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PIB: ¡pudo ser peor!
La histórica caída de 2020 confirma el nefasto impacto de la pandemia en la economía. Este año la reactivación irá al ritmo de las vacunas.
Poca sorpresa suscitó esta semana la cifra divulgada por el Dane sobre la caída de la economía colombiana en 2020. Desde que arrancó la pandemia se anticipaba un desplome histórico, que al final llegó a -6,8 por ciento. Pero, curiosamente, la cifra fue menos mala de lo que muchos predecían.
En las cuentas del Fondo Monetario Internacional (FMI) estimaban que el producto interno bruto caería 8,5 por ciento, y la mayoría de analistas económicos lo veían entre 7 y 10 por ciento. Solo Anif le atinó: entre 6,5 y 7 por ciento.
Y aunque el dato no es para celebrar, el resultado fue menos malo de lo esperado. Dos factores fueron claves para evitar un desastre mayor. Por un lado, que en junio comenzaron a reabrir varios sectores productivos. Para el presidente de Anif, Mauricio Santamaría, aunque se reabrió de manera tímida, y menos flexible en Bogotá, evitó un mayor colapso de la economía. Esto explica que sectores como el comercio y los restaurantes, que sufrieron muchas restricciones, tuvieran peores resultados que la agricultura, que siempre estuvo abierto.
Otras iniciativas que ayudaron a contener la caída fueron las transferencias de dinero que hizo el Gobierno a las familias más vulnerables del país y el subsidio a las nóminas de las empresas. Aunque muchos han criticado que el nivel de auxilios fue bajo, lo cierto es que de otra manera la caída habría sido peor.
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Tras conocerse el dato del PIB en 2020 y los factores que influyeron en su comportamiento, varios analistas han empezado a ajustar sus pronósticos para 2021. En casi todas las cuentas se contempla que este año habrá un rebote de la economía, porque al comparar las cifras con las del año pasado, por puro efecto estadístico, los datos serán más positivos.
Sin embargo, no es suficiente el ejercicio comparativo. Para que empiece la recuperación de manera efectiva se requieren avances en cinco frentes. El primero es la pronta vacunación para recobrar la confianza y retomar las actividades productivas. El exministro de Hacienda Juan Camilo Restrepo considera que las vacunas son un elemento importante, aunque insuficientes para reactivarse y volver a crecer más del 5 por ciento. “Si la campaña de vacunación resulta exitosa, es apenas parte de una larga travesía que se está iniciando hasta llegar a vacunar a 35 millones de personas, para alcanzar el efecto rebaño, que tendrá un impacto tranquilizante sobre los negocios y la actividad económica”, dice.
El segundo será evitar nuevos cierres. El presidente de Anif advierte que en enero la economía se afectó por las cuarentenas en medio del segundo pico de la pandemia. Eso sí, asegura que si hay nuevos cierres en abril o mayo, cuando se advierte que podría haber otro pico, el impacto sería fatal y atrasaría más la recuperación.
Un tercer tema clave será la continuidad de los estímulos, tanto para las familias como para las empresas, asevera el exministro y excodirector del Banco de la República José Antonio Ocampo, quien considera fundamental mantener esas ayudas durante este año. Acelerar la ejecución del plan de inversión propuesto por el Gobierno es la cuarta prioridad, pues permitirá que se reactive la contratación y el trabajo en todas las regiones del país. Ocampo y Santamaría defienden un quinto tema: la adopción de un plan enfocado en reactivar el empleo femenino, que ha sido el más golpeado durante la pandemia.
Si bien la buena noticia es que ya pasó lo peor en el comportamiento del PIB, los desafíos para este año no son menores. Con el aumento de la deuda, las dificultades fiscales y el proceso electoral que se avecina, todo indica que el camino para lograr la reactivación es largo y culebrero.