Cristian HalabyCEO de Bycsa Bycsa pasó de tener un portafolio compuesto en un 70 por ciento por productos importados, a uno en el que 91 por ciento corresponde a producción nacional.
Cristian Halaby, CEO de Bycsa. | Foto: Cortesía Bycsa

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Nanotecnología y creación de un plástico biodegradable son los motores de esta pyme paisa

Bycsa desarrolla tecnología para desinfección y para el cubrimiento de superficies, combinando investigación científica y alianzas con universidades. Sus clientes son las grandes industrias.

Redacción Economía
9 de noviembre de 2024

Se suele pensar que las empresas colombianas se dedican a industrias básicas o poco sofisticadas, pero es un estereotipo errado y prueba de ello es la pyme paisa Bycsa. Aunque nació hace 55 años por iniciativa de unos inmigrantes italianos que querían importar productos químicos, en 1984 cambió de dueños y amplió su foco de negocio; de ser comercializadores pasaron a ser fabricantes y ya no solo se concentraron en químicos para recubrir metales, sino que también producen empaques biodegradables, así como lubricantes industriales y automotrices, entre otras cosas.

Gusanos
Bycsa pasó de tener un portafolio compuesto en un 70 por ciento por productos importados, a uno en el que 91 por ciento corresponde a producción nacional. | Foto: Getty Images/Image Source

Cristian Halaby, CEO de Bycsa, explica que su empresa no está enfocada en los consumidores finales, sino en los industriales, por ejemplo, los fabricantes de cinturones que necesitan aplicarle una cobertura a la hebilla para que no se oxide y brille. Su gran apuesta ha estado en la investigación y el desarrollo y, para eso, contratan químicos que cuentan con doctorados, ingenieros mecánicos y mecatrónicos, que han querido pasar de la academia a la industria.

También trabajan con universidades, con Colciencias y con empresas del exterior. Su esfuerzo está concentrado en el manejo de materiales y así llegaron a las nanopartículas de metales o minerales, cuyo tamaño les da mejores características para el uso en desinfección. Por ejemplo, cuando se aplican nanopartículas de plata estas son más difíciles de quitar, lo que da un remanente que permite una desinfección más duradera y, además, es más amigable con el medioambiente. Con este producto atienden a la industria de desinfectantes. También desarrollaron, desde su sede en Medellín, un plástico stretch biodegradable. Ese plástico es el que se usa para envolver las maletas en los aeropuertos o gran parte de la carga y lo crearon justamente para atender a sus clientes industriales. Es además un material que está acorde con las nuevas exigencias en el uso de plástico.

Con 125 empleados y cuatro plantas en una (una para químicos, otra para aseo y cosméticos, una para desinfección y una para lubricantes y plásticos), la firma busca trascender y seguir fabricando productos de utilidad para la industria.