VIVIENDA
Pandemia disparó el interés de los colombianos por la vivienda rural
Se impone la búsqueda en zonas periféricas cercanas al campo que permitan alejarse de los focos de contagio.
La temporada de vacaciones, las celebraciones durante las fiestas de fin de año y las reuniones con aglomeraciones, sin distanciamiento ni protocolos de seguridad, han hecho que varias de las principales ciudades del país estén viviendo un nuevo pico de la pandemia, por lo que las autoridades han vuelto a endurecer las restricciones a los ciudadanos para frenar la velocidad de contagio y el crecimiento en el número de casos activos en Colombia.
Medidas como los toques de queda, la ley seca, el pico y cédula y las cuarentenas estrictas donde solo en Bogotá más de 4 millones de personas entraron recientemente en confinamiento obligatorio, trajeron a la memoria los días más crudos de la pandemia cuando entre abril y julio el país vivió la cuarentena obligatoria en el territorio nacional.
Estas restricciones, sumadas a otros aspectos como el mayor riesgo al contagio, el tráfico desbordado, la polución, el alto costo de vida, la inseguridad y el clima, entre otros, han hecho que se profundice una tendencia: la búsqueda de vivienda y de amplios espacios al aire libre en zonas rurales que permitan disponer del campo.
Los buscadores especializados disponibles en Internet y las empresas inmobiliarias del país han notado un incremento en el número de búsquedas para compra o alquiler de vivienda en zonas rurales.
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Según Catastro Bogotá y el portal Finca Raíz, las búsquedas en los municipios de Bogotá Región crecieron un 59 % durante la pandemia, lo que implica un mayor interés por vivir en municipios aledaños a la capital.
Muchos inversionistas y familias están buscando vivienda en áreas cercanas a las grandes ciudades, pero con una buena oferta de espacios abiertos y aire libre.
Según Camacol Bogotá-Cundinamarca, la actividad edificadora en este departamento tuvo un comportamiento muy positivo por cuenta de la comercialización de vivienda nueva, la que a su vez estuvo impulsada por la política de vivienda.
De acuerdo con cifras de Coordenada Urbana con corte a diciembre de 2020, en Cundinamarca se vendieron 30.208 viviendas, una cifra levemente inferior a la reportada en 2019.
En materia de lanzamientos, el comportamiento también es positivo respecto a 2019. En Cundinamarca se lanzaron un total de 27.599 viviendas nuevas, un 1,5 % más.
“El cambio de mentalidad y las facilidades tecnológicas como el teletrabajo crearon una percepción social que da más importancia a lugares espaciosos cercanos a la naturaleza y al campo donde se puedan disfrutar y realizar las actividades que esta nueva realidad nos quitó”, dijo Carlos Soto, gerente del Club Campestre El Bosque, ubicado en Silvania, Cundinamarca.
Ejecutivos y familias están buscando espacios en donde puedan alternar el teletrabajo con espacios y comodidades que no impliquen un riesgo de contagio. Algunos clubes están aprovechado esa necesidad para atraer socios y acompañantes.
Los servicios de piscina, sauna, turco y zonas deportivas, entre otros, cuentan con control de aforo para cumplir con las normas de bioseguridad exigidas.
Para este fin, y ante la continua búsqueda de las personas por encontrar espacios en las cercanías de las ciudades, tanto clubes como conjuntos residenciales en zonas periféricas de las ciudades están consolidando alianzas estratégicas para ofrecer variedad de espacios que les permitan a las personas gozar con responsabilidad de una amplia gama de posibilidades y evitar así el encierro en las ciudades.
Eso sí, es necesario mejorar la cobertura de 4G o de Internet satelital para satisfacer las crecientes necesidades de comunicación en zonas rurales.
Según cifras del Censo Nacional de Población y Vivienda, en ciudades no capitales la cobertura de Internet era de 38,02 % en promedio, mientras que en zonas rurales de apenas 7,96 % y zonas aún más alejadas de 5,19 %.