POCO A POCO
Medidas para incentivar la producción.
Las últimas medidas adoptadas por el Gobierno Nacional en materia de política económica reflejan una tendencia al aumento en la protección de la industria y a proveer estímulos para la reactivación del sector privado de la economía, lo cual guarda concordancia con los conceptos expresados por el Presidente Betancur y su equipo técnico desde la llegada al poder.
El proteccionismo, cerrando las puertas de la economía a las importaciones, se continuó acentuando. El decreto 3080 subió en un 20% el arancel de algunas mercancías que el gobierno anterior, en el año 80, había reducido. Del grupo de mercancías incluidas en la medida de la administración Turbay, sólo se exceptuaron algunas que se consideran parte de la canasta familiar, con el fin de evitar presiones alcistas adicionales. También se exceptuaron aquellas que son bienes de capital, cuyo arancel permanece en un 5% y otras que se requieren en actividades productivas y conservarán los niveles del 1%, 5% y 10%. Las nuevas barreras arancelarias, que al encarecer las importaciones las desestimulan, no violan los convenios internacionales que ha suscrito Colombia en materia de comercio exterior. Por otro lado, se restringió también la traída de vehículos producidos en el exterior, subiendo el precio mínimo exigido para dichos vehículos a 6.000 dólares.
De esta manera, se consolida la política proteccionista que se inició hace algunas semanas con el paso de 489 mercancías del régimen de libre importación al de licencia previa. Se busca así evitar la competencia de los artículos comprados en el mercado mundial, con precios y calidades que no tienen las industrias colombianas que, según el dignóstico del equipo económico del Gobierno, han perjudicado la actividad industrial llevándola al estancamiento.
Además, al limitar la libertad de importación se busca la racionalización en el uso de las divisas, objetivo que se considera prioritario en vista de que la disminución en el nivel de reservas ya superó los 700 millones de dólares en el presente año.
Otra medida relativa a la reactivación del sector privado redujo las tasas de interés de los papeles expedidos por el gobierno. Dicha disminución, de dos puntos, implica un precedente para que en un futuro inmediato igualmente lo hagan los tipos de interés del sector financiero privado. Se considera que los altos costos del capital introducían cuellos de botella para el sector productivo, que se ha visto golpeado, además, por el deslizamiento de recursos hacia la especulación.
Algunos observadores coincidieron en que la baja en los tipos de interés de los papeles gubernamentales no será imitada en forma inmediata por las otras tasas. Sin embargo, coloca a los papeles del sector privado en condiciones favorables desde el punto de vista competitivo, que puede propiciar un desplazamiento masivo de fondos, de las entidades públicas a las privadas. Esto último se considera conveniente, pues la crisis del sector financiero llevó a que grandes volúmenes de recursos llenaran las arcas de las entidades públicas en busca de su sólido respaldo.
El nuevo nivel de las tasas se reflejará, según expresaron a SEMANA algunos analistas, en un fortalecimiento del sistema UPAC, cuya rentabilidad fue aumentada recientemente al pasar, de 21% a 23%, la corrección monetaria.