IMPUESTOS
Por esta razón, una nueva reforma tributaria sería inviable: José Antonio Ocampo, en entrevista con SEMANA
El segundo envión tributario del Gobierno de Petro debería tener alternativas para compensar lo que restaría la reducción de la tasa de renta a las empresas. Esa es la opinión del exministro de Hacienda que lideró el primer cambio impositivo de la administración actual.
Reducción de tarifa de renta a empresas, trampolín de la reforma
SEMANA: Usted elaboró y defendió en el Congreso de la República la primera reforma tributaria del Gobierno Petro. ¿Por qué no metió la reducción de la tasa de renta a empresas que ahora lleva a un nuevo proyecto de ley?.
José Antonio Ocampo: En esa ocasión se discutió la posibilidad de revertir el aumento del impuesto que se había introducido en la reforma de Duque. Es decir, bajar otra vez del 35 al 30 por ciento, pero con las necesidades fiscales que había, en parte, para reducir el déficit fiscal que heredó el Gobierno y los planes sociales por hacer, no se encontró margen para disminuir esa tasa. Reducirla cuesta poco más de 2 billones de pesos anuales por cada punto que se baje.
Recursos públicos caídos, y ahora otro hueco
SEMANA: Si se bajan 5 puntos ahora sería prescindir de más de 10 billones de pesos en medio de una situación compleja en los ingresos públicos.
J.A.O.: Esa es una de las preocupaciones que he expresado públicamente. Es complicado bajar la tasa de renta de las empresas, porque ahora habría que buscar la manera de compensar esa caída en ingresos con otros impuestos. Se ha hablado de hacer unos aumentos a las personas de altos ingresos; de reducir beneficios. Hay que esperar el destape de la propuesta, pero la veo difícil.
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¿Y no se había hecho una reforma de largo plazo?
SEMANA: Desde el Gobierno se decía que la de 2022 era una reforma estructural y que no se necesitaría seguir en la tendencia de hacer una cada dos años. ¿Cree que se requiere otra tributaria?
J.A.O.: Mi punto de vista sigue siendo el mismo: que no se requiere otra reforma tributaria. Recordemos que en 2022 se acordó un fortalecimiento de la Dian, y eso ya lo puso en marcha el director anterior. Eso genera una posibilidad de aumento importante en el recaudo. Como resultado de esa reforma quedó financiado el ingreso de 10.000 nuevos funcionarios a la Dian. Ya han entrado unos 2.000 y el resto lo haría este año, resaltando que ninguno fue escogido a dedo, sino a través de concursos de mérito.
Cuando estábamos en el proceso de la reforma, lo que yo decía era que unos 20 billones de pesos se conseguirían a través de los cambios en impuestos, y la estimación actual del Ministerio de Hacienda es de 21 billones, aun con la caída en el ingreso esperado por la decisión de la Corte Constitucional sobre la no deducibilidad de las regalías. Estimamos entonces que habría otros 20 billones que se podrían lograr gradualmente con la mejora en la gestión de la Dian y empezarían a entrar en este año.
Por ejemplo, con los instrumentos digitales para efectos de control, como la factura electrónica, que se puede ir fortaleciendo aún más. No en vano, una parte importante de los nuevos funcionarios son auditores y del área tecnológica. Con dichos instrumentos se podrá ir reduciendo la elusión y evasión de impuestos, que son problemas serios en Colombia.
Lo que llevó a la baja en el recaudo
SEMANA: Además de la reducción en ingresos tributarios por cuenta del fallo de la Corte y el bajo crecimiento de la economía ¿hubo otros errores que llevaron a la caída del recaudo? ¿Ha habido una mala gestión en la Dian?
J.A.O.: Creo que la afirmación sobre una mala gestión en la Dian es incorrecta. Por el contrario, ha ido mejorando. Lo que sí hubo fue un decreto que en cierto sentido aumentó los anticipos en el pago de renta durante el año pasado. Muchos de los impuestos de 2024 fueron pagados en 2023. Los anticipos llegaron a 49 billones de pesos, eso es más del doble de lo que se había conseguido en 2022, pero una parte de ese recaudo corresponde a impuestos de 2024.
Si se hiciera un ejercicio con datos de causación de impuestos y no de caja, que es lo que se hace público, en realidad los impuestos del año pasado fueron menores y los recaudos de este año son mayores.
En la caída del recaudo también impactó la reducción en el precio del carbón y del petróleo. Había una sobretasa en el impuesto de renta de las empresas de petróleo y de carbón que dependía del precio internacional. En la medida en que el precio caía, la tasa se iba normalizando.
¿Hicieron cuentas alegres?
SEMANA: Pero no puede desconocer que las cuentas fueron optimistas, pues incluyeron hasta los litigios que haría la Dian, pese a que no existía ni siquiera la ley para hacerlos.
J.A.O.: Lo de los litigios también impactó. Desafortunadamente, el proyecto de ley que preparó la Dian y que se presentó al Congreso fue retirado por el Gobierno, entiendo que por falta de apoyo del ministro Bonilla.
Ahora tiene que haber otro proyecto de ley. Incluso, el Gobierno se ha demorado en presentar la nueva versión. En todo caso, quiero destacar que, para efectos de la regla fiscal, lo que se recaude por litigios no cuenta, porque no es un ingreso permanente, pero sí reduce las necesidades de financiamiento.
SEMANA: ¿Los litigios se podrían meter en la reforma tributaria de 2024?
J.A.O.: Imagino que sí.
Lo que debería tener una nueva reforma
SEMANA: Si la reforma tributaria que se cocina fuera solo para bajar la tasa de renta a las empresas, ¿no le parece que sería un desgaste? Además, en el Congreso una cosa es lo que entra y otra muy distinta lo que sale.
