ECONOMÍA
¡No hay quién compre! Paperos de Boyacá, obligados a vender bultos en carretera
Los viajeros que venían hacia Bogotá, tras el puente festivo, se encontraron con una historia triste: la difícil situación de los paperos.
Una escena que presenciaron cientos de viajeros que venían por la vía que conecta a varios pueblos del departamento de Boyacá con la capital del país, en el retorno del puente festivo, terminó arrugando el corazón de más de uno.
Apostados en la vía, los campesinos cargaban bultos de papa, producto de largas jornadas de trabajo para cultivarla, cuidarla, recogerla y ahora, cargarla desde sus parcelas, para tratar de venderla a ‘precio de huevo’.
En condiciones normales, según cuenta Óscar Gutiérrez, líder de Dignidad agropecuaria, una carga de papa, que está integrada por dos bultos, cuesta entre 45.000 y 60.000 mil pesos. Las diferencias dependen de la calidad de la papa. Por ejemplo, una de las que se cultiva en departamentos como Boyacá y Narió, se conoce como Betina y se le considera de calidad superior, pues pese a ser rústica es ideal para fritos y asados. Es muy usada por la industria para congelar y vender en paquetes.
El rango del costo, para los productores, muchas veces solo cubre los costos y, en el final de este primer puente festivo de noviembre, los campesinos estaban vendiendo el bulto en la carretera, a 7.000 pesos, según confirmó Gutiérrez.
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El precio de este producto, que es básico en la gastronomía colombiana, está por el suelo en la actualidad, por varias razones. Una de las que pega, según confirmó el líder de Dignidad agropecuaria, es el problema del bajo consumo, el cual, se redujo entre un 30 y 40 por ciento, principalmente por el cierre de la actividad de los restaurantes.
Pero la crisis de los paperos, de acuerdo con lo expresado por Gutiérrez, ya venía de tiempo atrás y está ligado a los puntos que incluyen algunos Tratados de Libre Comercio (TLC) firmados por Colombia. El ingreso del producto es en condiciones de conservación (congelada), pero, al decir del timonel de Dignidad agropecuaria, entrarán el equivalente a 165.000 toneladas de papa.
La afectación, que se vio en este puente en el accionar de los campesinos que salieron a las carreteras a tratar de evacuar el producto y conseguir así para su sustento, recae sobre 116.000 productores, la mayoría de los cuales son pequeños, pues el 80 por ciento tiene el producto sembrado en una sola hectárea.
El golpe peor en la situación, la cual ya fue motivo de atención del Gobierno, que estableció un apoyo de 5.000 pesos por bulto, es que el precio al consumidor en los sitios donde se expende papa sigue igual. En otras palabras, con los paperos está sucediendo lo mismo que pasa con otros sectores de la producción agropecuaria: la cadena se rompe por el eslabón más débil, puesto que el productor, que es el que tarda 5 meses aportando su trabajo para ver el fruto de la cosecha, es al que le recae la crisis del bajo precio. “El comercializador compra barato y vende caro. Es el esquema equivocado que ha impuesto el mercado en este país”, advierte Gutiérrez.
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En el país, de acuerdo con las cifras que confirma Dignidad agropecuaria, se producen al año 2′700.000 toneladas de papa de las cuales, entre el 6 y el 8 se industrializa.
Anuncian protesta
La búsqueda de una salida a la crisis de los paperos ya ha tenido sentados en la mesa a los productores o sus representantes, con el Gobierno. Sin embargo, las salidas parecen no ser suficientes para un sector que se dio la pela por mantener los cultivos y sacar el producto, durante la cuarentena, cuando la mayor parte de los sectores de la economía se fueron al confinamiento.
Por ello, de acuerdo a lo expresado por Gutiérrez, el próximo 13 de noviembre realizarán una jornada de protesta, que consistirá en una ’regalatón' de papa en varios puntos del país, con los cuales estarían enviando las señales de humo para que sea escuchada su problemática y tenga la atención suficiente que permita hallar una solución.