ENTREVISTA
“No es hora de promover populismo financiero”: Mauricio Santamaría
Mauricio Santamaría, director de Anif, uno de los centros de pensamiento más importantes del país, asegura que lo peor que le puede pasar a Colombia es que a la crisis económica se le sume una crisis financiera.
SEMANA: Varios sectores critican que a la banca le ha faltado solidaridad en momentos de crisis, ¿qué opina de esta apreciación?
Mauricio Santamaría: Creo, sinceramente, que es una afirmación un poco injusta. Empiezo por decir que todo el sector privado, no solo los bancos sino las empresas, ha mostrado su compromiso en esta coyuntura, pues en su mayoría han encontrado la manera de mantener el empleo a pesar de la fuerte reducción en sus ingresos. Esa es una señal de solidaridad importante. Ya en el caso de los bancos, han financiado al Gobierno en más de un punto del PIB; se usó la liberalización de los encajes para comprar bonos de solidaridad del Gobierno, lo cual le ha permitido al país financiar los programas sociales para contener la crisis. Además, han tomado medidas de refinanciación de deudas y han puesto créditos por al menos otro punto del PIB.
SEMANA: ¿Por qué los bancos se han demorado tanto en prestar?
M.S.: Desde que entraron a funcionar las medidas de aumentar las garantías del Gobierno a los créditos, hacia el 17 de abril, el sector financiero ha colocado un punto del PIB en puro financiamiento. Eso es algo más de 10 billones de pesos. Eso significa que a medida en que hay condiciones se están dando las cosas. Las garantías son claves porque ese es dinero del público. Cada vez que oigo propuestas de nacionalizar bancos o de no pagar las obligaciones financieras, me quedo aterrado. La plata de los bancos es del público, de los colombianos, y eso hay que manejarlo con cuidado. Si los bancos se van a una crisis de insolvencia, el país se va con ellos, porque ahí está la plata de todos. Por eso es importante tener mucho cuidado con hacer populismo bancario.
SEMANA: ¿Cree que hay quienes están pescando en río revuelto con anuncios populares que podrían afectar a los ahorradores?
M.S.: El punto central es que la plata de los bancos no es solo de los dueños de los bancos: es lo que la gente y las empresas tienen depositado en sus cuentas de ahorro y en entidades financieras. Esos recursos deben tener un manejo muy cuidadoso. Por eso, la pregunta que hay que hacer es: si como ciudadano común usted sabe que una empresa se va a quebrar en dos meses y le pide prestado, ¿usted le prestaría?
SEMANA: Los empresarios aseguran que les han prestado para refinanciaciones y no plata nueva. ¿Eso es así?
M.S.: Al principio, cuando no se conocía la dimensión de la crisis, los bancos respondieron con refinanciaciones y mayores plazos. Pero a medida que la crisis se ha ido profundizando, los bancos han puesto plata nueva por 2,5 puntos del PIB (casi 25 billones). De eso, un punto fue de financiación al Gobierno y el resto en créditos, además de refinanciaciones. Cuando comenzaron a funcionar las garantías y se evidenció la gravedad del problema, los bancos reaccionaron. En este momento la única ‘plata nueva’ es la que está saliendo de los bancos.
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SEMANA: ¿Serán suficientes garantías del 90 por ciento para que los bancos presten?
M.S.: Si esta crisis se alarga, ni siquiera el 100 por ciento de garantías será suficiente. Ningún Gobierno del mundo tiene suficiente plata para subsidiar toda la economía por tres meses. He oído comentarios de que no se preocupen, que los empleos y la economía se recuperan después. Eso no es así: la economía y los empleos no se recuperan después. De la crisis del 99 nos costó diez años recuperarnos.
SEMANA: El senador Petro dice que el Gobierno debe hacer lo que sea para solucionar los temas económicos en tres meses.
M.S.: Una persona que claramente no entiende cómo funciona la economía afirma eso. Decir que el Gobierno tiene que hacer lo que sea no es viable. No existe ningún Gobierno del mundo que sea capaz de financiar la economía por tres meses. El PIB colombiano es alrededor de 100 billones mensuales, ¿quién puede financiar eso? Hacer lo que sea es dejar a la gente trabajar. Las medidas de aislamiento han sido muy buenas y permitieron ajustar el sistema de salud, han aplazado los contagios. Pero el aislamiento no evita el contagio, sino que lo aplaza. No podemos durar encerrados tres o cuatro meses porque la gente se muere de hambre.