J.A.O.: Hasta donde tengo entendido por los anuncios del Gobierno, mirarían también cuánto se puede recaudar con otros mecanismos para compensar el costo de los menores impuestos a las empresas.
SEMANA: ¿Qué debería tener una nueva tributaria en los actuales momentos? ¿Debería tocar a personas naturales?
J.A.O.: La tributación de personas naturales tendría que irse fortaleciendo todavía más. En la reforma anterior se redujeron muchos beneficios para personas de altos ingresos y se estableció el impuesto al patrimonio de forma permanente, en ambos casos con efectos redistributivos. En impuestos adicionales se podría seguir aumentando por esa vía. Pero ciertamente, si no hay medidas para aumentar otras fuentes de ingresos del Gobierno, la nueva reforma tributaria no es viable.
La reforma territorial descargaría peso a la nación
SEMANA: Si se hiciera la reforma tributaria territorial que se anunció, ¿tendríamos que tramitar menos impuestos nacionales? A la larga, los ingresos son para financiar el Presupuesto General, que tiene compromisos enormes con las transferencias de la Nación a las regiones…
J.A.O.: A una reforma tributaria para departamentos y municipios sí le daría la bienvenida. La última que se hizo en ese sentido fue en el gobierno de Belisario Betancur. Yo mismo la negocié con el entonces ponente del proyecto de ley: Luis Carlos Galán.
Esa reforma se había diseñado en una comisión que creó la administración de Betancur de la cual hice parte, y me encargué de los temas departamentales y municipales. Hoy es un sinsentido que se hayan hecho una cantidad de reformas tributarias nacionales y la última territorial importante es de hace 40 años.
SEMANA: ¿Cree que al anunciar una nueva reforma tributaria a nivel nacional el Gobierno incumplió? Habían dicho que no harían ni una más en el cuatrienio.
J.A.O.: Cuando yo estaba en el Gobierno, después de tramitar la de 2022, comencé a hablar de la territorial, y me dijeron “no más reformas tributarias”. Era claro que el presidente no quería ni una más. Ahora, insisto en que no veo cómo pueden compensar, con aumento de otros impuestos, la reducción en la tasa de renta a las empresas.
SEMANA: ¿Qué opina sobre ampliar la base de contribuyentes?
J.A.O.: Creo que sería conveniente pero no en este momento. Hay dos cosas que en mi concepto serían buenas, una es esa que menciona la ampliación de la base de contribuyentes.
La otra es la reducción de algunos beneficios con el IVA que no tienen sentido. Solo que fueron dos temas muy complicados en los debates tributarios de 2021, bajo la administración Duque.
SEMANA: Si se tuviera que estimular un sector en particular, además de disminuirles a todos la tasa de renta, ¿por cuál se iría?
J.A.O.: Los sectores que merecen beneficios tributarios ya quedaron incluidos en la reforma de 2022, y son los relacionados con la generación de energías limpias; los que promuevan el desarrollo turístico en pequeñas poblaciones y el ecoturismo, sin dar prebendas a los hoteles en las ciudades principales. Y los de ciencia y tecnología.
SEMANA: ¿Por qué no el agro?
J.A.O.: En realidad, muchas de las grandes empresas del agro pagan pocos impuestos. No creo que haya que darles un beneficio especial.
Todos se quejan de que pagan mucho impuesto
SEMANA: ¿Cree que en Colombia las empresas y las personas que pagan impuestos –sin desconocer la elevada evasión– tienen una sobrecarga tributaria?
J.A.O.: Una tasa de renta del 35 por ciento para las empresas es alta. De hecho, es una de las más altas del mundo. En las personas naturales, no, y esto lo dice alguien (yo) que paga impuestos en Estados Unidos. La carga tributaria de un residente en Nueva York, que es donde vivo, es más dura que en Colombia.
SEMANA: Con el impuesto global que usted promueve, Colombia también podría obtener ingresos, pues aquí tienen presencia muchas multinacionales. ¿Cómo va ese tema?
J.A.O.: El proceso en la Ocde está estancado. Ahí hubo los famosos dos pilares. El pilar dos, que es el impuesto de renta mínimo del 15 por ciento, lo metimos en la reforma tributaria de 2022, y ya está vigente en alrededor de 55 jurisdicciones a nivel mundial. Pero el pilar uno, que es hacer partícipes a todos los países de los impuestos que pagan las multinacionales, es lo que está totalmente estancado.
Espero que en la Convención de las Naciones Unidas se dé por fin un avance. Debo recordar que uno de los principios que hemos defendido los países en desarrollo a nivel mundial en relación con los impuestos a las multinacionales es el de la presencia económica significativa, que quedó incluido en la reforma de 2022. Implica que las multinacionales deben pagar en todas partes, en proporción a su producción o ventas en los respectivos países, aún si venden desde el exterior por medios digitales.
SEMANA: Esa medida es una de las que tienen demanda para que se elimine.
J.A.O.: Espero que la Corte Constitucional no acepte la demanda. Hay muchas demandas. Incluso, el impuesto al patrimonio está demandado. En el caso de la presencia económica significativa, es un principio fundamental que defendimos en la Ocde y no quedó, pero ahora lo pelearemos ante Naciones Unidas. Si una empresa multinacional está vendiendo o produciendo en Colombia, y si está vendiendo –incluso– desde el exterior, debe pagar impuestos en Colombia, porque está efectivamente operando en el país.
¿Qué tan político es Ocampo?
SEMANA: Después de haber participado en el Gobierno y ante las circunstancias actuales, ¿está contento donde está o volvería?
J.A.O.: Por ahora, no volvería.
SEMANA: ¿Usted se considera político, técnico o politécnico?
J.A.O.: Más técnico que político.