una coyuntura de crisis para la generalidad de la población global. Y esa es la señal que se envía con la adquisición y exhibición de las prendas de lujo.
3. Swarovski
Esta legendaria compañía austriaca que se dedica a tallar el cristal para elaborar joyas exclusivas, anunció en junio que le pondría la tijera a su planta de personal, en al menos 800 plazas de trabajo, de 29.000 que tenía en el mundo antes de la pandemia.
En agosto, la situación de prohibición de visitantes prolongada en casi todos los países llevó a la empresa a estimar la pérdida de un tercio de sus ventas, después de haber registrado crecimientos entre el 4 y el 5 por ciento previo a que la historia del mundo fuera partida en dos.
El cierre de algunas de las tiendas físicas que forman parte de su red de ventas, integrada por más de 3.000 puntos en diversos países, al igual que una posible salida a bolsa o una alianza con algún socio estratégico para inyectar capital al negocio son parte de sus planes para enfrentar el impacto producido por la crisis sanitaria.
4. Pullmantur
Esta naviera española que ofrecía famosos cruceros prémium, con instalaciones de lujo engalladas con obras de arte, se declaró en insolvencia en junio, luego de haber permanecido en la quietud, aplazando o cancelando sus itinerarios, a la espera de que el fuerte oleaje de la pandemia se calmara. Pero no fue así. La compañía de cruceros que finalmente tuvo que acogerse a la reorganización empresarial para enfrentar acreedores había establecido que su modo pausa terminaría el 15 de noviembre, pero aún no se sabe qué camino tomará.
Pullmantur Cruceros, en un 51 por ciento, pertenece a Cruises Investment Holding. El otro 49 por ciento es de Royal Caribbean Group.