SEMANA: El expresidente Pastrana dice que en 1999 el país salvó a los bancos y que es hora de que devuelva el favor.
M.S.: Esas ideas de que en el 99 los salvamos o de que no se paguen todas las obligaciones son peligrosas: salen de algunos personajes y se empiezan a esparcir entre la población. Insisto, los bancos prestan plata que han depositado allí los ahorradores, eso hay que manejarlo con cuidado. Hasta ahora ha funcionado bien, no lo dañemos.
SEMANA: ¿Entonces qué hacer con los sectores más débiles, como bares y discotecas?
M.S.: Para algunos sectores no queda otro remedio que el Gobierno les dé subsidios para financiar la nómina por uno o dos meses, pues son negocios que sabemos que no van a poder funcionar en largo tiempo. Sería algún tipo de crédito a las empresas, ya que el Gobierno no les puede girar directamente. Esa es la solución que están asumiendo la mayoría de países. Incluso la Reserva Federal está poniendo plata suya para las empresas; todo el mundo está desesperado buscando qué hacer.
SEMANA: A propósito, ¿el Banco de la República debería financiar al Gobierno?
M.S.: El Banco de la República ha tomado buenas medidas, pero ante la magnitud de la crisis todo empieza a quedarse pequeño. Incluso los economistas más ortodoxos han dicho que si toca llevar el déficit fiscal al 5 o 6 por ciento o que el emisor financie al Gobierno, hay que considerarlo. Pero es fundamental encontrar la forma de hacerlo, porque por Constitución el Banco es independiente y no puede imprimir plata para financiar al Gobierno.Vamos a tener que encontrar la manera de hacerlo.
SEMANA: ¿Hay que nacionalizar los bancos para que cumplan una función social, como proponen algunos congresistas?
M.S.: Hablar de esto es un exabrupto. Esa experiencia el mundo ya la vivió y sabe cómo termina, incluido Colombia. Los bancos públicos ponen en riesgo el ahorro y manejan otros criterios que no son la prudencia. En la crisis del 99, quebraron primero los del Gobierno. Solo quedó el Banco Agrario porque en ese sector sí hay una falla del mercado.
SEMANA: ¿Qué tan factible es la propuesta de la Andi de congelar deudas por un año?
M.S.: Para las empresas es mejor recibir recursos nuevos que cualquier otra medida. Si se congelan los intereses, también tendrían que congelarse los pagos sobre las cuentas de ahorro. Por eso hay que mirar con mucho cuidado todas estas propuestas. Decirlo es fácil, pero todo tiene su complicación.
SEMANA: ¿Le preocupa que esta animadversión genere una cultura de no pagar?
M.S.: Así como no es momento para preocuparnos por el déficit fiscal (y yo llevo 30 años tratando de que el déficit sea bajo), tampoco es hora para preocuparse por este tema. Además de la salud, hay que evitar que la pobreza y el empleo no se nos disparen para que las consecuencias sobre la gente no sean gravísimas, sobre todo para los más vulnerables.
SEMANA: ¿Qué tan lejos está una crisis financiera?
M.S.: Hasta el momento las reservas están bien, la cartera mala no está creciendo mucho. Pero esas son cosas que si se estresan mucho empiezan a complicarse. Por eso es fundamental cuidarlo de verdad, pues es un activo que tenemos ahorita.
SEMANA: ¿Estamos jugando con candela?
M.S.: No es un momento de populismos y de hablar de nacionalizar o de que los créditos no se deben pagar. Lo peor que podríamos hacer es sumar una crisis financiera a la que ya tenemos. Hay que encontrar la manera de balancear el tema de salud y el económico. No podemos seguir diciéndole a la gente que debe seguir encerrada.
SEMANA: ¿Qué podría pasar si las medidas se extienden?
M.S.: Si el aislamiento estricto se mantiene hasta finales de julio, la pérdida de ingresos de los hogares sería casi 30 billones. Con esto, entre 6,5 y 7 millones de personas entrarían a la pobreza, lo que llevaría este indicador a niveles del 43 o 44 por ciento, la misma que teníamos hace 20 años. Si se alarga más de junio, el desempleo fácilmente llega al 20 por ciento y el crecimiento podría ser muy malo. Es perder dos décadas. Y volver a recuperar esto sería muy difícil.