macroeconomía
Por estar filosofando, el Gobierno volvió a calentar los ánimos en el mundo económico nacional al estudiar cambios sobre la regla fiscal y las funciones del Banco de la República
El Gobierno volvió a calentar los ánimos al señalar que adelanta debates internos sobre dos temas muy sensibles en el campo económico: cambiar la regla fiscal y ajustar las funciones del Emisor.
En la última semana de septiembre, cuando el país estaba a la expectativa de la decisión de la junta directiva del Banco de la República sobre las tasas de interés, el director de Planeación Nacional, Jorge Iván González, sacudió el tablero económico.
El jueves 28 de septiembre, en unas declaraciones en el Congreso de Enercol, dijo que el Gobierno estaba evaluando cambios a la regla fiscal, a la que calificó como “muy inflexible”.
Al día siguiente, en medio de una rueda de prensa, tras la reunión de la junta directiva del Banco de la República en la que en una decisión dividida se dejaron inalteradas las tasas de interés, el mismo ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, confirmó que en el interior del Gobierno no solo se había puesto sobre la mesa el tema de la regla fiscal, sino también el de las funciones del Banco de la República.
“Cualquier modificación de la regla fiscal es un proyecto de ley que tiene que discutir y aprobar el Congreso de la República. Por lo tanto, no hemos ni pensado ni construido ni diseñado un proyecto de ley para radicar en el Congreso. Lo que hay es una discusión filosófica de si los contenidos actuales de la regla fiscal son o no y cuáles serían las expectativas a examinar en el largo plazo y qué hay que hacer allí. Pero no hay ningún proyecto en curso y el Gobierno se ha comprometido a respetar la regla fiscal. Así lo ha hecho y lo va a seguir haciendo”, dijo el ministro Bonilla.
En torno a repensar las funciones de la banca central, dijo: “Esta también es una discusión filosófica, y es: ¿el banco solo puede pensar en política monetaria o también tiene alguna responsabilidad en el crecimiento y en el empleo?”.
Aunque el ministro les bajó el tono a los anuncios, en el sector económico la regla fiscal y el Banco de la República son considerados los pilares en materia de confianza y certidumbre. Cualquier cambio o, incluso, apenas una discusión alrededor de ellos genera un profundo debate. Ya se vio hace unos meses, cuando el presidente Gustavo Petro habló de emitir para reparar a las víctimas del conflicto. O, en su momento, cuando planteó una emisión para enfrentar la recesión provocada por la pandemia.
Pero, además, los anuncios también se convierten en un problema de tiempos y de oportunidad, en medio de un escenario de polarización e incertidumbre.
Como dice Carolina Soto, ex codirectora del Banco de la República, “en ambos casos, creo que como el país está tan sensible, los mercados tan nerviosos y la incertidumbre sigue imperando, cualquier anuncio tiene que pensarse muy bien”.
Sin embargo, para otros, las propuestas del Gobierno han sido una afrenta. “Hoy en día, el Banco de la República, la independencia de su Junta frente al Gobierno; la regla fiscal y su Comité Autónomo constituyen los ejes de la estabilidad macroeconómica de este país. Me parece atentatorio contra la democracia. Esto es echar por la borda lo que Colombia ha construido en materia institucional frente al manejo macroeconómico y tras todo ello está el funcionamiento de la democracia. Me parece absolutamente grave, irresponsable, atentar contra esas instituciones siquiera insinuando que van a revisar o que van a modificar o que van a echar por la borda lo que se ha logrado. No ha habido una amenaza peor contra la institucionalidad y contra el funcionamiento de la sociedad colombiana”, dice Carlos Gustavo Cano, exministro y excodirector del Banco de la República.
Para José Manuel Restrepo, exministro de Hacienda y rector de la Universidad EIA, el error es que no se han separado los ámbitos de las discusiones académicas o filosóficas de las políticas. “Cuando se mezcla la discusión académica o filosófica con la discusión de política pública, corre uno el riesgo de que pueda generar una señal equivocada o enviar un mensaje de incertidumbre a quienes intervienen como actores claves dentro del impacto de la política pública. Llámese un inversionista o una calificadora de riesgo”, dijo.
En el caso de la discusión del Banco de la República, se revive un debate que viene desde la Constitución de 1991 y que se creía zanjado en 1999 con una sentencia de la Corte Constitucional.
Según José Manuel Restrepo, Colombia tiene un modelo mixto, en el que hay una función prioritaria para la Junta Directiva del Banco de la República, que es preservar el poder adquisitivo de la moneda, y simultáneamente un compromiso de coherencia o de coordinación de políticas, monetaria y crediticia, con la política de crecimiento y de empleo, a través, entre otras, de la presencia del ministro de Hacienda en la Junta Directiva del Banco de la República y de otros anuncios del Gobierno.
“Me parece que eso ya está, en teoría. Lo otro es una discusión filosófica, que creo que, entre otras, sería inconveniente, porque significaría cambiar nuestro modelo de autonomía en el Banco de la República a uno totalmente distinto, donde puede haber colisiones entre la política de crecimiento y empleo y la política monetaria, a tal punto que no se garantice lo que, juiciosamente, creo que dijo el gerente del Banco de la República, y es la sostenibilidad de las decisiones de política monetaria de cara al crecimiento económico”, señala José Manuel Restrepo.
Para Carolina Soto, hay dos grandes tendencias tras el fallo de la Corte Constitucional en torno al Banco de la República: “Unos consideran que el mandato se amplió al empleo y al crecimiento, y otros entendemos que no, que el mandato es único, pero se tiene que considerar efectivamente lo que está pasando con el empleo y el crecimiento”.
Por el lado de la regla fiscal, ella recuerda que el Gobierno pasado la modificó “para mejorarla, se modificó para bien. Entonces tampoco hay que tenerle miedo a un cambio, pero hay que saber cuándo y por qué se hace”, dice Soto. Además, advierte que los anuncios son muy delicados en este momento, “porque pueden asustar justamente la credibilidad en lo que ha venido siendo el comportamiento de Colombia como deudor”.
Por su parte, el exministro Juan Camilo Restrepo advierte que el anuncio que hizo el director de Planeación “resultó ser simplemente un globo de ensayo fallido”. Dijo que tanto él como el ministro de Hacienda tuvieron que “volar” a precisar que no era algo definitivo. “La regla fiscal no puede ser un figurín de plastilina que se va amoldando a las preocupaciones o a los caprichos de cada momento”, añade.
Frente al tema del Banco de la República, calificó como “un disparate” que se pongan a hacer esos planteamientos “supuestamente filosóficos” que llevan a crear desconcierto e incredulidad en la política. “La independencia hay que respetarla. Ahora, las funciones del Banco de la República están señaladas desde la Constitución de 1991. Ponerse a hablar de cambiar el estatuto del Banco de la República me parece que es una imprecisión desafortunada, así como lo fue la del jefe de planeación hablando de que en estos momentos sobre cambiar la manera de calcular la regla fiscal”.
Las declaraciones coincidieron con una trepada del precio del dólar. A Carlos Gustavo Cano no le cabe duda de que los anuncios tuvieron que ver con ese aumento. “Claro, obvio. La confianza se está perdiendo en el manejo económico, si ya no está perdida. Estamos en manos irresponsables frente al manejo macroeconómico del país”, dice.
Más allá del peso que tengan los anuncios en la tasa de cambio, curiosamente en medio de estos debates se ha generado una gran volatilidad en la divisa. No es claro si se les puede atribuir a ellos este comportamiento, pero sí evidencia sensibilidad de los mercados en los que hoy, como nunca, la prudencia puede ser la mejor consejera.